Como habíamos venido informando,
desde el 13 de junio habíamos solicitado una reunión formal del rector con el
Sindicato de Trabajadores de la UAN (STUAN) con el fin de iniciar
conversaciones para destrabar los añejos problemas que nos generó la
administración rectoral previa, quien nos sometió a una política de
discriminación y desprecio hacia nuestra organización bastante grave.
Como
resultado de esa primera petición, a los ocho días, por instrucciones del rector
Nacho Peña, recibimos la invitación del Secretario General de la Universidad, Adrián
Navarrete, para empezar a tratar los problemas. Ahí hicimos entrega del pliego
de peticiones y al mismo tiempo hicimos entrega de la relación de todas las
demandas laborales interpuestas ante las autoridades laborales.

Y nos agradó por dos cosas: 1) Porque nosotros
no estamos pidiendo privilegios ni nada por el estilo, simple y sencillamente
pedimos que se nos entregue lo que por ley nos corresponde y 2) Porque la UAN
tendrá que cambiar radicalmente en muchas de sus situaciones internas porque
hacer valer la ley implica muchas pero muchas cosas que se sintetizan precisamente
en terminar con el lodo y la inmundicia en que se metió a la UAN producto de un
modelo de sectores basado en la corrupción y en el tráfico de influencias.
Ejemplifiquemos.
Los
ingresos y promociones del personal ya no se podrán hacer con acuerdos en lo
oscurito entre el rector y los lideres sindicales, quienes discrecionalmente decidían
quien se promovía y quien no, quien
entraba a la UAN y quien no. Eso es lo que le permitió al “pelón” Hernández
Escobedo construir un imperio de corrupción en grande durante los mas de
treinta años que lleva al frente del sindicato: toda la familia, cuñados,
compadres amantes, “huachomas” y toda una serie de ingresos y promociones del personal
que se hicieron sobre la base del amiguismo, del compadrazgo, del tráfico de
influencias, incluyendo por supuesto, la venta de plazas. Lo mismo pasó con la
FEUAN. Eso, según el rector Nacho Peña, ya se acabó. Esto implica por supuesto,
echar a andar las comisiones mixtas y la elaboración de concursos de oposición
y de la evaluación del personal con dictámenes que sean públicos. Así lo dice
la ley.
Otro
ejemplo. La primaria y secundaria que tienen los trabajadores administrativos
tendrá que renegociarse para que no se pierda el derecho laboral que ya está
ganado para los trabajadores, pero, la verdad es que el dinero de la UAN no
está destinado para educación básica y, seguir sosteniendo el pago de la
primaria y secundaria por parte de la administración rectoral significa el
reconocimiento de un delito, es un delito que se llama desviación de recursos. Así
que si el rector Nacho Peña va a meter a la UAN al orden sobre la base del respeto
a la ley, de inmediato debe rediseñar el funcionamiento de esa primaria y
secundaria para que no siga siendo sostenida con dinero de la UAN porque eso
está prohibido en el convenio de financiamiento SEP-ESTADO-UAN.
Otro
ejemplo. Los contratos colectivos de trabajo, tanto del SPAUAN como del SETUAN,
en su inmensa mayoría tiene clausulas que se basan en la ilegalidad. La inmensa
mayoría de las clausulas están organizadas bajo el criterio de la exclusividad
y eso está prohibido por la ley porque es atentatorio contra la libertad de
asociación. Así que someter al imperio de la ley a la UAN significa rediscutir
los contratos para ajustarlos a la ley. Ese tema se puede resolver en el plano
de los tribunales laborales porque ya tenemos interpuesta una demanda contra
esos sindicatos por esa ilegalidad.
Otro
ejemplo. La FEUAN va a tener que disputarse la representación estudiantil con
otras organizaciones estudiantiles que resulten de parte de los estudiantes
porque no convocar de parte de la secretaría general de la Universidad para
acreditar cual es la representación estudiantil mayoritaria es otra violación al
derecho de votar y ser votados que tiene todos los estudiantes. No se puede dar
por hecho que la FEUAN es la representante estudiantil, deben ser electos por
los estudiantes y para ello se requiere que las autoridades universitarias
emitan una convocatoria. Y eso debe hacerse para la integración del nuevo consejo
general universitario que tenga que desarrollarse en el nuevo ciclo escolar. Y
lo mismo deberá suceder con todas las elecciones que haya que hacer porque la
UAN no tiene un reglamento general de elecciones. En fin, si el rector Nacho
Peña está decidido a hacer valer la ley, desde aquí le decimos que en el STUAN
tendrá aliados decididos a apoyarlo con lo que esté a nuestro alcance.
PD. Hacer valer la ley es
terminar con la corrupción y la impunidad interna; ¿De verdad se animará?