Ahora que el CONEVAL le ha dado a los
gobernantes Nayaritas una cachetada entre quijada y oreja con el tema del
crecimiento de la pobreza en Nayarit, las reacciones gubernamentales han sido
diversas: a) tratar de ocultar o minimizar el impacto de dicha información; b) Ignorar
el tema de la pobreza y hacer como que no existe; c) practicar la política del avestruz,
meter la cabeza en un hoyo para “evadir” la realidad.
Evidentemente,
si la clase política gubernamental actual tuviera idea del tema y de su dimensión
real en Nayarit, seguramente ya hubiera tomado cartas en el asunto. Pero, “los
guayabos dan guayabas” y no se les puede pedir resultados concretos a quienes
han demostrado una incapacidad a toda prueba para generar un buen gobierno que
combata a fondo las causas de la pobreza en Nayarit. Y no me refiero específicamente
sólo al gobierno estatal, también los gobiernos municipales tienen su
responsabilidad en este asunto.
Las
ferreterías de la gente, las farmacias de la gente, las limousinas de la gente,
las funerarias de la gente, PROSA, ROSA y todo ese rosario programas que dicen ser sociales, sólo han
sido una caricatura de política pública de combate a la pobreza, no van al
fondo de las cosas y solamente aparentan ser programas de corte populachero,
que no populista, con el afán perverso de ganar simpatías ciudadanas aprovechándose
de la condición de miseria de nuestro pueblo que está ávido de tener asegurada
las mínimas condiciones de vida.
Las
auténticas políticas públicas de combate a la pobreza tienen que ver con
aquellas que fomentan el crecimiento económico. El motor del crecimiento
económico es la inversión, de tal manera que es necesario instrumentar
políticas públicas de atracción de la inversión hacia Nayarit y esto tiene que
ver con la certeza que deben tener los inversionistas, certeza en diferentes
ámbitos, laboral, jurídico, político, social y otros tantos temas, eso sin
contar con que debe haber impulso a aquellos factores que busca la inversión
para venirse como es el caso de mano de obra capacitada e incentivos de tipo
fiscal sobre todo.
Por
eso mismo, quienes nos gobiernan debieran ser estadistas en este sentido, deben
tener la visión global de como crecer, como hacer competitivo nuestro
territorio en un contexto de mucha competencia por la inversión en otras
regiones del país y del mundo. Deben tener la visión del qué hacer con las
instituciones educativas como la UAN que tiene mucho capital humano en su
interior, y no solamente verlas como un montón de votos que de ahí se pueden
sacar manteniendo el staus quo imperante internamente donde la corrupción y la
impunidad se tocan a flor de piel.
Quienes
nos gobiernan debieran tener la visión clara de que parte de la atracción de la
inversión es tener un clima socio político tranquilo con paz social, donde las
fuerzas políticas imperantes permanentemente toman acuerdos estratégicos para
impulsar el crecimiento y no tener un gobierno integrado hasta por unos
imberbes chamacos que solamente priorizan en su quehacer gubernamental la
vanidad, el placer y el glamour que da el ser funcionario público, y los que no
están tan chamacos, les da por solamente tener el gobierno para traficar con él
y hacer negocios particulares a mas no poder.
Para
lograr lo anterior es necesario tener paz social, que se ha logrado
parcialmente (quien sabe cómo, si pactando con el crimen organizado o siendo
parte de él o habiendo terminado con él, no se sabe), porque parte de la paz
social y la tranquilidad también tiene que ver no solamente con el aspecto
policiaco, sino con la toma de acuerdos con las fuerzas políticas, es decir, fortaleciendo
la democracia y no construyendo un gobierno faccioso que en lugar de acordar,
persigue a sus adversarios políticos. Ese primitivismo político no debe ser
parte de una auténtica política pública de atracción de la inversión.
En
fin, hace falta que en Nayarit llegue al gobierno la gente más preparada, la
gente que en verdad se preocupe por construir una buena tierra llena de oportunidades
para los que estamos y para las nuevas generaciones. Por eso mismo, urge que la
oposición en lugar de ponerse a llorar y andar declarando como simples
plañideras que los están golpeando, deben ponerse a tomar acuerdos políticos y
a preparar a los mejores hombres para el congreso y las presidencias
municipales. No esperemos mucho de este gobierno, ya vimos de qué madera está
hecho. robertogbernal@gmail.com
PD. “Un mal gobierno se caracteriza por
convocar a elementos carentes de experiencias o de calificaciones, y cuyas
únicas credenciales para ocupar un determinado cargo son las credenciales
políticas, es decir, la adhesión y la incondicionalidad hacia la persona o
hacia el grupo, que le permiten un ascenso económico y social de esas
características. Un mal
gobierno está conformado por ciudadanos cuya meta principal es utilizar su paso
por el gobierno, que supone transitorio, para lucrarse tanto como puedan,
aprovechando para ello las muchas oportunidades que su cargo les genera.
Un buen gobierno se caracteriza
no sólo por convocar a los mejores, sino también por dejarles espacio para que
tomen las decisiones que estimen convenientes en su ámbito de desempeño. Es
decir, tienen que estar dotados no sólo de un nombramiento, de un escritorio y
de un sueldo, sino que tienen que tener libertad como para tomar las decisiones
que correspondan a su cargo, dentro de las orientaciones estratégicas que
emanen de la cúpula del poder Ejecutivo” . www.trincherauniversitaria.blogspot.mx