Como resultado de la asamblea nacional
que se llevó a cabo este pasado fin de semana, el PAN, mi partido, se
democratiza, abre sus puertas para que los militantes de base, aquellos que no
pertenecemos a ninguna tribu, clan, mafia o grupo de poder, como se le quiera
llamar, tengamos más peso en la definición de quienes serán los dirigentes a
nivel nacional y estatal.
Tal parece que las cosas en mi partido
ya van en serio. Tal parece que el PAN inicia una nueva etapa en su vida
institucional, dejando atrás la visión de que los grupos de poder internos
decidan el futuro del partido, donde las componendas eran el pan de cada día.
Ya no serán los consejos, nacionales y estatales quienes definirán a los
presidentes nacionales y de comités ejecutivos estatales, ahora será la
militancia de base la que definirá quien es el dirigente nacional y estatal.
Por
si fuera poco, la figura de panistas adherentes y activos ya dejará su paso a
la simple militancia. Habrá simpatizantes desde luego, pero ya no habrá esa
diferencia entre activos y adherentes. Son cambios sustanciales en la vida
interna del partido cuyo eje explicativo es darles más poder a los ciudadanos
que ahí militamos.
Desde
luego que esos cambios implican muchos riesgos, como el hecho de dar la
posibilidad de la compra del voto y otros más. Pero es preferible tener un
partido donde el militante tiene decisión a que exista una camarilla de gentes
que deciden el futuro del partido.
Por
ejemplo, aquí en lo local. Todos fuimos testigos de cómo Ramón y el Lobo
Valenzuela, en su ambicioso afán de seguir controlando para sus aviesos fines
la dirigencia partidaria, pisoteando los estatutos y todo vestigio de legalidad
interna, integraron un consejo estatal a modo, un consejo estatal que le
validara sus pretensiones. Con estos cambios aprobados por la asamblea nacional
eso quedó hecho pedazos.
Ramón
y compañía, para ratificar su presencia como dirigente y ser el nuevo
presidente estatal del partido, tendrá que ajustarse a los lineamientos que
vengan en la convocatoria que en su momento emitirá el CEN nacional apegados a
las nuevas reglas de competencia interna. El rarito ya no podrá ser impuesto
como candidato a la presidencia de Tepic sobre la base de los buenos servicios
que le brindan Ramón y el Lobo porque, para que el PAN siga siendo secuestrado
por esa camarilla, van a tener que convencernos a los militantes que los apoyemos dado que
ahora si tendremos más peso en la vida interna del partido con nuestro voto. Ni
estando borracho o loco los apoyaría.
En
el plano nacional, nos preguntamos ¿Cuáles son las razones que hay detrás para
haber admitido esas modificaciones? La reelección de Gustavo Madero estaba
segura, aparentemente, con la figura previa, con un consejo a modo que lo
ratificara como dirigente nacional. Ahora con esos cambios, se le abre la
puerta a figuras como Josefina Vázquez Mota y a Ernesto Cordero entre otras
figuras políticas del PAN. Ya nos daremos cuenta y lo comentaremos. robertogbernal@gmail.com
PD. En lo local Ramón Cambero y
compañía van a tener que poner sus barbas a remojar. A ver si el grupo Álica a
través del rarito le hace la balona para mantenerlo como dirigente. Yo espero
que la militancia ya se ponga las pilas y actuemos para que nuestro partido
deje de ser una sucursal de un grupo empresarial que ya está más devaluado que
una inexistente moneda de cuarenta pesos. www.trincherauniversitaria.blogspot.com