Cada día que pasa las
cosas se ponen mas negras en el fondo de pensiones de la UAN. La Universidad se
esfuerza por dar transparencia aunque sus esfuerzos son inútiles ante la
contundencia de la evidencia. Lo último es la diferencia en la información
entre lo que se informa últimamente por la UAN y lo que está registrado en
documentos oficiales de la misma universidad y otras instancias oficiales. Esas
diferencias en los números plantean la necesidad de transparentar el fondo,
practicar auditorias y sancionar responsables.
Veamos los datos que señala nuestro colega Jorge Aguayo.
Para empezar, en documentos contables de la universidad, se registra como
apoyos federales al fondo de pensiones, desde el 2003 al 2012, un total de poco
mas de 308 millones de pesos. Pero resulta que la misma universidad, recién
acaba de informar, que los apoyos federales al fondo de pensiones nomás fueron
los 104 del fondo semilla y luego los 34 del siguiente año o sea 138 millones,
o sea ahí solamente hay una diferencia de 170 millones de pesos en la
información. Y la SEP por su parte dice que ha entregado al fondo de pensiones
casi 396 millones de pesos, mientras que la auditoria Superior de la Federación
dice que se entregaron al fondo mas de 460 millones de pesos. Mucha
incongruencia en los datos y por supuesto,
mucho dinero perdido, dinero que la Universidad no le dio entrada al
fondo precisamente para no darle salida. Se gastó en otras cosas o se fue a los
bolsillos de algunos vivales.

En su articulo 10 dice: “La administración del fondo de
pensiones estará a cargo de: I. La Comisión de Vigilancia y II. El director
general.” Y desde luego, el articulo 11 se señala cómo está integrada esa
comisión de vigilancia. Dice así. “La comisión de vigilancia es el órgano de
administración y ejecución del fondo, y estará integrado por: I. El director
general; II. Dos representantes de la Universidad; III. Dos representantes de
los trabajadores académicos, nombrados por el sindicato titular del contrato
colectivo de trabajo y IV. Dos representantes de los trabajadores
administrativos nombrados por el sindicato titular del contrato colectivo. El
director general será designado por consenso entre los sindicatos y el rector,
y durará en su cargo por un periodo de dos años, pudiendo ser ratificado y
removido por quienes lo designaron en los términos del presente reglamento. Por
cada representante propietario se designará un suplente por quien haya
designado el titular. Los suplentes actuarán exclusivamente en ausencia del
titular, y como integrantes de la comisión de vigilancia tendrán derecho a voz
y voto. Los integrantes de la comisión de vigilancia no percibirán sueldo con
cargo al fondo, sino que serán comisionados por la Universidad el tiempo que se
requiera para cumplir su función. Los miembros de la comisión de vigilancia
durarán en sus cargos por todo el tiempo que subsista su designación. Sus nombramientos podrán ser revocados
libremente por quienes los hayan designado”. Todo eso es el articulo 11
del reglamento.
Si mis escasos lectores en numero de cuatro se fijan bien
y le ponen nombre al niño, son el rector y los secretarios generales del SPAUAN
y del SETUAN quienes dicen quienes serán los que estarán dando la cara en el
fondo. Y el mismo articulo dice que los pueden quitar a la hora que se les
pegue la gana. ¿Qué rectores han estado decidiendo para nombrar a los
representantes de la Universidad ante el fondo y al mismo director general?
Castellón Fonseca, hoy dirigente estatal del PRD, Omar Wicab y ahora Juan
López. ¿Y de parte del SPAUAN? Pues nada más y nada menos que Porfirio López
Lugo “El pillo” y ahora Carlos Muñoz. ¿Y del SETUAN? Pues el anciano dirigente
de esa organización. Obviamente, a quienes se les van a cargar más rápido las
pulgas en caso de haber denuncias penales por el quebranto financiero del
fondo, es a quienes nombraron, o sea a los incondicionales que se prestaron a
ser tapadera de la corrupción. Y en este sentido habria que decirles a esos
incondicionales que vayan poniendo sus barbas a remojar porque seguramente
habrá cárcel para algunos de ellos si no es que para todos los que por ahí han
pasado.
Castellón Fonseca y Omar Wicab van a tener que ser
llamados a cuentas. En el caso de Juan López aún tiene salvación porque él
tiene la posibilidad, siendo rector aún, de gestionar recursos frescos y
aportar al fondo de pensiones los millones que en su administración hagan
falta, pero ¿Qué hará Carlos Muñoz y el “pelón” cuando se destape la cloaca?
Ellos no han tenido ni siquiera la capacidad de gestionar un simple crédito
para apoyar a la UAN en estos momentos de crisis financiera, mucho menos van a
tener la capacidad de hacer frente al desfalco que sus incondicionales
permitieron y que por tanto también ellos son responsables al haberlos
designado. Ahí están los de la pus. robertogbernal@gmail.com
PD. Y también son
responsables en cierto sentido todos los mortales trabajadores académicos y
administrativos de esas dos organizaciones sindicales quienes con su indolencia
y apatía han dejado que sus líderes hagan lo que les de su chingada gana con
los recursos que son de todos. Que bueno que ya se les está quitando la
modorra, aunque sea tardíamente, cuando ya está ahogado el niño. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx