Como lo anuncie públicamente, el día
de ayer reiniciamos nuestras actividades sindicales exigiendo solución a
nuestro pliego petitorio y el cumplimiento de los acuerdos de parte del rector de la UAN. Eran las nueve y
media de la mañana cuando decidimos ponernos tranquilamente en una de las
esquinas de la universidad con nuestra lona con la leyenda de la exigencia de cumplimiento de los acuerdos tomados y con
nuestros volantes.
Estacionamos
la camioneta de nuestro sindicato en esa esquina, lugar que por tener la franja
amarilla al borde de la banqueta, se supone que es lugar prohibido. Por ese
simple hecho, de manera casi instantánea, se movilizó un obeso vigilante
presumiblemente de las huestes del corruptazo dirigente del SETUAN para
pedirnos, como si fuera agente de tránsito, que quitáramos el vehículo de ahí.
Que estaba prohibido. Como ignoramos al obeso personaje, se movilizó y llamó a un agente de tránsito por radio. Y
casi como por arte de magia, apareció un agente de tránsito cuyo número de
patrulla es 181751.
Al
obeso personaje no le importó la decena de vehículos que estaban frente a su nariz violando las reglas de tránsito,
nomás le gustamos nosotros para tratar de manchar nuestro trabajo político, nuestras
exigencias de cumplimiento de los acuerdos de parte del rector y nuestras
denuncias hacia el corrupto dirigente del SETUAN, lo cual, desde luego, no pudo
impedir. Su perruna abyección y servilismo hacia el “pelón” no sirvió de nada.
Y el agente de tránsito,
quien por cierto resultó ser pariente de nuestra ex dirigente sindical
Margarita Morán, nos pidió que quitáramos el vehículo. Nuestra postura fue la
siguiente: decidimos quitar el vehículo para respetar las reglas de tránsito
pero le exigimos al agente que aplicara la ley de manera general, le dijimos
que se veía muy mal que llegara repentinamente ante un llamado de radio de
parte de un personaje de las huestes del pelón Hernández Escobedo para hacer
valer la ley nomas con nosotros.
Este escribano de la
trinchera le dijo que si no aplicaba la ley de manera general lo denunciaría
como un corrupto. Y así lo hago porque el agente se limitó a quitarle la placa
a un solo automóvil de la decena de vehículos que estaban estacionados en lugar
prohibido, es decir, el agente aplicó la ley de manera parcial, solo con el
perverso fin de demostrarles a las huestes “pelonistas” que ahí estaba para
servirlos. Se retiró de lugar sin haber aplicado la ley a todos los vehículos
que estaban estacionados en lugar prohibido frente a la nariz del obeso
vigilante.
Se dice que el titular
de tránsito municipal tiene una institución impecable, en la que no cabe la
corrupción. ¿Qué hará ante este tipo de situaciones donde la ley no se aplica
de manera pareja? ¿Qué hará con aquellos agentes de tránsito como el mencionado
en esta columna, quienes usan su uniforme y los vehículos oficiales para
servirles a políticos corruptos como el “pelón” Hernández Escobedo? A un agente
de tránsito se le denunció como corrupto y hasta hicieron escarnio público por
haber “mordido” a un ciudadano con cien pesos ¿Qué hará el titular de tránsito
municipal ante un agente que usa las instituciones para servir a un ratero como
el “pelon”? robertogbernal@gmail.com
PD. Por cierto, el
agente de tránsito se sintió amenazado por este escribano cuando le dije que lo
denunciaría en el periódico y que le diría al secretario general de gobierno si
hacia discriminación en la aplicación de la ley. Le salió la piel muy sensible
pero no tuvo empacho ni vergüenza para servir de tapadera de un corrupto…¡FELIZ
DIA DEL MAESTRO! www.trincherauniversitaria.blogspot.com