Votar no solamente es un derecho, también es una obligación. Sin embargo, no hay mecanismos que garanticen que todos los ciudadanos cumplamos con este derecho y obligación, por eso, desde esta humilde tribuna exhorto a todos mis escasos lectores a que acudan a votar. Debemos actuar con mucha responsabilidad porque lo que está en juego es el futuro de nuestras familias. El voto es libre y secreto y no se debe aceptar presiones de ninguna índole, es nuestra mejor arma para escoger a quienes nos gobernarán los próximos años. Sin embargo, ustedes sabrán si tiran a la basura su mejor arma y si actúan con responsabilidad hacia sus hijos o no, eso ya es una decisión individual.
Todos los candidatos a la gubernatura, excepto Donaciano, nos prometen las perlas de la virgen y los bueyes y la carreta. Pero no hay ningún mecanismo que garantice que cumplan, dependemos de muchas cosas para eso. Por eso hay que fijarse no solo en el rosario de promesas que nos lanzan con tal de ganar el voto, sino que nos fijemos en los intereses que cada candidato representa y lo que nos esperaría con él o ella.
De hecho hay personas que ya están impulsando el voto útil, pero no nos dicen útil a quien o a que intereses. Incluso yo he dicho públicamente que sólo Martha Elena es la que le puede ganar al PRI y he convocado a mis escasos lectores para que concentren su voto en esa posibilidad. Sin embargo, también quiero actuar con responsabilidad y quiero volver a escribir sobre los riesgos que representa votar por Martha, para que al rato no nos digamos engañados y que nos ilusionaron con la construcción de un buen gobierno. Es necesario decir las cosas para que no salgamos con el brete de que “nos engañaron” o que nos vieron la cara de pend….jos.
Y esto lo digo porque ya hay muchas quejas sobre el proyecto que representa Martha Elena. De hecho ayer conversé vía telefónica con uno de mis escasos lectores que me dio su teléfono pero me pidió guardar el anonimato, y me dijo cómo, siendo panista desde hace muchos años, se quiso integrar a la campaña de Martha, incluso para ponerle dinero, pero ¿saben que pasó? ¡Lo corrieron! Las posturas excluyentes, sectarias, llenas de soberbia, desleales y traicioneras, son lo que caracteriza al equipo de Martha. ¡SI ASÍ ACTÚAN SIN SER GOBIERNO, YA ME LOS IMAGINO SIENDO GOBIERNO! Y lo mismo esta sucediendo con grandes sectores del magisterio, con los cuales no hay compromiso, es más, ni siquiera un acto masivo del magisterio ha habido con Martha, el que hicieron el sábado pasado con Guillermina, era un acto de la candidata a diputada y los Marthistas sólo se montaron en ese acto. El desprecio a muchos sectores es lo que caracteriza al equipo de Martha. Lo mismo ha sucedido con algunos líderes, han recibido desprecio a su presencia.
Por eso, cuando se convoca al voto útil, deben preguntarse si votar por Martha Elena es votar por su sensibilidad y humanismo o en realidad sería votar por la soberbia, el sectarismo que es signo de antidemocracia, el excluyentismo y la pedantería que representan las gentes que serían las que gobernarían con el posible gobierno de Martha. Pregúntense si votar por Martha es votar por el gobierno con calidad humana que Martha personifica o se votaría por un gobierno que traficaría con el poder, haría negocios desde el poder y tendría “gatos” como servidores públicos. O ni modo que me digan que “Toño chico” está metido en la política para hacer obras de caridad. El va por la lana. Lo demás es vanidad.
Es importante que el voto sea razonado y que si votamos por Martha, sea con plena conciencia de que al rato estaremos gobernados por un mongolito destructor, como el socialmente conocido como “el Taliban”, o por un remedo de dictador personificado en Temo Navarrete, quien es uno de los que más realizan las prácticas excluyentes en su desquiciado afán por mantener secuestrada a Martha Elena y continuar conquistándole la oreja para manipularla a su libre antojo. Esos son riesgos latentes, muy presentes en las gentes que rodean a Martha Elena.
Razonar el voto, itero, es importante. Si queremos construir una sociedad democrática debemos pensar en tener equilibrios, mantener garantizados los mecanismos que eliminen las tentaciones autoritarias propias de los soberbios. Recuerden que la soberbia es signo de mediocridad. Una sociedad democrática debe tener los contrapesos necesarios para que no se desborden estas tentaciones de traficar con el poder, de usar el gobierno para hacer negocios privados y familiares pensando en que el gobierno será de la familia Echevarría y sus “gatos” y no un gobierno del pueblo. Por eso también votar por Naranjo, Nayar o Donaciano permite mantener equilibrios políticos y tener contrapesos para eliminar esas tentaciones. robertogbernal@gmail.com
PD. Voto útil ¿Para quién?