19 diciembre 2011

FRANCISCO BULNES Y LA CRITICA POLÍTICA


 Hoy les hago una entrega más de mi estimado lector Raúl Gómez, quien me escribió este artículo a propósito del ejercicio periodístico de tipo crítico y no zalamero y adulador. Dice así: “Recientemente inicié una revisión de mi biblioteca, buscando algunos libros con la intención de releerlos, una práctica recurrente en mí, desarrollada de manera natural, que me ha permitido el redisfrute de algunas obras, y en algunos otros casos al descubrimiento de que algunas de ellas pareciera que o las había leído  muy de prisa o que no las  hubiese leído dados los notables descubrimientos realizados en dicha relectura. Pero en estas búsquedas más de alguna vez me he encontrado con títulos que adquirí  y  que por distracción, olvido o por ocupaciones mundanas, como las de tener que trabajar para tragar, se quedaron en el olvido y nunca abrí ni siquiera la primera página,  o bien dejé la lectura en las primeras páginas o a medias.
                             En esta reciente revisión, la cual hago siempre que voy a disfrutar de un período vacacional, que es cuando más tiempo dedico a la lectura, me encontré con un libro muy viejo, tanto por su tiempo conmigo, el tipo de encuadernación y tipografía de la imprenta como por el tiempo en que fue originalmente escrito, que fue a mediados del siglo XIX.  Su autor es Francisco Bulnes y es una publicación de “biblioteca del estudiante universitario” de la UNAM.
                             Crítico deslumbrante, asumió su papel de manera honesta, responsable y apasionada, haciendo grandes aportes a la nación mexicana en formación, por lo que vale la pena su lectura. Como una especie de presente por la labor que tu realizas en nuestra patria chica consideré pertinente transcribir algunas de las ideas de Bulnes respecto al trabajo de hacer critica política y social que considero que pueden ser de algún interés y, sobre todo,  de aplicación  en la tarea que cotidianamente realizas.
                             La crítica es una necesidad mental de primer orden en el individuo y en la colectividad. La inteligencia tiene dos funciones para conservar y hacer progresar a la especie humana: el análisis y la síntesis. El análisis prepara los materiales de la síntesis y a su vez la síntesis es el material de las generalizaciones que expresan teorías, sistemas, leyes, que rigen la adaptación y dominio del género humano sobre su planeta.
                             El mejor análisis se realiza por la erudición: un diccionario enciclopédico es un rico depósito de materiales de análisis, pero fuera del método, el análisis no rinde resultados filosóficos. Las cualidades del análisis son la fineza, la sutileza, la delicadeza, la precisión, la penetración y la profundidad.
                             La fineza sirve para apoderarse del hecho atómico infinitesimal, celular, molecular; sirve para distinguir la disonancia imperceptible, para sentir el desacuerdo más insignificante entre el carácter y el acto de un hombre, entre la sociedad y su medio, entre la marcha de los siglos y las líneas de evolución segura e indeclinable de esos medios. La sutileza es la suprema fineza, es la saña en la investigación, la pasión ardiente, infatigable, tenaz, absorbente por el descubrimiento. La delicadeza afecta los procedimientos de observación, de comparación, de clasificación, de método. La precisión consiste en extraer de una masa de hechos agrupados, articulados, confusos o regidos por un método, el hecho que se necesita, limpio, completamente aislado e irreprochablemente verdadero. Lo preciso es el trabajo de erudición verificado con pureza de procedimiento y con pureza moral, es decir, con honradez. La penetración consiste en comprender correctamente  el hecho observado, todas sus relaciones, toda su influencia, todo su valor para la síntesis, toda su importancia para la generalización. La profundidad hace avanzar la penetración hasta descubrir los detalles más ocultos.
                             La síntesis es la asociación sistemática de los hechos descubiertos, comparados, clasificados por el análisis. El hecho disociado por éste, debe transportarse íntegro y depurado a un sistema ya conocido o nuevo. El análisis toma de multitud de canteras o edificios los materiales necesarios para construir el edificio propuesto por la lógica del sistema. El espíritu exclusivamente sintético sólo se dedica a producir juicios sin entender bien lo que juzga por falta de análisis.
                             Francisco Bulnes nació en 1847, cuando la intervención francesa tenía 16 años y cuando muere Benito Juárez 25. Cuando José Vasconcelos creó la Secretaría de Educación Pública en 1924 Bulnes tenía 77 años. Esta es la época que le tocó vivir durante la cual contribuyó  con su pluma a la construcción de nuestro país.
                             Federico Gamboa (el de Santa) dijo refiriéndose a él: Su pluma es escalpelo inteligente y sin entrañas que no descansa hasta encontrar la úlcera y extirparla… Es hacha justiciera y vengadora que sin misericordia decapita y derriba falsos ídolos… Su pensamiento y su raciocinio tienen claridad meridiana  y precisión de péndulo.
                             Considero que la manera de ver el periodismo de Francisco Bulnes es un ejemplo que se debe intentar seguir por la gente que escribe con seriedad como tu. Yo en mi afán de iniciarme en este hobby estoy tratando de hacerlo con buenas herramientas”. robertogbernal@gmail.com
PD. Los aspirantes del PAN a los espacios políticos ya empezaron actividades proselitistas para conseguir una candidatura. No se nota. www.trincherauniversitaria.blogspot.com

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