Antes de fijar la
postura del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit,
STUAN, respecto a la falta de pagos de las prestaciones de diciembre, debemos
aclarar que los integrantes del sindicato no tenemos ningún problema de tipo
personal con ninguno de los funcionarios universitarios, así como tampoco son
problemas personales con el líder del SETUAN y con el líder del SPAUAN. Simple
y sencillamente que nuestras posturas ante los problemas son diferentes.
El rector de la UAN, Jorge Ignacio
Peña González, desde que asumió la rectoría de la Universidad, hizo patente de
manera pública el mayúsculo desfalco en que la institución se encontraba. Proporcionó
datos muy concretos de la crisis financiera. Sin embargo, a año y medio de su
gestión, ha sido incapaz de resolver el problema, ha demostrado incompetencia
para sacar adelante la institución. Es, en esencia, el problema inmediato fundamental,
por eso, el STUAN exige su salida de la rectoría.
Los sindicatos titulares bajo los
liderazgos conocidos, no han podido ayudar al rector para sacar adelante la
institución y, solamente, se han dedicado a justificar su permanencia al frente
bajo diversos argumentos. Nosotros, le hemos demostrado al rector nuestra
voluntad política de apoyarlo para salir de la crisis, pero de su parte no ha
habido reciprocidad. Esa cerrazón, muy parecida a la soberbia, no ayuda a la
institución ni abona a un clima de colaboración entre las diferentes
expresiones universitarias. Es una muestra más de la incompetencia para estar
al frente de la universidad en la que se debe ser tolerante con la diversidad
de formas de pensar y de actuar.
Ahora, tal parece que el problema del
no pago de las prestaciones de diciembre seguirá no se sabe hasta cuándo. El
rector y los sindicatos titulares siguen apostando al apoyo del gobierno
estatal y federal, pero sin modificar la situación interna, sin afectar
privilegios y sin modificar el estado actual de la institución, en general sin trastocar
el modelo universitario. Para pagar el aguinaldo y demás prestaciones le
apuestan a adelantos del presupuesto del 2018, lo cual significa simple y
sencillamente postergar el problema porque en unos meses más volveremos a estar
con otra crisis de pagos y los trabajadores cada quincena seguiremos con la psicosis
de saber si nos van a pagar o no. También, para salir adelante le apuestan a
que el gobernador les ayude a pedirle dinero extra al gobierno federal, camino
que ya se les dijo no será posible si no hay una afectación al tema de los
aviadores.
El gobierno del estado es congruente
con su postura de campaña cuando dijo que combatiría la corrupción y, al no
seguir avalando un “barril sin fondo” es congruente con esas posturas. Si el
rector y los sindicatos titulares junto con la FEUAN no están dispuestos a
perder sus privilegios, unos, y otros a seguir traficando con las plazas, las
cosas en la Universidad no cambiarán.
El rector de la Universidad, a año y
medio de su gestión, no ha podido sacar adelante a la institución, no ha podido
sacar “al buey de la barranca” por dos razones: 1) Porque se ha convertido en
solapador del ambiente de corrupción interna y del mantenimiento de privilegios
internos lo que lo ha llevado a ser un rector más del montón, en lugar de ser
un rector que pueda pasar a la historia como el rector que transformó la UAN y
2) Porque sus alcances de gestión solamente se limitan a estirar la mano ante
los gobiernos estatales y federales dada su escasa relación con personajes del ámbito
político y económico de niveles más altos y de mayor trascendencia nacional y
empresarial. Estirar la mano para pedir dinero no basta, es insuficiente, y más
cuando no se deja ayudar. Por esas razones, el STUAN exige su salida de la rectoría.
Para el STUAN el problema
fundamental no es ya, simple y sencillamente, el no pago de las prestaciones de
diciembre. Ese tipo de problemas serán recurrentes en tanto se siga con los
mismos esquemas internos de corrupción e impunidad que el rector se niega a
combatir. Para el STUAN el problema fundamental es cambiar de inmediato a un
rector que no esté comprometido con los privilegios y la corrupción interna y
al mismo tiempo un rector que tenga los “tamaños” para iniciar una serie de
transformaciones internas iniciando con la reforma a la ley orgánica. Terminar
con los aviadores ayuda a resolver la crisis financiera, pero es muy
insuficiente. Pónganle números: Se los pongo con cifras del año 2016 porque
tengo esas cifras: el combate a los aviadores tendría que ser con los activos
tanto de base como de contrato, no con los jubilados. Sin los jubilados la
nómina era de alrededor de cuarenta millones de pesos quincenales, ochenta
mensuales, más o menos. De esos ochenta mensuales ¿cuánto costaría quitar a los
aviadores? ¿Un diez por ciento? Serian entonces ocho millones por mes que, multiplicados
por catorce meses (doce del año más dos de aguinaldos), nos daría un ahorro de
112 millones de pesos anuales, lo cual es menos del diez por ciento de lo que
representa el déficit. Por eso, la solución no está en solamente quitar
aviadores, sino en modificar el esquema de corrupción interna y transformar la
universidad del modelo basado en los sectores a un modelo sustentable,
generador de recursos y con pleno respeto a los derechos y libertades
constitucionales. Pero en el STUAN creemos que debemos iniciar con exigir la
renuncia de Jorge Ignacio Peña González como rector de la UAN por su
incompetencia.
PD. En ese sentido
la semana que entra interpondremos las denuncias respectivas, tanto laborales
como penales ante las instancias competentes.