Generalmente, cuando hay una competencia
de velocidades, de manera coloquial se usa el concepto de “sprint” para señalar
que los competidores tienen que meterle toda la velocidad que puedan a su carrera
en el último tramo de la competencia. En el titulo lo puse con terminación G porque es la carrera del mes de mayo, mes de la primavera y "spring" en ingles es referente a la primavera. Después de éste último debate, son doce días
los que faltan para la elección, es el último tramo de la carrera a la que hay
que meterle todo lo que se tenga.
En
cualquier competencia se ve los que ya van quedando lejos, los que no tienen
ninguna posibilidad de triunfo. Pero también se pueden visualizar los que le
meterán todo el acelerador y ganar en el último tramo, o como en la carrera de
caballos, por una nariz. Y bueno, en ese tramo, los equipos de cada candidato tienen
que utilizar sus estrategias políticas que les permitan tener mayor ventaja.
En
ese tenor, cada candidato decide si asiste o no a debates con los costos
político electorales que deben haberlos medido en caso de no asistir. Pero no
solamente para la asistencia o no a los debates, sino para toda acción
política. Debe haber mediciones de la rentabilidad política de las acciones y
declaraciones de cualquier candidato. Eso se profundiza precisamente en el “sprint”,
aquí son muy definitorios los movimientos.
Los
que se ven que están cerrando con mucha fuerza sus respectivas campañas son,
sin duda, Cota Y Navarro. Pero en la pelea sigue el candidato de la alianza Juntos
por Ti, Antonio Echevarría García. Este último puede desinflarse con sus
posturas de no asistencia a los debates. Sin embargo, su equipo de asesores ha
arreciado la campaña de medios para manipular la percepción ciudadana en el
sentido de que ya ganó, aunque todos sepamos que no hay nada para nadie.
Mientras no se tome protesta no hay nada para nadie.
En
esa lucha de tres, también se le mueve la colita a Layín. Mi percepción es que
Layín trata de meterse a la pelea que hasta ahora es de tres para convertirla
en una pelea de cuatro. Sin embargo, Layín sigue siendo un candidato débil, no
porque no traiga votos, esos si los trae, sino porque es un candidato que
rápidamente lo pueden sacar de la pelea si hay una decisión así desde Los
Pinos. Sólo bastaría una orden desde allá para que las instituciones policiacas
y electorales actúen para que Layín sea sacado de la carrera. La verdad dudo
que lo saquen porque hasta ahora ha funcionado bien para el mismo sistema al
cumplir eficientemente su función de dividir el voto. Manteniendo a Layín, las
posibilidades de ganar de Manuel Cota aumentan.
También
queriendo meterse a la pelea está mi amigo Raúl Mejía. A pesar de ser un excelente
candidato, y estar desarrollando una campaña muy buena en el sentido de pegar duro
contra la corrupción, fenómeno del que todos nos quejamos, nomás no ha podido
avanzar en su posicionamiento electoral entre los Nayaritas. Pero, al igual que
Layín, está detrás de los tres que van adelante. Estos dos últimos candidatos,
Layín y Raúl, aún no están muertos electoralmente, se ve difícil un triunfo de ellos,
pero, si tuvieran una puertita o un chance por el cual colarse, seguramente
harían el esfuerzo para tratar de ganar.
Ayón
y Zapata ya deberían seriamente en declinar por alguno en particular. Víctor Chávez
es un personaje que no se le ve presencia, quizá porque su trabajo es de zapa,
silencioso. Puede dar una sorpresa con un buen número de votos de los
Nayaritas. Pero esto no se sabe hasta que se sabe, no se acaba hasta que se
acaba. O como dijo el de las vacas australianas: El dueño es el dueño. Aquí nadie
gana hasta que gana.
En
este “sprint”, arreciarán las acciones de ganar votos a como dé lugar. Y aquí
el PRI y su candidato Cota es quien lleva las de ganar. ¿Por qué? Simple y
sencillamente, como lo dije hace tiempo, Roberto Sandoval está obligado a hacer
ganar, a como dé lugar, a Cota. Su pellejo está de por medio. El uso de
programas sociales, el uso de dinero y de todas las machincuepas y trampas que
se pueden hacer, serán parte de la elección. La historia asi nos dice: las
elecciones son todo menos limpias. El que piense que la FEPADE, o el órgano
electoral, van a ser capaces de detener el uso de toda clase de artimañas que
mejor se vaya a su casa. Y los de oposición, si ya saben que las cosas son así,
lo que menos debe hacer es llorar como plañidera mal pagada, sino actuar de la
misma manera o en su caso, contrarrestar ese tipo de acciones con estrategias
muy bien definidas. Cualquier cosa pueden hacer para detener trampas
electorales o compra de votos. Lo peor que pueden hacer es ponerse a llorar
porque se juega sucio. El medio político electoral está completamente
prostituido como para esperar que en estos doce o trece días se puede jugar con
pulcritud.
Así
que, a mis escasos lectores, desde aquí les comparto que en este “spring” veremos
acciones de diferente naturaleza. No nos asustemos de eso, es lo típico de los
procesos electorales, que por cierto son cosas que ya deberían desaparecer del
escenario político. Pero ¿cómo pueden desaparecer ese tipo de prácticas? La única
manera es que el pueblo se unifique en torno a candidatos limpios. Ahí es donde
“la puerca tuerce el rabo” porque, precisamente, el pueblo se encuentra
completamente dividido.
PD. Veo a los tres primeros
cerrando fuerte en los municipios. Cota se ve seguro, Toño se ve alegre y
Navarro se ve sólido.