Mucho se ha escrito ya acerca
del presunto conflicto entre Manuel Cota y el gobernador para la designación de
los candidatos a presidentes municipales, diputados y regidores. Suponiendo que
ese conflicto sea cierto, vamos a comentar acerca de ello.
Sin
duda alguna, el comportamiento político de los gobernadores, incluyendo al
presidente, es que pretenden dejar su sucesor. Nuestro gobernante tal parece que
no escapa a esa lógica y, por esa razón, se da ese pleito “natural” entre el
que deja la gubernatura y el que pretende llegar a ella. En el caso Nayarit,
este proceso está adquiriendo singular importancia porque es ya casi seguro que
Manuel Cota se va a sentar en la silla gubernamental.
Se
dice, por ejemplo, que cuando el gobernador actual sufrió esa transición, le
dejó designar a los candidatos a diputados, presidentes municipales y regidores
al entonces gobernador saliente Ney Manuel González y, con ello, se terminó el
conflicto. El gobernador ahora pretende hacer el mismo proceso. ¿Cuál es la
lógica de esos acuerdos? Que el gobernador saliente se quede tranquilo porque
habrá un congreso de mayoría con los candidatos impuestos por él. Así, desde el
Congreso del estado, se le cuida las espaldas para evitar que desde ahí se le
persiga y llegue a un final no muy grato.
Tal
parece que esa es la lógica existente en el gobernador saliente. Pretende
imponerle a Cota los candidatos a presidentes municipales, diputados y
regidores. La pregunta inmediata que resulta ante esas intenciones es: ¿Es
conveniente políticamente para el candidato Cota que el gobernador saliente
designe a los candidatos que son afines a él? Obviamente las respuestas a esta
interrogante pueden ser muchas. Claro está, algunas de ellas estarían sesgadas
por el interés político de quien proporcione la respuesta. No es lo mismo que
te la responda alguien afín al gobernador y que aspire a ser candidato a alguna
de las posiciones de representación popular, a que si la respuesta proviene de
uno de la oposición que pretende que le pongan candidatos perdedores y sin
carisma o sin presencia popular alguna, simple y llanamente por ser amigos del
gobernador.
Mi
percepción acerca de este tema es que es el candidato quien debe tener un peso
fuerte en la designación de quienes serán los candidatos en dichos puestos y
que van a servirle de puntal territorial a lo largo y ancho de Nayarit para asegurar
la elección. No debe ser el gobernador, sino el candidato, en este caso Manuel
Cota. ¿Y por qué debe ser así? Una de las razones es que lo que se juega es el
predominio del PRI en el gobierno, no se juega el futuro del gobernador. Si la
lógica del gobernador para imponer candidatos es que no se le “esculque” y le
finquen responsabilidades, entonces trae completamente mal la brújula política.
Quien le puede fincar responsabilidades es el presidente de la república. El
gobernador asegura que no se le persiga simple y sencillamente si le rinde
buenas cuentas políticas al ejecutivo nacional, a Peña Nieto y, para ello, se
requiere que el PRI gane, y, por supuesto, si los candidatos no obedecen a la línea
del candidato entonces puede suceder lo que hasta ahora se dice en los círculos
políticos: Que el gobernador está jugando a que Cota pierda.
Pero
si ese es su juego, entonces ¿Está apostando a que Peña lo persiga como a otros
gobernadores? No, no está apostando a eso, sino que tal parece que está
apostando a ser senador en el 2018 y asi conseguir impunidad. Lograría ser
senador si los candidatos que imponga en las presidencias y en los distritos,
le ayudan a hacer la “grilla” para meterse a la cámara de senadores. Por eso no
le importa que gane el PRI, lo que le importa es que ganen sus candidatos para
luego él ser senador. Y, desde luego, que ganen sus candidatos por el partido que
sea, ya sea por el PRI o ya sea por, por la alianza, por MORENA o por los
independientes. Por estas razones no creo que el gobernador deba imponer a los
candidatos en el PRI. Eso, desde mi óptica no es otra cosa más que deslealtad
al PRI.
Aparte
hay otro elemento. Si el gobernador hubiera hecho buen gobierno, quizá hasta la
concedería algo de razón en su intencionalidad política de dejar herederos en
las diferentes posiciones para tener maniatado al nuevo gobernante desde el
congreso del estado. Pero no es así, el gobierno actual ha sido uno de los más
desastrosos para nosotros los ciudadanos. La verdad es que el pueblo en general
ansia un cambio de gobierno que mejores sus expectativas de vida y no se siga
percibiendo al gobierno como el club de Tobi que llegó a hartarse de dinero los
bolsillos mientras la gente sufre de miseria, pobreza e injusticias. De Juniors
en el gobierno ya estamos hasta la madre, por eso el rarito no representa una
alternativa de mejoría para Nayarit. Los demás candidatos como Navarro y Raúl son
excelentes, pero hasta ahora no han mostrado de que madera están hechos en términos
de fortaleza política para ganar. Sólo Cota ha demostrado que trae “canicas”
para lograr llegar a la gubernatura y creo que Cota no sería peor que el actual
gobernante. Pero la moneda sigue en el aire.
PD. Saludo con afecto al
candidato del PRI Manuel Humberto Cota quien tuvo la humildad de hacerme una
llamada para decirme que en su discurso de toma de protesta como candidato tocó
el tema universitario. ¡Cuanta diferencia con el gobernante actual quien, a
pesar de las denuncias, con su silencio sigue protegiendo la corrupción e
impunidad universitaria!