Hace días señalé que Cota era,
hasta este momento, el más fortalecido de todos los aspirantes a gobernarnos. Y
bueno, su evento del domingo, donde salió ungido como candidato, demuestra que
mi percepción acerca de la situación política no era errónea. Van dos eventos
masivos en los que Cota demuestra empíricamente que tiene arrastre popular. Uno
cuando hizo su marcha para registrarse como precandidato y, el otro, el domingo
pasado en el auditorio de la gente que tuvo lleno total, estuvo a reventar.
Por
supuesto, no faltan las descalificaciones y el esfuerzo de los opositores a su
candidatura tratando de minimizar el evento. Esgrimen un sinnúmero de “razones”:
que hubo acarreados, que hubo muchos jets de políticos corruptos, que las
tortas, que la gente se empezó a retirar, que no hubo lleno total, que esos
eventos se pagan con las cuotas de la carretera de veinte minutos a San Blas, y
en fin, una serie de “argumentos” cuyo objetivo es, precisamente, tratar de
minimizar el esfuerzo realizado por los priistas para que la percepción
ciudadana no sea la de que Cota ya casi se sienta en la silla gubernamental.
“Haiga
sido como haiga sido” lo cierto es que hubo mucha, pero mucha movilización
popular. De hecho, pues, ese evento pone a Cota como el candidato a vencer,
como el que ya está arriba del ring y sólo hace falta que le salga un
adversario de su peso político que, hasta ahorita, no se ve por ningún lado.
Hace falta que los demás aspirante muestren también su músculo político para
saber bien con qué canicas cuenta cada uno de los aspirantes.
Por
que como también lo hemos venido mencionando: auditorios llenos no significan
votos y urnas llenas a su favor. La verdad es que eso solamente lo vamos a
saber a través de la elección, una vez que los ciudadanos concurramos a las
urnas a depositar nuestra voluntad. Pero lo que si es cierto es que, con esta
evidencia de arrastre popular, Cota le dio una soberana bofetada con guante
blanco a todas esas encuestas que ponen a otros aspirantes como los punteros y
representa, además, un golpe mortal para todos aquellos opinadores que tratan
de, mediante puños de saliva, poner a su gallo como el puntero.
Lo que ahora
sigue es, por supuesto, la definición de los candidatos en las presidencias
municipales y en los distritos que van a apuntalar al aspirante a gobernador.
La inclinación política de los ciudadanos hacia un aspirante va a depender mucho
de cómo cada uno resuelva ese tipo de problemas. Sobre todo, en aquellos
municipios y distritos que concentran los votos. Tal parece que en cinco o seis
municipios se aglutina poco más del setenta por ciento de los electores. Poniendo
buenos candidatos en estos lugares la balanza se inclinará hacia el que ponga
mejores gallos.
Pero mientras
son peras o manzanas, Cota se levanta como el que más fortaleza hasta ahora ha
mostrado. Lo que si es necesario es que los ciudadanos ya tengamos en cuenta cual
es la postura del gobernador respecto del ahora candidato del PRI. Dicen que no
es su gallo, sino que el gallo del gobernador es el rarito dado que es el
chiquillo es el que le garantiza cubrirle las espaldas de todo el olor a corrupción
de que están llenas las instituciones Nayaritas y que ponen al ejecutivo como
uno de los posibles ex gobernadores que van a seguir la suerte de otros que
ahora andan prófugos de la justicia. El rarito es el que al gobernador le
conviene, dicen. Y bueno, en una de las fotos, cuando Cota está con la mano
levantada tomando protesta como candidato, se aprecia la cara de compungido del
ahora presidente del congreso del estado quien es, todos lo sabemos, el
pastoreador de los diputados en el congreso del estado.
Si lo anterior
es cierto, el gobernador está con su cabeza a punto de que se la corten. A
menos que Peña Nieto no tenga la intención de que el PRI gane en Nayarit, y
solo sobre esa base, el gobernador puede esquivar los alcances de la justicia
porque ello significa un sacrificio de Cota. Pero si la intención del
presidente no es esa y Cota gana, pero el gobernador le hace la masa aguada,
entonces si puede suceder que la cabeza de hasta ahora gobernador vaya a andar
a salto de mata. Yo no creo que el gobernador Nayarita trague lumbre. Hasta
ahora parece que, si le quiere hacer la masa aguada a Cota pues, al heredarle
cientos de basificaciones, cientos de permisos de transporte y en general
aumentar la carga financiera de un gobierno quebrado, es sinónimo de que se
pretenden poner piedras en el camino, se dificultan las cosas para el nuevo
gobernante.
En fin, las
cosas en el terreno político se van a poner más calientes a medida que avance
el proceso. Yo espero que la violencia no se presente y los ánimos caldeados no
lleguen al nivel en que tengamos muertitos. No lo deseo por ningún motivo.
Hasta ahora los pleitos entre ciudadanos por querer hacer ganar al candidato de
su preferencia son pleitos de saliva, no pasan de eso y pues, como dicen en mi
rancho allá por Villa Hidalgo, “de lengua hasta que nos matemos”.
PD. Y en el
caso de la UAN estamos esperando que ya “entamben” a Juan López Salazar y se
recuperen muchos millones de pesos para la casa de estudios. En este tema tal
parece que el gobernador sigue guardando un silencio parecido a la complicidad.