La lucha por sanear la
universidad para mi no es nueva. Siempre lo he hecho. Desde la trinchera que
esté la lucha siempre la he dado. Siempre he querido que la institución a la que
le he entregado mi vida, sea una institución de excelencia, pero hay personajes
que la han hundido y quieren seguir hundiéndola. Ya no se puede soportar más.
Aquí les transcribo un manifiesto que firmamos en 2004 Tomás Pérez Ruiz y yo
quienes fuimos candidatos a rector de la UAN y del lado de las mafias
universitarias era Omar Wicab. El documento tiene la firma de Julio A.
Plascencia Flores, quien entonces era el secretario de la comisión especial del
consejo general universitario que se formó para tal efecto. Dice así.
“Los
suscritos candidatos a rector de la Universidad Autónoma de Nayarit, hacemos
público nuestro interés porque el proceso de sucesión rectoral se desarrolle
con absoluta transparencia, equidad y con la participación de todos los
universitarios. Por lo anterior manifestamos: 1) Nuestro más enérgico rechazo a
la intromisión del rector Francisco Javier Castellón Fonseca, de sus funcionarios
y de algunos directores, quienes sin el menor respeto a nuestra investidura de
candidatos, apoyan al candidato Omar Wicab Gutiérrez haciendo proselitismo a su
favor y desviando los recursos universitarios para apoyar su campaña. Estas
maniobras de Castellón en su perverso intento de dejar un heredero en la rectoría,
están demostrando la inequidad del proceso, pues las autoridades universitarias
por ningún motivo deben ser parciales al ignominioso grado de ser completamente
proclives al candidato Omar Wicab Gutiérrez. Por ésta razón, hacemos esta
denuncia pública para que el órgano superior de fiscalización, a partir de sus
facultades constitucionales, revise e investigue este escandaloso dispendio de
recursos y finque las responsabilidades ha que hubiere lugar; 2)Convocamos
públicamente al candidato Omar Wicab a un debate con todos los universitarios
de cara frente a ellos y al pueblo en general con la presencia de todos los
medios de comunicación para el día viernes 21 de los corrientes (era entonces
mayo del 2004) en la explanada de la rectoría a las seis de la tarde con el fin
de presentar nuestras propuestas y programa de trabajo; 3)Hacemos un llamado al
pueblo, a las cámaras empresariales, a los sindicatos, a las organizaciones no
gubernamentales, a los partidos políticos y a la sociedad en general para que
participe con sus opiniones y nos reclame el tipo de universidad que los
universitarios debemos construir; 4) Convocamos a defender nuestra dignidad de
universitarios. Exhortamos a la defensa de la universidad pública a los que no
comparten el autoritarismo y las prácticas políticas primitivas de aquellos
quienes pretenden imponer un heredero (que no es Nayarita ni egresado de la
Universidad Autónoma de Nayarit) en la rectoría, al margen de la decisión de
todos los universitarios”. Firman Roberto González Bernal y Tomás Pérez Ruiz y
recibe en la comisión especial del consejo general universitario el secretario
Julio Alejandro Plascencia Flores.
Hasta
ahí está el manifiesto y bueno, a la luz de los hechos actuales, lo dicho en el
2004 prácticamente sigue cobrando vigencia. Las mafias universitarias pretenden
imponer un heredero que les proteja las espaldas, que les siga manteniendo el
clima de corrupción sobre el que han asentado sus reales usando a la UAN como
negocio y como trampolín político, sigue la antidemocracia pretendiendo que al rector
lo escojan sólo 118 consejeros a quienes presionan, sobornan o intimidan con
muy pocas excepciones, y en fin, sigue la misma situación.
Afortunadamente
ahora la situación política está diferente: hay un SPAUAN en crisis con una
profunda división interna a la que se le suma la presencia del STUAN que no existía,
hay un liderazgo estudiantil que sin duda está muy cuestionado y sobre todo
está asentado con una base de ilegalidad muy fuerte a la que se le suma la
incipiente organización estudiantil MEUAN, un SETUAN consolidado internamente
aunque su liderazgo esté muy desgastado y cuatro aspirantes a la rectoría muy unificados
y dispuestos a dar la pelea, entre ellos yo por supuesto y, para finalizar, un
rector del que se tiene una muy mala percepción sobre su administración y
debilitado políticamente. Las cosas están
diferentes.
El
problema central de la sucesión ahorita es que no hay un operador central que
haga que el proceso sea aterciopelado donde los universitarios demos muestra de
madurez y civilidad. Debería ser el rector saliente Juan López quien hiciera
ese trabajo, o por lo menos el secretario general de la Universidad pero tal
parece que están neófitos en política y están dejando las cosas al garete.
Desde aquí les digo: los aspirantes que nos hemos unificado no tenemos una
ambición personalera por ser rector de la UAN, sólo queremos que las cosas
mejoren en nuestra institución pero eso significa no seguir con lo mismo,
significa no seguir con las practicas primitivas de imposición, de
antidemocracia, de corrupción, de trafico de influencias y de posturas hasta
discriminatorias. Tenemos voluntad política para que la sucesión sea tranquila,
con apego a los principios de legalidad,
certeza, equidad, transparencia y democracia que implica la participación de
los universitarios en dicho proceso. robertogbernal@gmail.com
PD. Por una universidad
sustentable, comprometida con el desarrollo local, con la transparencia, con la
rendición de cuentas, con el respeto al estado de derecho, con la equidad de
género y con una profunda vocación democrática. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx