Mi estimado Carlos, te saludo
con afecto y al mismo tiempo quiero señalarte públicamente mi posicionamiento
respecto a tu postura política en el sentido de avalar la aspiración del
maestro Peña a la rectoría de la Universidad a nombre de los académicos
universitarios. Antes te aclaro que no asistí a visitarte a tus oficinas junto
con los otros tres compañeros aspirantes a la rectoría con quien estoy haciendo
un equipo para luchar por la democracia, la legalidad y el saneamiento
institucional y que te visitaron para hacerte el reclamo que te hicieron. No lo
hice porque ellos fueron como integrantes del sindicato que diriges a
reclamarte tu falta de respeto por asumir posturas a nombre de los spauanistas sin
haber consultado a los integrantes de ese sindicato. En ese tema yo no tengo
nada que ver.
En
el sindicato al que pertenezco, STUAN, también tenemos académicos y, como
tales, también deben ser consultados para que tu lleves los tres votos al
consejo general universitario, porque, a
pesar de que la ley te da la facultad de designar a tres consejeros, esos tres
son representantes del personal académico, no importa su afiliación sindical y,
en esa tesitura, no puedes asumir posturas por ellos a su nombre y
representación. Ese es un primer reclamo: Como consejero universitario, no puedes
hablar a nombre de los académicos universitarios si no se te da la autorización
para hacerlo, mucho menos decir que hay tres votos a favor del maestro Peña.
La
sociedad espera mucho de nosotros los universitarios. Debemos ser ejemplo de un
ejercicio democrático, debemos ser ejemplo de respeto a las leyes. Tu mejor que
nadie sabe que las leyes universitarias están obsoletas , es esa obsolescencia
la que permite que se actúe con impunidad al interior de la institución al
grado tal de querer dar madruguetes políticos aprovechándose de las lagunas
jurídicas existentes.
Nuestro
sistema jurídico político mexicano se ha ido modificando en el sentido de
generar mas instrumentos jurídicos para que los ciudadanos accedamos con mayor
facilidad al ejercicio de la vida pública, para que participemos cada día mas
en la construcción de instituciones sólidas, al extremo de considerar la participación
en los procesos electorales como derechos humanos, no simplemente como garantías
constitucionales.
Por
esas razones, cuando avalas posturas como la de señalar que la sucesión
rectoral debe reducirse a que decidan 118 consejeros no solamente reflejas una
postura política arcaica, sino que cortas toda posibilidad de crecimiento de la
cultura política de los universitarios. Desde mi perspectiva, son conductas
políticas primitivas que ya deberían de ser parte del desván de la historia
universitaria sobre todo si sostenemos que estamos avanzando en el ranking del posicionamiento
de las universidades públicas. Es contradictorio sostener que somos de las
mejores universidades y en contrapartida nuestra práctica política se asemeje a
la cultura política de los años sesentas del siglo pasado en nuestro país,
cuando los acarreos de los electores como “borregada” eran el pan de cada día.
Peor aún, es más primitivo que se de un apoyo a un aspirante a la rectoría, sin
conocer los proyectos de universidad que se plantean por otros aspirantes. Con
todo respeto a los ejidatarios, pero hasta ellos reclaman primero saber cuales son
las propuestas para apoyar una de ellas. Es inconcebible que un líder de los
académicos universitarios se comporte políticamente de menor nivel al de un
ejidatario. Y lo digo con todo respeto a los ejidatarios.
El
articulo 86 del estatuto de gobierno señala enfáticamente que es en la
comunidad universitaria donde se depositan las decisiones institucionales. La
sucesión del rector es una decisión institucional. El articulo nueve arábigo
uno de la ley orgánica dice que la comunidad universitaria se integra por alumnos,
trabajadores administrativos y académicos y por autoridades. En consecuencia,
somos todos los integrantes de la comunidad universitaria quienes debemos
decidir acerca del nuevo rector, no los 118 consejeros. Estos, desde luego,
como dice la ley, votan nominal y abiertamente en el consejo general
universitario pero lo deben hacer sobre la base de la decisión de la comunidad universitaria, no son votos
personales para que voten por quien les de la gana.
Desde
luego, como ustedes pretenden imponer rector al margen de la comunidad
universitaria, realizan una burda manipulación de la ley para decir que solamente
los 118 deben votar y decidir. Pero ante
ese empecinamiento, habremos algunos que haremos valer esos instrumentos jurídicos
a que te hago referencia para defender los derechos político electorales de
todos los universitarios como es el derecho a votar, a conocer las diferentes
propuestas y votar. A eso te invito, a que dignifiques el papel que deben jugar
los académicos en este proceso de sucesión rectoral, a que respetes los
posicionamientos de los académicos, a que respetes la diversidad y la
pluralidad que hay en la universidad y no te presentes como si tu voz fuera la
voz de todos los académicos. Sabes perfectamente que tienes al interior de tu
sindicato mucho rechazo porque tu desempeño como defensor de los derechos
laborales no ha estado a la altura de las circunstancias, y eso te lo reclamo
aunque no esté en el SPAUAN porque soy afectado con tus decisiones de estar
mutilando permanentemente el contrato colectivo de trabajo.
Espero que estas líneas no las
entiendas como agresión, sólo son reclamos justos para que, independientemente
de tus preferencias políticas y tus apoyos al maestro Peña, te conduzcas con mayor
apego a las leyes y al respeto que le debes tener no solamente a quienes
representas, sino a todos los académicos que estamos en otra organización. Esperando
que tu comportamiento político dignifique a los académicos de la universidad,
te mando un afectuoso saludo. Tu amigo: Roberto González Bernal, dirigente con
licencia del STUAN.
