Hoy es día de mi
morenita, la virgen de Guadalupe. Felicito a todos los Guadalupes en su día,
aunque algunos no sean santo de mi devoción, como el judas de Nayarit Guadalupe
Acosta, no importa, de todas maneras les deseo una gran felicidad en este su
día. Hoy, por ser doce de diciembre, quiero compartirles algunas opiniones
acerca de lo que algunos dicen en el sentido de que la Virgen de Guadalupe es
otro de los mitos de los Mexicanos.
Fray Juan de Zumárraga, quien le había pedido una prueba
a Juan Diego acerca de la aparición de la virgen, siempre negó la existencia de
milagros y jamás escribió en todos sus escritos algunas letras sobre la virgen
Guadalupana. Por eso dicen que ahí está una primer gran mentira. La segunda,
dicen, que ni los propios sacerdotes clérigos creen en la existencia de Juan
Diego. Los grandes historiadores guadalupanos no se ponen de acuerdo en donde y
cuando nació, incluso, el relator de la
Congregación para la causa de los santos Sandro Corradinni, en 1982 sostuvo que
“de Juan Diego no hay nada”. Incluso el monseñor Schulemburg se opuso a su
canonización.
Se dice que la Tilma (O Ayate de Juan Diego) es la prueba
de la existencia del milagro de la Virgen de Guadalupe. Esta vestimenta era muy
común entre los indígenas. Se sostenía mediante un nudo al nivel de uno de los
hombros del indígena que la portara y les llegaba debajo de las rodillas. Por
lo general se fabricaba con fibras de maguey. Pues bien, el Ayate que se exhibe
en la basílica de Guadalupe, dicen que mide 1.80 metros de alto, lo cual
significa que Juan Diego debió de haber tenido una estatura de 2.5 metros para
no arrastrarlo. Es poco creíble que tuviera esa estatura.
Por otro lado, dicen, que el centro nacional de registro
y conservación para obra mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes sostiene
que las fibras del ayate de Juan Diego no son de maguey sino de lino y cáñamo,
lo cual demuestra que no se trata de un burdo ayate sino de un lienzo de mucha
calidad y valor. Sostienen además que la prenda de vestir del indígena no es
una prenda para vestir sino para ser pintada pues tiene una base de sulfato de
calcio. ¿Y quien fue el pintor? Un indígena de nombre Marcos Cipac de Aquino
alumno de fray Pedro de Gante cuyas obras se conservan en los conventos
franciscanos San Francisco de Huejotzingo.
Otro de los mitos, dicen, alrededor de la Virgen de
Guadalupe es el que consiste en que ella es mexicanísima. Quienes sostienen que
eso es un mito afirman que la virgen Guadalupana es española, descubierta por
un vaquero extremeño de nombre Gil Cordero, y que representa una de las
herencia de Hernán Cortés a Nueva España. La virgen “apareció” en Extremadura
España, encontrada su figura a comienzos del siglo XII. De hecho, en 1338
Alfonso XI le mandó construir un templo y más de cien años después los reyes
católicos la declararon protectora de los indios. Cortés traía un estandarte
con la imagen que se adoraba en su tierra, Extremadura, incluso la colocó en un
pequeño templo que el conquistador había mandado construir precisamente en el
mismo cerro del Tepeyac. O sea, dicen, ya tenia su casita.
Se dice también que la virgen no es católica sino una
diosa prehispánica que fue transformada por los sacerdotes luego de la derrota
de los aztecas a causa de la viruela. Así como transformaron a Tláloc en san
Juan Bautista, a Xochipilli en san Isidro Labrador y a Huitzilopochtli en
Jesucristo, lo mismo ocurrió con Tonantzin, la madre de dios según la mitología
prehispánica, la transformaron en la virgen de Guadalupe.
Y bueno, aunque estos datos acerca de nuestra virgencita
morena son tomados del libro de Francisco Martin Moreno, yo de todas maneras me
declaro guadalupano. Aunque me digan que los frailes del tiempo jamás creyeron
en la aparición, aunque me digan que Juan Diego no existió, y que me digan que
el ayate no es ayate, y que la virgen es española y que aquí la transformaron,
yo me sigo declarando guadalupano. Es una postura muy criticable por no tener
ninguna base científica, así como no tener ninguna evidencia empírica de la
existencia de la virgencita y sus milagros. Tampoco es mi fundamento la serie
televisiva de la virgen de Guadalupe y aunque me digan que debo ser objetivo y
racional, sigo siendo guadalupano. Para mi no se trata de ver para creer, sino
de creer para ver. Esa fe, irracional y ciega si gustan, me hace sentir mejor
ser humano y mejor ciudadano y, si eso lo llevo a la practica con mi conducta
privada y pública, entonces es posible crear conciencias, es posible
transformar el entorno. Con esa fe es como combato la corrupción y los malos
gobiernos desde esta humilde trinchera que comparto con mis escasos lectores.
He dicho. robertogbernal@gmail.com
PD. Y a Propósito de
enchiladas, seguramente en el evento del pichón, habrá algunos políticos
repartiendo sonrisas en aras de conseguir simpatías para una posible
postulación a candidato en el próximo proceso electoral. ¡Abusados mis
lectores! Son los tiempos de transformación de las alimañas, víboras y
tepocatas, en blancas palomas, es el tiempo en que se transforman los chamucos
en ángeles. ¡Disfruten su fin de semana! ¡Nos veremos! Dijo un chaparrito ex
gobernador tan honesto como el gober precioso, Moreira, o Romero Deschamp. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx