Hace algunos días, en otra columneja,
señale que había quienes sostenían que los Gallegos de Galicia España, eran los
más pendejos del mundo no habían volteado a Nayarit. Y esto venía a colación
porque tenemos gobernantes y candidatos aspirantes a gobernarnos, que no
rebuznan nomas porque dios es grande. Uno de mis cuatro lectores, me lo recordó
en un correo y, debido a esa suspicacia de mi lector número cuatro, me envió la
carta de don Quijote de la Mancha a Sancho Panza gobernador de la ínsula
barataria, en la cual le da unos consejos que bien se pueden aplicar a nuestros
gobernantes y candidatos quienes aspiran a gobernarnos. Dice así.
“Cuando esperaba oír
nuevas de tus descuidos e impertinencias, Sancho amigo, las oí de tus
discreciones, de que di por ello gracias particulares al cielo, el cual del
estiércol sabe levantar los pobres, y de los tontos hacer discretos. Dícenme
que gobiernas como si fueses hombre, y que eres hombre como si fueses bestia,
según es la humildad con que te tratas: y quiero que adviertas, Sancho, que
muchas veces conviene es necesario, por la autoridad del oficio, ir contra la
humildad del corazón, porque el buen adorno de la persona que está puesta en
graves cargos ha de ser conforme a lo que ellos piden, y no a la medida de lo
que su humilde condición le inclina. Vístete bien, que un palo compuesto no
parece palo: no digo que traigas dijes ni galas, ni que siendo juez te vistas
como soldado, sino que te adornes con el hábito que tu oficio requiere, con tal
que sea limpio y bien compuesto. Para ganar la voluntad del pueblo que
gobiernas, entre otras has de hacer dos cosas: la una, ser bien criado con
todos, aunque esto ya otra vez te lo he dicho; y la otra, procurar la
abundancia de los mantenimientos, que no hay cosa que más fatigue el corazón de
los pobres que el hambre y la carestía.
No hagas muchas
pragmáticas, y si las hicieres, procura que sean buenas, y sobre todo que se
guarden y cumplan, que las pragmáticas que no se guardan lo mismo es que si no
lo fuesen, antes dan a entender que el príncipe que tuvo discreción y autoridad
para hacerlas no tuvo valor para hacer que se guardasen; y Las leyes que
atemorizan y no se ejecutan, vienen a ser como la viga, rey de las ranas, que
al principio las espantó, y con el tiempo la menospreciaron y se subieron sobre
ella.
Sé padre de las virtudes
y padrastro de los vicios. No seas siempre riguroso, ni siempre blando, y escoge
el medio entre estos dos extremos, que en esto está el punto de la discreción.
Visita las cárceles, las carnicerías y las plazas, que la presencia del
gobernador en lugares tales es de mucha importancia: consuela a los presos, que
esperan la brevedad de su despacho; es coco a los carniceros, que por entonces
igualan los pesos, y es espantajo a las placeras, por la misma razón. No te
muestres, aunque por ventura lo seas, lo cual yo no creo, codicioso, mujeriego
ni glotón; porque en sabiendo el pueblo y los que te tratan tu inclinación
determinada, por allí te darán batería, hasta derribarte en el profundo de la
perdición.
Mira y remira, pasa y
repasa los consejos y documentos que te di por escrito antes que de aquí
partieses a tu gobierno, y verás cómo hallas en ellos, si los guardas, una
ayuda de costa que te sobrelleve los trabajos y dificultades que a cada paso a
los gobernadores se les ofrecen. Escribe a tus señores y muéstrateles
agradecido, que la ingratitud es hija de la soberbia y uno de los mayores
pecados que se sabe, y la persona que es agradecida a los que bien le han hecho
da indicio que también lo será a Dios, que tantos bienes le hizo y de continuo
le hace.
La señora duquesa
despachó un propio con tu vestido y otro presente a tu mujer Teresa Panza; por
momentos esperamos respuesta. Yo he estado un poco mal dispuesto de un cierto
gateamiento que me sucedió no muy a cuento de mis narices; pero no fue nada,
que si hay encantadores que me maltraten, también los hay que me defiendan.
Avísame si el mayordomo que está contigo tuvo que ver en las acciones de la
Trifaldi, como tú sospechaste, y de todo lo que te sucediere me irás dando
aviso, pues es tan corto el camino; cuanto más, que yo pienso dejar presto esta
vida ociosa en que estoy, pues no nací para ella.
Un negocio se me ha
ofrecido, que creo que me ha de poner en desgracia destos señores; pero, aunque
se me da mucho, no se me da nada, pues, en fin en fin, tengo de cumplir antes
con mi profesión que con su gusto, conforme a lo que suele decirse: amicus Plato, sed magis amica veritas.
Dígote este latín porque me doy a entender que, después que eres gobernador, lo
habrás aprendido. Y a Dios, el cual te guarde de que ninguno te tenga lástima. Tu
amigo Don Quijote de la Mancha.”
PD. Mucho de lo escrito
por Don Quijote a Sancho Panza, lo pueden aplicar mis escasos lectores a
cualquiera de los gobernantes que tenemos y hemos tenido e incluso a quienes
aspiran a gobernarnos. Hay buenos consejos para ellos y ojala y los practiquen
y aquellos que nos han catalogado a los Nayaritas como más pendejos que los
Gallegos de Galicia, ya no sostengan esa tesis, aunque haya algunos quienes
sostienen que los cocodrilos vuelan…pero bajito.