Que esta columna le sirva de mensaje al gobernador Sandoval para que, si pretende hacer historia como él lo dice, analice la posibilidad de alejarse de esas tentaciones que le llegan a todo político que asume el poder, son las tentaciones del autoritarismo, de la vanidad, del protagonismo político y de la construcción de un gobierno mediocre caracterizado por la intolerancia. Ya bien lo decía el general Marcelino García Barragán “el poder marea a los inteligentes, pero a los pendejos los vuelve locos”. Cuidado con esa frase.
Ayer vi a mi tocayo, lo saludé y me saludó, en un sencillo como modesto puesto de mariscos. Su actitud sigue siendo la de un muchacho sencillo, tranquilo. Su presencia en ése negocio, sin el despliegue de “guaruras” ni de cuerpos de seguridad que lo protejan, me dio cierta confianza. Presencié de manera muy cercana un gobernador sin el temor a la inseguridad y de un gobernador que se acerca a la gente, al pueblo. Si así se conduce mi tocayo seguramente construirá un buen gobierno, sin las dosis de prepotencia, indolencia, vanidad e intolerancia que caracterizaron al gobierno de Ney.
Pero el gusto me duró poco. Apenas llegué a la soledad de mi cuarto de estudio me puse a leer la prensa y me encontré unas declaraciones del gobernador que apuntan hacia el abismo de la intolerancia. El gobierno de Sandoval está en pañales, apenas inicia y me da preocupación que a temprana edad de la existencia de este gobierno, ya se empiece a caer en posturas con ciertas dosis de intolerancia. De por si las declaraciones de secretario general de gobierno no han sido del todo afortunadas al señalar que los mas de mil millones de pesos son intangibles, evidenciando con ello la indolencia del gobierno ante la corrupción y ahora, con las declaraciones de mi tocayo al asumir una postura con tintes de intolerancia, seguramente eso nos puede llevar a la construcción de un gobierno del que hemos renegado los Nayaritas, un gobierno corrupto y autoritario.
El gobernador Sandoval está a tiempo de evitar caer en eso, pero debe evitar hacer en esas tentaciones. Cuando declara que los que asumimos posturas críticas de su gobierno es porque tenemos envidia asume una postura corta, una postura no muy envidiable para ser el gobernador. Una de las cosas que hay que reconocerle a Ney fue que su postura ante la crítica fue que de ella aprendía, lo cual es una postura inteligente. Pero cuando mi tocayo nos dice que los que criticamos es por envidia, me parece que cae en lo que el mismo critica de sus críticos: que tenemos poca estatura moral. Mi tocayo debería de tocar menos el tema de la moralidad, o si está libre de pecado pues que tire la primera piedra.
Y esa defensa que hace de su gobierno la hizo con motivo de la existencia de las farmacias de la gente. Las farmacias de la gente, así como las ferreterías de la gente, son parte de su política social. En lo personal, yo no me opongo a que esas farmacias existan, no importa que mi tocayo les dé un uso electorero y faccioso para apoyar a los candidatos del PRI. Lo que se critica es la ausencia de los medicamentos en los centros de salud del estado o como lo dice el propio diputado Polo Domínguez, que se lleven los medicamentos correspondientes a los centros de salud en donde deberían ser gratuitos, a las farmacias de la gente en donde se les vende a diez pesos la medicina.
En lo personal, mi crítica hacia el gobierno ha sido propositiva, constructiva. De hecho le he realizado muchas sugerencias a mi tocayo para que haga un buen gobierno, como la de ahora que consiste en que se aleje de la tentación de caer en posturas intolerantes. El valor de la crítica constructiva se fundamenta en el propósito de lograr un cambio favorable que beneficie a todas y cada una de las personas involucradas en circunstancias o ambientes determinados, con actitud de respeto y sentido de colaboración. De forma natural, los que hacemos crítica constructiva buscamos comunicar nuestros pensamientos e influir en los demás con nuestra opinión para lograr cambios en la familia, la sociedad, el trabajo o la escuela; sin embargo, corremos el riesgo de sujetarnos únicamente a nuestro particular punto de vista e intereses, sin atender a las necesidades o propósitos que tienen los demás.
Y bueno, sin el ánimo de cobrarle honorarios al gobernador, aquí le hago algunas sugerencias: 1) Debe evaluar las situaciones, escuchar a las personas y preguntar. De esta manera tendrá los elementos necesarios para formar un juicio correcto y dar una acertada opinión; 2) Antes de criticar a las personas en cualquier aspecto, debe examinarse con el mismo rigor y criterio, no sea que tenga los mismos defectos. O como lo he dicho en reiteradas ocasiones de manera muy coloquial “para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”. Le recuerdo que para ayudar a los demás, debe ser el primero en mejorar; 3) Debe hacer el propósito de descubrir lo bueno que tienen las personas, las instituciones y las circunstancias. Si no tiene algo positivo que decir, lo mejor es callar; 4) Debe examinar sus intenciones, sentimientos y estado de ánimo antes de pronunciar palabra; 5) Debe aprender a informarse con profundidad y acostumbrarse a hablar de los hechos, evitando hacer interpretaciones y suposiciones superfluas, como esa de que sus críticos somos envidiosos, esa postura es la de un joven inmaduro, de tercer año de secundaria y 6) Debe aceptar con madurez todo tipo de críticas y comentarios respecto a su persona y modo de trabajar, centrando su atención en la oportunidad de ser mejor. Tocayo, los Nayaritas quedamos”hasta la madre” de un gobierno como el de Ney, no lo repitas y harás historia. robertogbernal@gmail.com
PD. Y otra sugerencia, deslígate de la aprobación que hicieron los diputados al aprobar la cuenta pública. Sólo aprobaron el saqueo, las raterías. Que no te llegue ese mierderío. Digo, son sugerencias, que son como las llamadas a misa, “el que quiere va, y el que no, pues no”. www.trincherauniversitaria.blogspot.com
