05 octubre 2010

UNA ALIANZA DIFERENTE A LA DEL 99

Para construir una alianza distinta a la del 99 se requiere el proyecto, los compromisos claros y transparentes de frente al pueblo. Si sólo se trata del asalto del poder político en Nayarit para que estén al frente una gavilla de pillos, mercenarios de la política o gente que sólo trafica con el poder para hacer negocios, entonces a los ciudadanos nos da igual que al frente este “juana o chana”. No habría diferencia entre los actuales gobernantes y los que se incorporen al gobierno a través de la alianza.
            Por eso es importante que los que andan de “suspirantes” por la gubernatura, desde un principio deben dar muestras de que son diferentes. Y lo he ejemplificado con Acosta Naranjo, a quien le he estado señalando que si quiere ser el candidato de la alianza y que los ciudadanos apoyemos ése proyecto, entonces desde este momento debe ser y parecer diferente a los candidatos de otros partidos. Pero hasta la fecha es al contrario, Naranjo, con su actividad política está ensuciando el proyecto, porque mercadea con el hambre de la gente para ganar simpatías, porque protege presuntos delincuentes como Godoy, porque no aclara el origen de sus bienes presuntamente consistentes en las mansiones que tiene en el DF y su casita de descanso en Cuernavaca, y eso que no se sabe nada de sus cuentas bancarias, porque no aclara el pacto con Calderón el que al parecer le ha redituado grandes beneficios económicos. ¿De donde sale la lana?
            El proyecto aliancista no debe ser diferente solamente en el discurso y en las poses en gran medida demagógicas de los políticos que nos quieren gobernar a través del proyecto aliancista, sino que se deben demostrar desde la práctica política, con su actuación en la vida cotidiana, que son distintos. ¿Qué diferencia hay entre un político como Roberto Sandoval que se gasta el dinero del pueblo en grilla con otro de la oposición como Naranjo que hace lo mismo aunque éste está peor porque no clarifica de donde obtiene los escandalosos recursos que gasta en su actuación política con la complacencia de las autoridades electorales?
            Por eso hemos estado machacando que las cosas no se deben poner en riesgo, no se debe manchar un proyecto que representa la esperanza de los ciudadanos, no se debe ensuciar el proyecto que representa el camino para salir del “atolladero” en que estamos metidos. Las cosas deben ser diferentes para que los ciudadanos podamos apoyar esta alternativa, pero si la convierten en una opción que sólo aparece como una gavilla de bandoleros asaltando el poder en Nayarit, si aparecen como una bola de bandidos que se reparten un botín político, entonces no hay mucha diferencia.
            La alianza en Nayarit debe ser diferente a la del 99. En aquella se repartieron las posiciones entre los grupos y solamente se hizo un simple reparto del botín. Por eso, con todo derecho Toño Echevarría corrió vergonzosamente a Acosta Naranjo (con lo cual no estuve de acuerdo por supuesto, ni con el fondo ni con la forma), porque en la repartidera a Toño le habían dejado el poder ejecutivo mientras que los partidos se repartieron las candidaturas. Si Toño, se adueñó del poder ejecutivo, estaba en su derecho de decidir quien entraba y quien salía de ahí. Hasta a mi me toco bailar con la mas fea. Eso no me sorprende porque sólo fue una simple repartidera del botín. Pero eso precisamente es lo que no se debe permitir en esta alianza. Son errores que no se deben repetir.
            Por eso, si de a de veras va a ser diferente, se requiere que públicamente se diga como se van a distribuir las candidaturas y cómo se va a integrar el gabinete. Ya hay voces que plantean que la distribución de las candidaturas se haga mediante consulta a la ciudadanía y no con encuestas amañadas que se negocian a trasmano y luego esas negociaciones turbias se legitiman con una encuesta hecha al “gusto del cliente”. También ya se viene planteando que las posiciones plurinominales no se les otorguen a las mafias de los partidos que tranquilamente esperan una posición sin gastar dinero ni desgastarse físicamente ni haciendo el trabajo político, sino que se entreguen a los candidatos perdedores que obtengan un porcentaje alto de la votación. Pero también se viene planteando que el gabinete no sea propiedad de una familia, de un club de amigos o de las mafias partidarias sino que se ciudadanice la integración del poder ejecutivo a fin de que quien sea gobernador no sienta que el poder ejecutivo es de su propiedad, sino que sea un poder del pueblo. robertogbernal@gmail.com
PD. Los Nayaritas no queremos un gobierno que sea el “club de Tobi”, como tampoco queremos que sea integrado a partir del amiguismo, del compadrazgo o a partir de socios. Queremos un gobierno del pueblo, que responda a sus intereses y no a los intereses de camarillas que asaltan el poder y usan el poder para vivir como parásitos del pueblo, con privilegios y canonjías que les permitan una vida  de tipo faraónica. Por es la alianza actual debe ser diferente de la del 99. www.cainay.blogspot.com

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