Desde luego que son muchos los compromisos que deberá asumir quien resulte candidato de la alianza. En principio, ya lo comenté en otras columnas, no cometer los garrafales errores políticos que se cometieron en el gobierno de Toño Echevarría, empezando por no integrar el gobierno a partir del amiguismo, con compadres, socios, pasando luego por no hacer tráficos de influencias, también evitar tomar decisiones que competen a la vida pública desde el seno familiar de quien sea el gobernador, aparte de tener que diseñar mecanismos para blindar al nuevo gobierno contra las intrigas palaciegas y los mitotes.
Paralelamente a este tipo de cosas que son sencillas, el nuevo gobernante debe evitar la soberbia como forma de trato hacia el pueblo, la soberbia es signo de mediocridad y la verdad, los Nayaritas ya estamos cansados de que los que aspiran al gobierno en campaña son unas peritas en dulce y nomás llegan al gobierno, se suben al ladrillo de la gubernatura, y de inmediato cambian su actitud. Se vuelven prepotentes, soberbios, altaneros, aparte de corruptos. Por eso mismo, los responsables de construir la alianza, deben diseñar los mecanismos para evitar que el gobierno aliancista se vuelva como si fuera de las mafias priistas o peor.
Bien, pero lo señalado atrás son las pequeñeces. El candidato aliancista debe asumir los compromisos claros, concretos, que van a servir de base para la transformación económica, social y política de Nayarit. Y los responsables de construir la alianza deberán tener la responsabilidad de instrumentar las medidas pertinentes para evitar que el candidato a la gubernatura, una vez que sea gobernador, se raje. El gobierno aliancista será del pueblo y no será propiedad del nuevo gobernante. Habrá muchos que participaremos al lado de la alianza, poniendo cada quien su granito de arena, unos con su talento personal, otros convenciendo amigos, familiares, los más pondrán dinero para sufragar gastos, todos de alguna manera contribuirán al triunfo del candidato aliancista y, no se vale, que una vez que se llegue al gobierno, ese candidato se apropie del mismo y disponga a su libre antojo de los funcionarios que lo integren. No se vale darles a esos nuevos funcionarios sólo la responsabilidad pero no la capacidad de decidir. Que el candidato llevará la mayor carga, es cierto, pero por eso será el gobernador, pero no un virrey, eso ya no queremos.
Como les decía, habrá muchos compromisos que tenga que asumir el candidato aliancista, pero hay uno con el que debe empezar, aparte de la integración del gabinete. Ése compromiso que deberá asumir se deriva de la siguiente pregunta: ¿Cuál será la postura ante la salida del gobernador? ¿Se le dejará ir así nomás? La pregunta no es ociosa, tiene sentido porque desde el principio se va a ver si hay complacencia con la corrupción y la impunidad o no. Desde el inicio vamos a poder ver si el candidato aliancista y nuevo gobernador va a combatir al corrupción y la impunidad a fondo o si va a asumir una postura de indiferencia, de silencio, de apatía y con ello, una postura de complicidad. Esa es la importancia de asumir una postura clara.
Hay elementos suficientes y necesarios para hacerle juicio político y con ello fincarle responsabilidades y sanciones de acuerdo con la ley, al gobernador saliente. Seguramente que el argumento para no proceder contra Ney va a ser que el proyecto aliancista no es un gobierno revanchista, pero es bueno también decirle a quien salga de candidato que eso no basta. El gobierno aliancista deberá ser implacable contra quienes han roto el estado de derecho, con quienes han practicado la corrupción y la impunidad, no se vale que a partir del argumento del revanchismo, se deje ir tranquilamente a quien ofendió al pueblo con su principesca y faraónica forma de gobernar, con quien usó discrecionalmente el erario público para fines de clientelismo político, con quien usó el dinero del pueblo para hacer negocios privados. No se vale hacerle como le hacen los “cuijes” cuando tratan de sacar confesiones forzosas, torturando, lanzando agua mineral en las cavidades nasales de quienes tienen la desafortunada suerte de caer en sus garras para, una vez que la persona no deja que lo convierten en culpable, le digan “usté perdone”. No, el candidato aliancista debe ser intolerante con quienes ofenden al pueblo, con quienes atentan contra sus intereses, pero tolerante con quienes deseen construir un mejor estado en el marco de la diversidad de formas de pensar y actuar.
Entonces pues, ¿Cuál será la postura de Acosta Naranjo, de Castellón y de Martha Elena en éste sentido? Por problemas de espacio aquí la dejo, no sin antes decir que hay otros problemas fuertes en Nayarit que requieren de compromisos claros y concretos de quienes aspiran a gobernarnos. robertogbernal@gmail.com
PD. Pronto saldrá el libro del asesino de vacas ¡Espérenlo! Hace días, el alcalde de Tepic, Roberto Sandoval, dijo que con deporte iba a combatir la inseguridad y la delincuencia. Ahora dice que con “luz”, o sea iluminando las calles y avenidas. ¿A poco no es una tentadora oferta como para inspirarse y hacer más capítulos de la novela? Siempre lo he dicho, nuestro alcalde no desperdicia oportunidad para demostrar lo naco que es. ¿Y así quiere ser gobernador? ¡Dios nos agarre confesados! www.cainay.blogspot.com Hoy es la toma de protesta de la asociación civil “Columnistas Unidos y Asociados de Nayarit”, en esta asociación el más “chimuelo” masca fierro.