Las mafias del PRI siempre han criticado a las alianzas de verdadera oposición debido a que representan un serio peligro para sus ambiciones consistentes en tratar de perpetuarse en el poder. La experiencia de las alianzas en Nayarit no fue muy gratificante, porque de ser un verdadero proyecto democrático y popular, se convirtió en un proyecto netamente personalista. Sin embargo, con todo y eso, ése gobierno fue mejor que cualquiera del PRI. Hoy estamos nuevamente en ése riesgo. La construcción de la alianza en Nayarit para competir en las próximas elecciones del 2011, tiene que pasar necesariamente por la formación de un proyecto y programa de gobierno que aglutine a los diferentes partidos y a la sociedad civil. Pero ése es el reto.
¿Cómo garantizar que lo que se establezca en un documento aliancista realmente se cumpla? ¿Cómo garantizar que el gobernador que llegue de parte de la alianza opositora el PRI, cumpla dicho programa, dicho proyecto, y no se olvide inmediatamente de él para gobernar inmediatamente con fines netamente personalistas? Nadie me puede objetar que los gobernantes en campaña son unos y estando en el gobierno son otros, se transforman y se olvidan de sus compromisos. En campaña le sonríen a cualquier ciudadano, prometen las perlas de la virgen y los bueyes y la carreta, pero una vez que están sentados en la silla, nomás se esconden, dejan de hablarle a la gente y se dedican a gobernar con criterios puramente personalistas. Ejemplos de esos políticos hay por montones, incluyendo de la oposición.
Quienes aspiren a gobernar deben asumir posturas muy concretas respecto de los diferentes temas de la agenda estatal. Pero que no sean posturas demagógicas, que sean pura palabrería hueca que se lanza sólo por salir del paso. De esas posturas ya estamos hartos, este gobierno nos ha dado para llenarnos de demagogia. Lo importante es la congruencia. De políticos mentirosos ya nos cansamos. Por eso mismo, los responsables de la construcción de la alianza deben tomar las medidas necesarias que garanticen que el candidato a la gubernatura, una vez que llegue a tal posición, no se “raje”.
Saltan a la vista acciones que desde luego esperamos no se repitan en la formación de la alianza. Lo primero es comprometer al gobernador a que los funcionarios que incluya en su gabinete no sean de su familia, ni mucho menos, que se haga negocios de familia desde el poder, ni tampoco que los funcionarios recién nombrados estén supeditados a los caprichos familiares, de los hijos o parientes. Los ciudadanos depositamos la confianza en una persona, no en sus familiares.
Una acción, ligada a la anterior es aquella que representa a los personajes “cercanos” a la figura gubernamental. Por ejemplo, Si la alianza lleva a Guadalupe Acosta Naranjo ¿Va a gobernar Sonia y el “Pecas”? Si la alianza lleva a Martha Elena ¿Va a gobernar “Temo” Navarrete? Si la alianza lleva a Castellón ¿Va a gobernar la “mujer barbona” y toda ésa pléyade de finoquios que están “cerca” del senador? Yo no digo que no estén “cerca” del gobernador aliancista, no. Por mi pueden estar lo “cerca” que quieran, pero esas cosas personales no deben inmiscuirse en el quehacer gubernamental. Estos son detalles “pequeños” pero son molestos a la hora de gobernar y a los ciudadanos no nos gustaría que quien mandara en el gobierno fuera una persona distinta a quien le depositamos nuestra confianza con el voto.
Otra acción es la que se refiera a la postura que hay que asumir con respecto a los que se van ¿Se va a dejar que se vaya tranquilo a Ney González o se la va hacer juicio político? Elementos hay de sobra. ¿Se va a revisar a los funcionarios del actual gobierno una vez que se vayan o se les va a dejar tranquilos? Y no estoy planteando una revancha, ni son posturas persecutorias o policíacas, simplemente creo que los intereses del pueblo deben ser defendidos de políticos corruptos que se aprovechan de sus posiciones gubernamentales para saquear al erario público. Ya robaron, se enriquecieron y entonces ¿Qué hacer? ¿Dejarlos o llamarlos a cuentas?
Otra acción es la integración del programa de gobierno aliancista. Debe abordar temas de corto, mediano y largo plazo, con objetivos y metas muy claras Aquí el problema es, como lo dijimos arriba ¿Cómo garantizar que se cumpla? Una condición para ello es que debe haber los equilibrios políticos entre los actores políticos que conformarán el proyecto aliancista, los partidos y la sociedad civil organizada. Es verdaderamente un reto garantizar eso porque tiene que ver con intereses políticos, tiene que ver con las posiciones que cada quien se va a querer quedar del pastel que representan tanto las posiciones administrativas como las de representación popular. Todo un reto. robertogbernal@gmail.com
PD. ¡Esta semana el capítulo 79 de la novela del “asesino” de vacas que llegó a ser presidente municipal! www.cainay.blogspot.com