Ante un palacio de gobierno adornado con el mensaje de Feliz Navidad, cientos de maestros se congregaron para exigirle al gobernador Echevarría que les pague lo que les debe. Hasta el momento de escribir estas breves líneas no se sabia el resultado de su movilización, toda vez que una comisión se entrevistaría con los funcionarios gubernamentales.
Esta crisis de pagos no solamente está con el magisterio, sino también con los trabajadores de salud, e incluso con la burocracia, pero además con la UAN. Es mucho dinero que no circula y por tanto se afectan los negocios y la economía en general. Tan sólo una quincena en la UAN representa mas de 50 millones de pesos que quincenalmente se derraman y que se gastan por los trabajadores académicos y administrativos y que ahora no se ven reflejados en los negocios porque no se ha pagado nada, hasta ahorita.
Esta crisis de pagos que no es otra cosa mas que una crisis financiera institucional es grave. No voy, por supuesto, a repartir culpas y a señalar las posibles causas de esa crisis que mucho tiene que ver con temas de corrupción. Mas bien, lo que quiero plantear es que, como ciudadanos, veamos como podemos salir del pozo financiero.
Sin duda alguna, habria que ver como viene el presupuesto para Nayarit este 2020. Si el gobernador Echevarría y los diputados y senadores le echaron las ganas como para haber negociado recursos para Nayarit, entonces las cosas nos pueden salir bien el año que viene. Pero si no es asi, entonces habria que ver de donde va a salir el dinero para que ya no se vuelvan a presentar este tipo de situaciones.
Los gritos estridentes contra el gobernador y las huelgas sólo han sido la presión política que de poco o nada han servido. Ni modo que el ejecutivo del estado les pague de su bolsa. No se puede. Pero lo que si se puede es que el poco dinero que hay no se vaya por el caño de la corrupción en lugar de irse a los bolsillos de los trabajadores que bien ganado lo tenemos.
El gobernador del estado ha tenido que estar bailando con la mas fea. La herencia que le dejó Roberto Sandoval le está pesando mucho, al grado de no poder salir del pozo. Por eso los gritos que le lanzan, de mucha gente que votó por Toño para que nos gobernara y ahora que no les cumple, son gritos que pasaron de la esperanza a la decepción y ahora al enojo.
En lo personal me parece que la única vía sana para salir del hoyo en que se encuentra Nayarit no es la de depender del gasto público. Nunca vamos a salir del pantano financiero si seguimos siendo un estado subsidiado por la federación. Hay que generar mucho crecimiento económico para poder salir del ancestral atraso. El problema aquí es preguntarse el cómo. Y en esa respuesta tienen que ver mucho nuestros políticos, nuestra clase política que navega entre la mediocridad y la corrupción.
Condición fundamental para generar crecimiento es abatir la corrupción y sanear todas las instituciones. Como dijera el presidente López Obrador, el principal problema es la corrupción. Hay que erradicar esa práctica que va desde las posturas de funcionarios que ahogan a los ayuntamientos en tanto no haya compromiso de los alcaldes de darles una mochada a los funcionarios para que les autoricen los proyectos que ya tienen etiquetados los recursos, pasando por los despojos de tierras disfrazados de legalidad, las mochadas en las obras o la venta, el robo y tráfico de medicamentos en el sector salud, hasta el saneamiento real de la Universidad Autónoma de Nayarit. Hay mucho que hacer esa esta materia.
El gasto público bien aplicado, sin tintes de corrupción, es un factor importante para atraer inversión privada como motor del crecimiento. Pero este también tiene que ver con otros factores como la seguridad, la educación y todo un clima político de paz y tranquilidad. Ahora que vienen las elecciones para gobernador, ayuntamientos, diputados locales y federales, nosotros los ciudadanos nos tenemos que fijar bien en quien vamos a depositar nuestro voto para no seguir en el ánimo primero de la esperanza, luego de la decepción para terminar con la frustración.
PD. El rector Nachito Peña ya declaró que la UAN no puede seguir como está. Que se tiene que cambiar el modelo universitario. Si el presidente de la república no anduviera en serio en el combate a la corrupción, Nachito preferiría seguir como está, tal como ha preferido estar en todo el tiempo que lleva al frente de la institución. Otorgando y conservando privilegios y canonjías que hundieron a la UAN. Tuvo que ser la presión presidencial la que obligue el cambio y no la presión de los propios universitarios que pululan entre la comodidad, la apatía, el valemadrismo y la conservación de privilegios de parte de las mafias universitarias. Muy pocas son las voces de descontento y de verdadera vocación por cambiar las cosas en la UAN.