Es un gusto saludar
al maestro Enríquez Soto, titular del poder judicial del estado. Sin duda
alguna, aunque a todos los magistrados del poder judicial les tocó parte de los
efectos que generó el huracán desatado por el gobernador Echevarría cuando públicamente
los señaló como protectores de corruptos y saqueadores, la verdad es que quien
recibe de manera directa ese tsunami es el titular de ese poder, o sea mi
estimado amigo Pedro Antonio Enríquez Soto.
Y bueno, la verdad es que era el
gobernador Echevarría quien estaba siendo plenamente cuestionado por la falta
de resultados concretos de su gobierno, particularmente en dos temas: combate a
la corrupción e inseguridad. Sin resultados tangibles en esos dos grandes temas
que son muy sensibles a la percepción ciudadana, el gobierno del Toño Echevarría
García venia en caída libre, en picada.
Hoy
la percepción ciudadana se modifica ante el golpe de timón que dió el
gobernador en el caso del combate a la corrupción y sus bonos, sin duda alguna,
crecieron ante los ojos de los ciudadanos. Y el pagano de ese golpe de timón fue
el poder judicial. Ahora quienes son los responsables de que no se castigue a
corruptos es el poder judicial pues, mientras la fiscalía integra las
averiguaciones y las consigna ante los jueces, aquí dejan libres a los
corruptos. Ojo, no cuestiono si hay razón jurídica o no en esas decisiones,
solo me limito a plantear que ante los ojos de los ciudadanos la percepción es que
son los Robertistas incrustados en el poder judicial quienes siguen siendo los
protectores de corruptos.
En
lo personal no me meteré en ese asunto, pero me interesa la postura del poder
Judicial respecto de los asuntos universitarios. El día de ayer se hizo una última
cita en la fiscalía general del estado respecto de una denuncia penal por robo.
Ahí han querido insistentemente que conciliemos, pero no es nuestra decisión
hacer eso. Lo hemos dicho recio y quedito, no vamos a ponernos de acuerdo con
quienes violan la ley para encubrir delitos. En consecuencia, no nos vamos a
poner de acuerdo con el jefe de la pandilla universitaria Nacho Peña para
encubrirle el delito que cometió y que denunciamos. Eso ya lo hace Nacho Peña
con los lideres de los sectores quienes firman cosas que son ilegales, pero
adentro de la UAN, cobijados bajo la sacrosanta autonomia universitaria, ellos
los hacen legales al interior. Impunidad pura.
Como
nuestra denuncia se encuentra fuera del alcance de la mafia universitaria y se
encuentra hasta ahora en la fiscalía, no han podido desecharla y ahora menos
que sabemos que hay un gobernador y un fiscal que están decididos a combatir la
corrupción, que están decididos a hacer valer la ley y castigar a quien la
hace. Pero, una vez que ya se termina la etapa de la conciliación, la carpeta
será consignada ante un juez para que ahí se decida si hay delito o no y, en
consecuencia, se apliquen las sanciones correspondientes de parte del juez.
Ahí es donde nuestro amigo Pedro
Antonio Enríquez Soto se pone otra vez en el ojo del huracán. ¿Absolverá al delincuente
o lo sancionará? Y esta no es una pregunta ociosa porque a quien se va a juzgar
es nada mas y nada menos que al patrón universitario de Pedro Antonio Enríquez
Soto. ¿Intervendrá Pedro Antonio Enríquez Soto para absolver a su patrón en la
UAN o, de lo contrario, para castigarlo? Y no es cosa sencilla porque ya se ha
dicho mucho que a lo mejor a mi estimado amigo Pedro le tiembla la mano para no
castigar a Nachito Peña a cambio de que Nachito no le mueva el agua con su
trabajo dentro de la Universidad. Si lo absuelve el juez correspondiente
mediante alguna “sugerencia” de nuestro amigo, se verá cuestionado nuevamente y
será puesto ante los ojos de los ciudadanos tal y como lo dijo el gobernador
Echevarría: Protectores de corruptos. Pero, del otro lado, si lo sanciona,
puede quedar bien ante los ojos de los ciudadanos y poner en evidencia al
gobernador pues con ese hecho señalaría que sí se combate a los corruptos, pero
con su sanción pondría en jaque a su patrón universitario pues lo convierte en
delincuente y por tanto en un personaje que debe ser inhabilitado
inmediatamente como rector. Puede protegerlo para protegerse el mismo en su
trabajo dentro de la UAN (tal parece que aun no se jubila).
El
dilema es fuerte para Pedro Antonio Enríquez quien seguramente nos dirá que no
tiene vela en el entierro y que será el juez quien decida, aunque sabemos que
esas declaraciones serian solamente para los niños de primaria. El delito está
plenamente configurado y, una vez que pase al poder judicial entonces
nuevamente el poder judicial se verá en el dilema de proteger corruptos o no
hacerlo y, por tanto, Pedro Antonio Enríquez Soto se vuelve a poner en el ojo
del huracán.
PD. Hay una gran
diferencia entre funcionarios que si ayudan al gobernador y otros que nomas se
la pasan como la “caca del perico : ni huelen ni hieden”……Disfruten su fin de
semana!!