Dr.
Jesael Ramos Parra.
Docente
de educación secundaria.
El hablar de la
cotidianeidad del trabajo docente , es mencionar las diversas adversidades a
las que se enfrenta, siendo en un comienzo su preparación sobre las clases, así
como elementos de seguridad y apoyo a la disciplina, aspectos estratégicos
y pedagógicos, dominio de los
contenidos, entre muchos otros que involucran el desarrollo y proceso de construcción
del conocimiento del niño, no olvidando claro, el contexto, es decir entonces
que los problemas en el ámbito docente están por llamarlo de alguna forma “al
acecho” , esperando cualquier vulnerabilidad para atacar y demostrar los miedos
en los que cualquier docente con vocación pueda menguar su trabajo.
El valorar
adecuadamente la práctica que realizan los docentes si bien es tarea de todos,
cabe señalar que el primero en desear dicha valoración y análisis debe ser el
mismo maestro, estamos en una época en que las evaluaciones se consideran
coercitivas, no proyectivas ni con miras a elaborar propuestas de mejora, la
autoevaluación es el camino que el docente debe seguir, siempre y cuando sea
significativa, con el propósito de emplearla como mecanismo de acción-reacción
en la mejora de la calidad de enseñanza que brinda.
La educación
actual se hace más compleja que la recibida anteriormente, debido a que las
circunstancias que prevalecen en la sociedad actual no son las mismas, además
el sistema educativo ha cambiado, denotando que el núcleo social llamado
“familias” se ha transgredido en los últimos años, dejando familias separadas o
niños sin padres y al cuidado de los abuelos, sin hacerse responsables por su
bienestar.
La figura del
docente en los últimos años se ha establecido como ser individual, en cambio su
trabajo actualmente si bien es llevado a cabo dentro del salón de clases,
también incorpora a otros personajes, ya no es simplemente una relación de
alumno-maestro, implica que la práctica esté coordinada, correlacionada, con
otras figuras, como los demás alumnos, el padre o madre de familia, el entorno
social de su comunidad, entre otros.
Para precisar,
lo fundamental al tomar una práctica de manera reflexiva es conseguir que el
docente cuestione lo que realiza cotidianamente, que realice algunas preguntas
que le permitan darse cuenta de aquello que caracteriza su actuar diario. Es
importante que el docente a lo largo del año escolar se cuestione
constantemente sobre su actuar, que responda preguntas acerca de ¿Cuál es mi
papel como docente actualmente?, ¿qué tan significativa es mi práctica para el
alumno?, ¿adapto los contenidos y su contexto para desarrollar un aprendizaje
significativo?, ¿hago participes a los y las alumnas de su propio aprendizaje o
sólo soy yo el rector de ello?, ¿busco
fortalecer mi práctica docente?, ¿comparto con otros docentes mis inquietudes y
expectativas? , estas preguntas a manera de autoanálisis es el comienzo para
que el docente mejore en su práctica y su actuar.
Todo ello apoyado
con el diagnóstico , el cual en estos
casos debe ser pedagógico ya que debe estar cimentado sobre el trabajo que
realiza el docente, tanto estratégico como didáctico e intelectual, el diagnóstico
pedagógico es una herramienta de mejora, cuyo primer objetivo se encuentra en
la observación del sujeto y la dinámica de trabajo que sigue asociada con las
capacidades de autoexploración que ya cuenta, ya que de no ser lo
suficientemente explícitas costará aún más trabajo; es preciso señalar que la
forma en que se desempeña siempre será motivo de análisis y crítica, ya sea
positiva o negativa, en el caso de la primera de ellas debe ser consciente que
siempre hay una posibilidad de mejora o innovación.
Es necesario señalar
que uno de los conceptos que más atañen a la labor docente es el de contexto,
denominado por la RAE “como el entorno físico o de situación, político,
histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un
hecho” es una característica que requiere un gran análisis para evitar posibles
problemáticas o por lo menos buscar la solución que esté dentro del alcance de
la labor docente, si dicho elemento no es propiamente analizado se incurrirá en
la creación de nuevas complicaciones, tanto en el alumno, como en el ámbito de
su desarrollo. El contexto también debe ser apropiado o adecuado a la forma de
trabajo en la que el docente se ve inmerso, ya que las situaciones
socioculturales impactan en distinta medida según las condiciones que se
presenten.
El auto análisis
es la mejor forma de evaluación que el docente puede tener, observarse, pensar,
reflexionar, acerca de su impacto como docente en la vida de los alumnos, debe
ser repetido una y otra vez a lo largo del tiempo, recordar que el trabajo del
docente de nivel básico es de carácter formativo
y tiende a estar en constante revisión por aquellos inmersos en la labor
educativa, todo indicado como finalidad última, su constante mejora.