14 septiembre 2017

Reflexión sobre la valoración de la práctica docente.


Dr. Jesael Ramos Parra.
Docente de educación secundaria.
El hablar de la cotidianeidad del trabajo docente , es mencionar las diversas adversidades a las que se enfrenta, siendo en un comienzo su preparación sobre las clases, así como elementos de seguridad y apoyo a la disciplina, aspectos estratégicos y  pedagógicos, dominio de los contenidos, entre muchos otros que involucran el desarrollo y proceso de construcción del conocimiento del niño, no olvidando claro, el contexto, es decir entonces que los problemas en el ámbito docente están por llamarlo de alguna forma “al acecho” , esperando cualquier vulnerabilidad para atacar y demostrar los miedos en los que cualquier docente con vocación pueda menguar su trabajo.
El valorar adecuadamente la práctica que realizan los docentes si bien es tarea de todos, cabe señalar que el primero en desear dicha valoración y análisis debe ser el mismo maestro, estamos en una época en que las evaluaciones se consideran coercitivas, no proyectivas ni con miras a elaborar propuestas de mejora, la autoevaluación es el camino que el docente debe seguir, siempre y cuando sea significativa, con el propósito de emplearla como mecanismo de acción-reacción en la mejora de la calidad de enseñanza que brinda.
La educación actual se hace más compleja que la recibida anteriormente, debido a que las circunstancias que prevalecen en la sociedad actual no son las mismas, además el sistema educativo ha cambiado, denotando que el núcleo social llamado “familias” se ha transgredido en los últimos años, dejando familias separadas o niños sin padres y al cuidado de los abuelos, sin hacerse responsables por su bienestar.
La figura del docente en los últimos años se ha establecido como ser individual, en cambio su trabajo actualmente si bien es llevado a cabo dentro del salón de clases, también incorpora a otros personajes, ya no es simplemente una relación de alumno-maestro, implica que la práctica esté coordinada, correlacionada, con otras figuras, como los demás alumnos, el padre o madre de familia, el entorno social de su comunidad, entre otros.
Para precisar, lo fundamental al tomar una práctica de manera reflexiva es conseguir que el docente cuestione lo que realiza cotidianamente, que realice algunas preguntas que le permitan darse cuenta de aquello que caracteriza su actuar diario. Es importante que el docente a lo largo del año escolar se cuestione constantemente sobre su actuar, que responda preguntas acerca de ¿Cuál es mi papel como docente actualmente?, ¿qué tan significativa es mi práctica para el alumno?, ¿adapto los contenidos y su contexto para desarrollar un aprendizaje significativo?, ¿hago participes a los y las alumnas de su propio aprendizaje o sólo soy yo el rector de ello?,  ¿busco fortalecer mi práctica docente?, ¿comparto con otros docentes mis inquietudes y expectativas? , estas preguntas a manera de autoanálisis es el comienzo para que el docente mejore en su práctica y su actuar.
Todo ello apoyado  con el diagnóstico , el cual en estos casos debe ser pedagógico ya que debe estar cimentado sobre el trabajo que realiza el docente, tanto estratégico como didáctico e intelectual, el diagnóstico pedagógico es una herramienta de mejora, cuyo primer objetivo se encuentra en la observación del sujeto y la dinámica de trabajo que sigue asociada con las capacidades de autoexploración que ya cuenta, ya que de no ser lo suficientemente explícitas costará aún más trabajo; es preciso señalar que la forma en que se desempeña siempre será motivo de análisis y crítica, ya sea positiva o negativa, en el caso de la primera de ellas debe ser consciente que siempre hay una posibilidad de mejora o innovación.
Es necesario señalar que uno de los conceptos que más atañen a la labor docente es el de contexto, denominado por la RAE “como el entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho” es una característica que requiere un gran análisis para evitar posibles problemáticas o por lo menos buscar la solución que esté dentro del alcance de la labor docente, si dicho elemento no es propiamente analizado se incurrirá en la creación de nuevas complicaciones, tanto en el alumno, como en el ámbito de su desarrollo. El contexto también debe ser apropiado o adecuado a la forma de trabajo en la que el docente se ve inmerso, ya que las situaciones socioculturales impactan en distinta medida según las condiciones que se presenten.
El auto análisis es la mejor forma de evaluación que el docente puede tener, observarse, pensar, reflexionar, acerca de su impacto como docente en la vida de los alumnos, debe ser repetido una y otra vez a lo largo del tiempo, recordar que el trabajo del docente de nivel básico es  de carácter formativo y tiende a estar en constante revisión por aquellos inmersos en la labor educativa, todo indicado como finalidad última, su constante mejora.




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