Hay un gobernador, cuyos
antecedentes como hombre humilde, que sufrió los estragos de ser migrante en
USA, que era un simple trabajador del rastro que le pedía muchos favores, hasta
permisos económicos, a la lideresa de la burocracia, que luego se convirtió en
diputado y después en alcalde de su ciudad capital. Desde ahí comenzó a amasar
fortuna.
De hecho, le
disputaba unos maletines misteriosos al enanito gobernante de entonces, que
provocaron asesinatos de policías municipales allá por el libramiento, maletines
que le reclamaba el entonces chaparrito y perverso gobernador de aquellos
tiempos. ¿Dónde está el maletín? Le preguntaba en público. Hasta le reclamó que
no daba la cara cuando la plaza era disputaba por las bandas criminales, que se
escondía.
Después se hizo
gobernador. Comenzó a comprar ranchos allá por la zona costera, después en
otros lados. Tierras pagadas en efectivo, pero presumiblemente con dólares a
personas que luego la policía detuvo allá por sonora con el dinero en efectivo
y que luego trasladaron al penal de su ciudad natal donde la dejaron libre. ¿De
donde sacaba dólares para comprar tierras y caballos?
Integró un
gabinete con su séquito de amigos quienes se repartieron la obra pública de los
diferentes ramos con los consabidos “moches”. Desde la fiscalía se dedicó a la
extorsión y despojo de bienes de muchos ciudadanos. Muchos se fueron de su
tierra por miedo al asesinato, tal como sucedió con algunos. Recuerdo el
asesinato de un amigo de allá del norte del estado a quien le quitaron su
ganado y a la familia la obligaron a emigrar.
Comenzó a
comprar ranchos en diferentes lados del país y de su estado. Traía caballos
finos de otras partes del mundo. Todo financiado, desde luego, con dinero
público. Su gusto por los equinos y por las peleas de su boxeador amigo eran cosas
que presumía con singular alegría. Por supuesto, esa forma de gobernar con el objetivo
de amasar fortunas junto con su pandilla, se tradujo en ineficiencia de las
dependencias y en la falta de efectivo para hacer frente a los compromisos
gubernamentales. Bueno dicen que hasta con su boxeador amigo salió mal porque
lo tranzó con unos millones.
Aparece
entonces una enorme deuda pública, deudas con los trabajadores de la
burocracia, con proveedores y bancos que cobran millones y millones de pesos en
intereses sacrificando el bienestar social, instituciones de salud sin
jeringas, el campo sin apoyos, trabajadores de la educación exigiendo sus
pagos, Universidad a la que también le saquearon presupuesto y que en
consecuencia ya no tiene dinero para fines de año, y una ciudad capital que
sufre de males en todos los servicios públicos.
Casi el final
de su mandato, para cubrir sus espaldas, intentó imponer al nuevo fiscal, sólo
que fuerzas superiores lo pararon en seco por tamaña desvergüenza. También,
para cubrirse las espaldas, interviene descaradamente en la sucesión
gubernamental para imponer a quien le podía proteger las espaldas. Traiciona a
los de su propio partido y hace ganar a una supuesta oposición que no canta mal
las rancheras en eso de la corrupción. Pero impone a su protector en el
gobierno.
Una vez hecho
eso, comienza la mitomanía. Nada de lo hecho existe. Todo es transparente, no
hay corrupción ni políticos en su gobierno que son parte de su pandilla que
hayan amasado fortunas. No hay levantados ni asesinatos ni hubo ni hay
extorsiones. Sus caballos, sus ranchos, su fortuna son fantasmales, nada de lo
que se dice es verdad. Tampoco hay deuda, ni hay inconformidad de trabajadores
de la educación ni de los burócratas ni los fondos de pensiones están saqueados.
Por tales razones está tranquilo y se va a quedar a vivir en su estado porque,
si tuviera problemas no hay a donde huir, pero no lo hará porque no tiene nada
que temer, todo está bajo la ley y sus caballos son rancheritos, no son finos.
Mucho menos es cierto que hayan encarcelado a su ahora ex fiscal porque el
fiscal que él conoció y que venía con él desde que era alcalde, no es el que
está encerrado, ese es otro que hacia acciones que por supuesto desconoce ni sabía
a que se dedicaba, ni mucho menos es cierto que haya ido algunas veces a la fiscalía
a decir que el que mandaba era él y no ese cabrito.
A escasos días
de entregar la silla gubernamental, intenta, por medio de sus empleados en el
congreso que fungen como diputados, asignarse unos buenos millones para ponerle
toda la parafernalia que se necesite a su salida del gobierno. Con bombo y
platillo. El riesgo es que lo agarren a jitomatazos y a huevazos podridos como
premio a los agravios, pero, como éstos para él no existen, seguramente
organizará unas buenas pachangas para divertir a nuestro pueblo y salir con
aplausos.
PD. Por
supuesto que no estoy hablando del gobernador Roberto Sandoval. Todo lo aquí
dicho nomás se parece a lo que ha hecho el gobernador Roberto Sandoval, pero no
es él. El señor gobernador es puro y santo, incapaz de hacer algo que vulnere
la paz, la tranquilidad y el bienestar de los ciudadanos. Así que no sean mal
pensados y todos al unísono hay que proponerlo para ser el mejor gobernador del
mundo, y si se puede, hay que decirle al Papa que nos lo canonice. Esos que
quieren meterlo a la cárcel son unos malagradecidos. ¡Viva Nayarit Cabr…es!!