Ya se hizo escandalera con el incendio de las
oficinas de finanzas de la UAN. y, desde luego, habemos muchos universitarios y
ciudadanos que no nos tragamos el cuento de que alguna cucaracha desvelada
provocó un corto circuito para que se incendiaran las oficinas y se borrara
toda huella de corrupción y saqueo de las arcas universitarias.
Esa
práctica no es nueva. Antes quemaban las cuentas públicas del congreso del
estado para evitar toda huella de corrupción. Luego también incendiaron a las
oficinas de Salud, las de Educación en los Sepen y ahora a la Universidad. Así
es como entierran la pus, el lodo, la escoria, quienes han saqueado al estado y
ahora a nuestra querida máxima casa de estudios.
Y
es mucha la casualidad ahora que nombran al contralor interno desde el congreso
del estado porque en el país avanza el sistema nacional anticorrupción y, sobre
todo, porque están cuidándose las
espaldas ante un eventual triunfo de un gobernador que no les solape sus raterías.
Y da la casualidad que, los dos principales sospechosos de intentar borrar toda
huella de corrupción, son los que de inmediato se justifican. Por un lado, el
rector Nacho Peña quien, mediante un escueto comunicado a la comunidad
universitaria dice que ya puso una denuncia ante la fiscalía y, por otro lado,
el “pelón” Hernández Escobedo, quien también denunció que trataron de quemarle
su camioneta, asi como presentándose como víctima también de atentados y de
querer ser presa de algún piromaniaco. A explicación dada culpabilidad manifiesta.
¿Por
qué ellos dos aparecen como los principales sospechosos? Nacho Peña es
sospechoso no solamente porque él y sus funcionarios tienen acceso libre a las
instalaciones universitarias, sino porque Nacho Peña es el principal solapador
de la corrupción en que incurrió Juan López Salazar y cómplices. Entre estos
cómplices se encuentra, por supuesto, el gobernador del estado quien también con
su silencio y escasa voluntad política de encarcelar a Juan López y recuperar
parte del patrimonio universitario se evidencía como uno de los principales cómplices
de la pandilla de López Salazar.
Y
el “pelón” Hernández Escobedo es el otro principal sospechoso porque los
vigilantes, que son su personal de entera confianza, tienen libre acceso a las
instalaciones, tienen extinguidores y son quienes están cuidando de todas las
instalaciones universitarias. Desde luego, estos personajes solamente actúan
bajo una orden directa de quien es su jefe, que es precisamente el “pelón” Hernández
Escobedo quien, todos sabemos está hasta el “tronco” metido en la corrupción y
sobre todo, en el desfalco que se hizo del fondo de pensiones.
Por
eso, son quienes hoy se desgarran en defender la autonomia ante el hecho criticable
por supuesto, de nombrar un auditor interno desde el congreso del estado. Las
mafias universitarias, presuntos responsables del saqueo y ahora del incendio
como medio de borrar toda huella, ahora se desgarran las vestiduras y pegan de
gritos en el cielo defendiendo la autonomía universitaria cuando ellos mismos
nos han cercenado a los universitarios la posibilidad de autogobernarnos imponiéndonos
las decisiones trascendentales un simple puñado de mafiosos que se reducen a
cuatro ( los líderes de los sectores y el rector) cuyas decisiones las legitiman
con un grupo agachón de universitarios que se llama Consejo General
Universitario, con sus muy honrosas excepciones por supuesto, de universitarios
que si logran alzar la voz en dicha instancia sometida a los intereses de esos
mafiosos. ¡Son ellos los que atentan
contra la autonomia universitaria desde hace mucho tiempo!
¿De
qué sirve una denuncia ante la fiscalía general del estado cuando todos sabemos
que no hay voluntad de investigar y mucho menos de sancionar a quienes han depredado
a la universidad? Las cosas al interior de la UAN solamente pueden cambiar si a
los universitarios nos salen lo que las gallinas ponen, pero, desgraciadamente,
a muchos nos gana el protagonismo, a otros más les gana la indolencia, a muchos
más el importa madrismo y, a otros cuantos, la comodidad de trabajar en otros
lados y en tener a la UAN como ingreso extra o propina.
Invito
a los universitarios a que nos unamos y a que conformemos un solo frente, sin protagonismos
ni actitudes políticas infantiles para poder rescatar a la UAN de las mafias
internas quienes son los que han cercenado nuestra autonomia y nuestra propia
capacidad de autogobierno. Los universitarios somos todos, no los líderes de
los sectores.
PD. ¿De qué se asustan ante un contralor interno si
para lo limpio ni jabón se ocupa? Defienden la autonomia por defender sus privilegios
y negocios, los universitarios defendemos la autonomia para autogobernarnos y
por eso nuestra defensa genuina es contra los agentes externos e internos que
han cercenado nuestra capacidad de autogobierno.