El tema de moda es ahora la
corrupción. Todo mundo habla de ese tema. En el nivel nacional por lo menos ya
hay varios ex gobernadores que están puestos en la vitrina. Sólo uno ya cayó al
bote. Padrés. Pero el resto sigue en la impunidad. Con denuncias y todo lo
habido y por haber, pero no caen a la cárcel.
En
el plano local también es el tema de moda. Funcionarios estatales, políticos,
presidentes municipales y ex presidentes municipales, en fin, todo un rosario
de especímenes que pululan en los medios de comunicación bajo la estela de la
corrupción. Pero hasta ahora nadie cae a la cárcel. Sólo hubo un antecedente,
con Toño Echevarría, cuando metió a la cárcel a Gilberto Martínez, ex
secretario de finanzas. Pero de ahí en fuera nada, solo llamaradas de petate.
El escándalo de la corrupción se magnificó con el tema de la Universidad
Autónoma de Nayarit, donde el personaje emblemático que personifica la
corrupción es Juan López Salazar.
En
los partidos políticos también se cuecen habas. Tienen entre sus filas gente
honorable, pero también tienen a cada malandrín que luego a la postre resultan
ser hasta dirigentes partidarios. Y no solamente eso, hasta nos ponen a los
candidatos por los que hay que votar. En fin, pues, la corrupción es el pan de
cada día.
En
el caso universitario, recientemente “descubierto”, no es novedad. Ha subido
tanto de calor ese tema que el actual rector ya tuvo que interponer una
denuncia de hechos ante la fiscalía general del estado. Pero como nunca ha
trascendido nada, ya se empieza a cuestionar esa acción como una acción que
representa circo maroma y teatro. Ya dicen que el rector Nacho Peña sólo está
haciendo una simple faramalla para cubrise las espaldas y no le llegue el lodo
a los aparejos. Si eso es asi, Nacho está haciendo bien las cosas, se deslinda
de posibles actos de corrupción.
El
problema en este caso sería lo siguiente. ¿Qué pasaría si llegaran a aprehender
a Juan López Salazar? Hasta donde uno puede suponer es que Juan López Salazar
no hizo todo solo, no desvió los millonarios recursos hacia posibles
prestanombres de él solito. Hasta donde uno puede suponer es que hay cómplices
de él en ese tema. Y si es dinero que es producto de alguna “transacción
oscura” de la que luego pagó intereses entonces las cosas pasan a mayores.
¿Quiénes le prestaron dinero? ¿Con qué tipo de gente se ligó Juan López, así
como para pagar intereses millonarios? No solamente pulula sobre Juan López el
fantasma de la desviación de recursos sino de posible lavado de dinero. ¿Pero
quienes hicieron operaciones con Juan? Se habla de mucha gente, incluso de
gente que tiene presuntamente tiene nexos con el crimen organizado. Por lo
menos esos son los rumores que a mis cuatro lectores les pido que los tomen
como lo que son, simplemente chismes y rumores, nada concreto hasta que la
fiscalía general del estado no realice las investigaciones pertinentes y se
digan las cosas de manera oficial.
Y
tal parece que las cosas no van a trascender porque ya en las redes sociales se
declara que el rector actual, Nacho Peña, tuvo este fin de semana pasado, una
pequeña conversación vía telefónica con su antecesor. ¿Para qué? ¿Qué aclararon?
¿O de plano hubo alguna confesión de protección hasta donde se pueda? Y digo
esto porque el gobernador ya dijo que Juan López puede venir a Nayarit y
aclarar las cosas y que se compromete a darle toda la seguridad que esté a su
alcance, que no tema por nada pero que si es indispensable que aclare las
cosas. No se entiende tanto idilio del gobernador con Juan López Salazar. Me
parece que lo que debió declarar es que se aplique la ley y si hay
responsabilidades que fincar que se apliquen con apego estricto al estado de
derecho. Punto.
Sin
duda alguna, el tema de moda de la corrupción también generará suspicacias
entrando el año. Si, con el tema de las elecciones se generará mucha opinión y
escandalera, sobre todo derivado de los posibles candidatos que los partidos
políticos seleccionen o los que salgan por la vía libre, por la vía
independiente. Para empezar ya se cuestiona mucho a Layín. Layín es, por
supuesto, amigo, pero eso es muy aparte. Se le cuestiona no solamente por lo
folclórico de sus acciones y por ser un personaje pintoresco de la vida
política local, pero también se le cuestiona por el oscuro origen de los
recursos que utiliza para su promoción política personal. ¿Qué harán las
autoridades electorales e incluso los partidos políticos para impedir que haya
personajes con oscuros intereses que los financian como para que sean
candidatos a gobernarnos? Y bueno, a Cota de hecho ya lo han denunciado
precisamente por eso, por haber tenido nexos con los narcos. ¿Será eso cierto?
No lo sabemos hasta que quien lo denunció ponga las pruebas de manera pública.
Pero
asi como Layín y Cota, hay otros suspirantes por la silla gubernamental que no
cantan mal las rancheras en el tema de la corrupción. Por ejemplo, el rarito.
Aunque el muchacho no ha ocupado nunca puestos públicos, todo mundo sabemos que
se dedicó a traficar con el poder bajo el amparo de su padre siendo gobernador.
Y espero que no me diga nada por esto que afirmo porque entonces me dará
material para seguir denunciando cosas más en detalle. Por lo pronto lo que me
interesa establecer ante mis cuatro lectores es que la inmensa mayoría de los
políticos que nos quieren gobernar, no todos, alguno debe salvarse, traen un
tufillo de corrupción que seguramente saldrá a flote en el contexto de las
campañas.
PD. Sólo hasta que no veamos
caer a dos que tres políticos al botellón por temas de corrupción creeremos que
va en serio el combate a este tema tan lacerante para el pueblo de México,
incluidos los Náyaros por supuesto.