El proceso de cambio de
dirigencia en el Sindicato de Personal Académico de la UAN, SPAUAN, comienza a
sentirse en el ánimo de los universitarios. La disyuntiva se encuentra entre
los dos aspirantes que más posibilidades tienen. Por un lado Sigfredo Mercado y
por la otra Carlos Muñoz quien aspira a reelegirse. Los demás aspirantes no
tienen la mas absoluta posibilidad de lograr el triunfo y mejor debieran
emprender una honrosa retirada, una discreta declinación mediante alguna negociación
con el que creen que será el ganador.
Desde
luego, yo no tengo la más mínima duda de que Carlitos Muñoz, aunque no es santo
de mi devoción, se va a alzar con el triunfo. La razón se las dije a muchos
compañeros desde el proceso previo: Esto es en paquete y, si imponen a Nachito,
como sucedió, la factura política que le pagarán a Carlos es imponerlo en la
dirigencia del SPAUAN. Y para eso se usará la estructura política y económica
universitaria. Lana y directores, funcionarios mas los charalillos que cobran
en la nómina y que sirven de operadores de Nacho van a estar operando
políticamente para Carlos. Y sucederá siempre lo mismo: El SPAUAN seguirá
siendo el departamento sindical de la rectoría: No habrá auditoria al fondo de
pensiones, las mutilaciones al contrato colectivo de trabajo estarán a la orden
del día, no se transparentará la nómina universitaria y el presupuesto
universitario se seguirá usando discrecionalmente con criterios políticos. Mas
de lo mismo.
Y
el problema estriba en que los académicos universitarios no están dispuestos a
perder el amor por su chequecillo quincenal y por eso sucumben ante el
funcionamiento de la máquina universitaria para imponer dirigentes. Aquellos
que no nos doblamos y preferimos luchar nos discriminan y nos satanizan. Todo
porque los académicos que están dentro del SPAUAN y que debieran dar la lucha,
mejor sucumben y prefieren estar dentro del sindicato aunque sea nomás
vegetando o teniendo algunos privilegios menores. Obviamente, esto no pasaría si
existiera una férrea decisión de luchar por una mejor universidad y por un
mejor sindicato. Pero dios no cumple caprichos ni endereza jorobados y el
resultado evidente es que los académicos apoyan a sus verdugos y en el plano
universitario apoyan a las mafias que tienen hundida a la UAN en el pantano
financiero y que han sido quienes han deteriorado las condiciones laborales de
los trabajadores. Es increíble que pase eso en la UAN, en donde se supone que
estamos los intelectuales de Nayarit, los pensantes.
Pero
en las elecciones hay que escoger de lo que hay y no de lo que desearíamos que
hubiera. Y, para los SPAUANISTAS sólo hay dos sopas y una ya se está acabando.
O apoyan a Sigifredo, quien dicho sea de paso dicen los que saben de esas cosas
en la UAN, que es el candidato del “pelón” Hernández Escobedo o apoyan a Carlos
Muñoz que dicho sea de paso es el candidato oficial de la rectoría. Si apoyan a Sigifredo entonces quien se
favorece es el “pelón” Hernández Escobedo lo cual seria catastrófico para la
Universidad ya que dos sectores estarían en manos del mayor corrupto que ha
tenido la UAN durante toda su historia. Bajo ese escenario, Nachito Peña seria
como lo fue Juan López. Un fiel sirviente de los intereses del “pelón”, con lo
cual la UAN seguiría siendo el negocio particular del este dirigente y por si
fuera poco se convertiría en la caja chica del PRD para financiar candidatos amarillos y otros amarillos
pintados de azul en las próximas elecciones locales. ¿Qué pasaría con el fondo
de pensiones? Nada, no se auditaría ni se transparentaría porque dicen las
lenguas de triple filo que uno de los principales saqueadores del fondo ha sido
precisamente el “pelón” Hernández Escobedo, sólo que para afirmar eso es necesaria la auditoria. Si apoyan a Carlos
Muñoz, se garantiza una postura plenamente patronal del sindicato titular del
contrato colectivo de trabajo.
Esa es la
disyuntiva para los académicos del SPAUAN, la cual, desde mi muy modesto punto
de vista no es muy atractiva pues por ambos lados pierden. Sin embargo, como aquí
es una elección, es mejor que los académicos sean parte activa de esa decisión y
no solamente pasiva. Y la opción que desde mi muy modesto punto de vista las
conviene, porque es donde menos perdemos (y digo perdemos porque al final de
cuentas lo que negocien en el SPAUAN nos afecta directamente a los del STUAN),
es por el lado de Sigifredo. Bajo esta opción por lo menos el SPAUAN no estaría
arrodillado como si lo estaría con Carlitos Muñoz.
¿Y que pasaría si
Sigifredo pierde? ¿Se quedarían a aguantar otros tres años o se atreverían a
organizarse independientemente, ya sea dentro del STUAN o integrando una opción
sindical independiente? Sea cual fuera la decisión lo verdaderamente importante
es que, si se quedan dentro del SPAUAN, que no abandonen la lucha y luego
vuelvan a surgir hasta dentro de tres años cuando vuelva a haber elecciones. Si
se salen del SPAUAN y se van a STUAN les garantizamos defensa de los derechos.
Si se salen del SPAUAN pero forman una organización diferente, pues nos aliamos
para hacer la lucha juntos. Lo crucial es no abandonar la lucha por la defensa
de los derechos y de nuestro contrato porque tal como apuntan las cosas en el
país lo peor que podemos hacer es seguir pulverizados y dominados por
sindicatos patronales. Nomás les aviso de antemano: En agosto de este año la
seguridad social ya se hace universal y se salen del cuadro básico muchas
atenciones médicas y el costo lo trasladaran a los trabajadores. Eso sin contar
toda la embestida laboral que se viene con motivo de las restricciones
presupuestales.
PD. Lo bueno de la opción de con
Sigifredo, o sea del candidato del “Pelón” Hernández Escobedo, es que hay
dentro gente muy valiosa lidereada por Chemita Curiel, que no es de ese corral,
y bien pueden ser un exitoso acicate en el rescate del SPAUAN.
