Sabemos que la construcción de un
proceso de unidad partidaria y ciudadana es el método para generar un proyecto
político exitoso en el proceso electoral que viene el año que entra. Ese es el
medio sobre el que se pueden ganar diputaciones, presidencias y regidurías.
Especialmente es necesario ganar el congreso para darle un fuerte atorón a los
excesos gubernamentales que ya rayan en lo absurdo.
Pero
no basta con construir solamente la alianza. Es necesario que los candidatos
sean de los mejores hombres y mujeres, que sean competitivos no solamente
conocidos, sino hombres y mujeres con las convicciones firmes, preparados para
el debate parlamentario y en el caso de las presidencias que sean candidatos
que sepan qué hacer ante la crisis financiera que hoy enfrentan los municipios.
Y en el caso de los plurinominales,
deben escogerse también esos mejores hombres y mujeres.
Y
esto lo digo por varias razones. La primera es que por lo general, los
dirigentes partidarios nunca resisten la tentación de imponer en cargos de
elección popular a sus amantes, mayates, “huachomas”, amiguitas y amiguitos,
compadres y socios. Esta es una práctica que debe terminarse para poder construir
un proyecto exitoso y no mandarlo al fracaso desde el inicio.
Si
hacen acuerdos en lo oscurito para repartirse las posiciones plurinominales
desde el inicio se está generando algo podrido, se estarían haciendo cosas que
son las que precisamente debemos combatir. Yo les propongo a los actores
encargados de la construcción de la alianza, que las posiciones plurinominales
se les otorguen a aquellos candidatos que no ganan la elección pero que salgan
como los segundos mejores lugares. Así evitamos que al rato tengamos venta de
candidaturas pluris o que repentinamente tengamos en el congreso o de regidores
a personajes cuya mayor contribución haya sido la de ser amante de algún
político o el tener dinero para comprar el espacio político.
En
segundo lugar, es necesario tener candidatos que garanticen firmeza y fortaleza
en las convicciones. Y esto viene a colación porque repentinamente tenemos
diputados “brincolines” que se salen del proyecto que deben defender y se van
de independientes o de plano se van a apoyar al de enfrente. Pero también que
sean candidatos que resistan la tentación de los cañonazo$ que seguramente les
caerán desde el gobierno si el innombrable número uno pierde la mayoría en el
congreso del estado.
Por
ejemplo, se dice que el corruptazo “pelón” Hernández Escobedo quiere irse, otra
vez, de diputado plurinominal. Desde aquí les digo a los de la alianza que eso
no debe pasar. Muy por el contrario, en lugar de mandarlo como candidato lo que
deberíamos hacer es mandarlo a la cárcel por corrupto. Yo espero que no se les
vaya ocurrir impulsar gentuza como esta que tiene un fuerte olor a delincuente.
Pero
si no lo recuerdan yo les voy a refrescar la memoria. El corruptazo en comento fue
diputado plurinominal porque Castellón Fonseca le cedió la posición plurinominal
que le había dado Naranjo por su “sacrificio” al haberle dejado la candidatura
a gobernador a Navarro Quintero. Todos sabemos que no fue sacrificio, sino que
lo salvaron de hacer el ridículo social, pero “haiga sido como haiga sido”
Naranjo le dio a Castellón la cuarta posición pluri. Castellón se la cedió al
pelón porque es parte de su ralea.
Pero
no bastó que fuera diputado de “izquierda”, sino que se convirtió en un
mandadero más del entonces gobernador porque se dedicó a servir, a estar al mande usted de Ney González. Su
paso por el congreso lo acuñó con traiciones al proyecto que lo llevó a la
diputación. ¿Para qué queremos tipejos como esos de diputados si sabemos que
serviría a los intereses del innombrable número uno porque busca impunidad para
seguir con sus tropelías en la Universidad? Porque si ese es el caso mejor
vamos pidiéndole al fiscal del estado o al gobernador que pongan los candidatos
plurinominales de la alianza y asunto arreglado. Traidores y corruptos en la
alianza no deben pasar. robertogbernal@gmail.com
PD. Todo mundo sabe que el “pelón” Hernández
Escobedo busca protección e impunidad porque despide un fuerte olor a
pudrición. ¿No se acuerdan como despotricaba contra Toño Echevarría antes de
que este fuera gobernador? Y una vez que fue gobernador se le hincó. Con Ney ya
ni se diga. Hasta los “chuchos” perredistas se indignaron cuando los traicionó.
La limpieza de nuestras instituciones, en el caso de la Universidad, debe pasar
por extirpar ese tipo de cáncer social que representan gentuzas como esa. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx