Lo que había sido una expectativa de
avance democrático en Nayarit, queda nuevamente en otra más de las farsas y
mentiras a que ya nos acostumbraron. Los millones y millones de pesos solamente
los vemos en los discursos de los políticos pero en los hechos son millones y
millones de puños de saliva. De la misma manera lo de la participación
ciudadana, quedó hecha pedazos cuando en la ley le pusieron un candadote que
impide la participación sobre la base de que esta tiene que ser autorizada por
una fantasmal comisión ejecutiva que no se sabe ni cómo ni cuándo ni quienes la
integran. Pura simulación y botana.
Ahora
lo hacen con las candidaturas independientes. Casi estoy seguro que los líderes
de los partidos pactaron en lo oscurito ponerle candado a las candidaturas
ciudadanas a cambio de quedarse callados con la intención, hecha ley ahora, del
gobierno de imponer a un nuevo “fontanero”, al titular del órgano superior de
fiscalización para que sirva de tapadera al caño de la corrupción. O sea pues,
un simple intercambio de negocios. Yo te dejo el negocio de las candidaturas y tú
déjame el negocio de robar y que el órgano superior de fiscalización me diga
que todo está limpio y transparente. ¿De qué otra manera se puede entender el
silencio y la poca actividad de los líderes de los partidos ante la imposición
del nuevo “fontanero” gubernamental? ¿Por qué no limitan los excesos
gubernamentales denunciando y haciendo actividad política?
¿Y
por qué digo que son una nueva farsa? Porque le pusieron un candado para que
haya candidaturas ciudadanas en la ley pero con requisitos que no le ponen ni
siquiera a los partidos con todo y su financiamiento. En la ley dejaron que
cualquier ciudadano puede acceder a ser candidato independiente si reúne un
apoyo del 15% de la lista nominal del distrito correspondiente si quiere ser
diputado local, o del municipio correspondiente si quiere ser presidente
municipal o del estado si quiere ser gobernador. Veamos los números.
Si
alguien ser diputado local por el tercer distrito que comprende una parte de Tepic
y Santa María del Oro, tendría que reunir el apoyo de 11,110 ciudadanos para
poder ser candidato, ya que el distrito tiene 78,584 votantes. El distrito uno también
de Tepic tiene 57,820 votantes por tanto habría que tener el respaldo de 8,673
ciudadanos. EL distrito dos tiene 60,823 por tanto habría que tener el apoyo de
9,123. Y así por el estilo. Ah! Claro está, que para lograr eso el aspirante no
cuenta, por supuesto, con dinero público.
En
cambio, para los partidos políticos, que tienen financiamiento público, ¿saben
ustedes qué porcentaje les piden para tener derecho a un diputado plurinominal?
El 1.5% de la votación total estatal de la elección de diputados. Vayamos a los
números. En la elección pasada votaron 481,785 ciudadanos para diputados que
representaron el 61.7% de la lista nominal. El 1.5% de esos que votaron son
7,226, es decir, ¡mucho menos lo que se exige de respaldo para un aspirante a
candidato independiente!
Pero
eso no es todo. Para mantener su registro como partidos, les exigen el “dos por
ciento de la lista nominal utilizada en la elección inmediata anterior que corresponda a cada distrito en
cuando menos la mitad más
uno de estos, en el Estado”. O sea que les piden el dos por ciento de nueve
distritos. Se agarran a los que casi no tienen votos porque su población
electoral es pequeña y, con la mano en la cintura, cumplen el requisito. Es
decir, los partidos y sus líderes prefirieron darles atole con el dedo a los
ciudadanos cuando decidieron poner el candado de 15% de apoyo de la lista
nominal a todo aquel que quiera ser candidato independiente.
Es
precisamente por este tipo de cuestiones, donde los dirigentes partidarios
prefieren mantener su negocio particular de venta de candidaturas, de tener
prerrogativas, o sea dinero público, sin que sean sujetos a fiscalización, de
hacer acuerdos en lo oscurito con el gobernante en turno para sacarle adelante
una iniciativa y en fin, tener una franquicia que les de dinero seguro, es por
eso que han llevado a las instituciones políticas, a los partidos al descrédito
social.
Como
lo dije más atrás, por eso es entendible que, cuando el gobernador metió en
paquete la aprobación de su nuevo fontanero para que le cubra las espaldas una
vez que deje de ser gobernante, los dirigentes partidarios se hayan roto las
vestiduras y hayan pegado el grito en el cielo al saber que el gobernador
amenazaba con quitarles su negocio particular consistente en venta de
candidaturas, prerrogativas, diputados y regidores plurinominales, mediante las
candidaturas independientes. Pero ya se callaron, guardaron un silencio muy
parecido a la complicidad cuando le ponen candado a las candidaturas
independientes. En suma, te dejo tu “fontanero”, déjame mi franquicia
partidaria. Todos contentos, negocio redondo para ambos. ¿Y los ciudadanos? ¿Y
la democracia? Eso se deja para los discursos. robertogbernal@gmail.com
PD. Esa es una expresión plena de la
verdadera situación del estado en que se encuentran los partidos políticos,
secuestrados por mafias que se dedican a hacer negocio. Aquella idea de que los
partidos representan a una parte de la sociedad, que tienen determinada ideología
y que en función de eso plantean diferentes propuestas para el desarrollo económico,
social y político, eso es teoría. La realidad es que hay, como lo dijo el filósofo
Toño Echevarría, solamente dos partidos, el de los vivos y el de los pendejos. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx