16 septiembre 2013

CANELO PRODUCTIONS INC.


Las Vegas, lugar preferido para hacer peleas de unos cuantos milloncitos, donde las bellas edecanes son el sufrimiento de unos y el disfrute de otros. Hasta allá acudieron trescientos personajes integrantes del gobierno, con gastos pagados a cargo del erario público. Se hospedaron en el Bellagio, un hotel que hasta ha servido para hacer películas con actores Holliwoodenses. Alegres por ver al Canelo, no repararon en gastos, mientras en su tierra natal, la gente se moría de Dengue.
            Momentos antes de enfilarse al lugar de los trancazos, el protagonista fundamental de este gran consorcio, entraba en calor. Sus managers le ponían las vendas, luego los guantes y él bailoteaba como caballo fino, nervioso, a punto de iniciar una carrea. Todos emocionados dentro de ese cuartito ya olían el triunfo.
            Mientras eso sucedía, los televidentes, en aquella tierra donde no se mueren de Dengue, lanzaban alaridos con un gran contenido emocional. Se sentían realizados al saber que su preferido era el titular del consorcio, el personaje de cabello colorado. La estridencia de los alaridos de los televidentes aumentó de nivel, junto con unas rechiflas, porque repentinamente apareció en las pantallas, un personaje de importancia fundamental en su tierra natal, coleccionista de caballos, muy amigo de artistas de la talla de Joan Sebastian y, por supuesto, íntimo amigo del boxeador de pelo rojizo. Se le vio sin preocupación pues en su tierra no había muertos por dengue y todos gozan de un nivel de bienestar parecido al de Finlandia.
            Iba a comenzar la pelea. El Canelo hace su aparición en el ring bajo la estridencia de la muchedumbre ansiosa por ver sangre en el cuadrilátero. Se antojaba una pelea al estilo de los gladiadores romanos. El anunciador empezó presentando a los rivales. ¡¡¡En esta esquina, con 55 muertos, 20 heridos y uno más en terapia intensivaaaa Floyd Maywatherrrrrr!!! En esta otraaaa, peleador light invicto con asesor gubernamentallll de lujo El Can…… ¡agarrenlo, que no se baje del ring!!. Así iniciaba uno más de los negocios de Canelo productions Inc.
            Esa corporación no solamente está metida en el negocio boxístico, sino que también está metida en negocios de bares y discotecas, hasta periódicos. Que no les caiga de sorpresa que de un momento  otro sea candidato a diputado o, si nos descuidamos a gobernador. Desde luego, no estoy hablando de Nayarit, sino de otro estado de la república muy lejano a nuestro terruño, aquí el Dengue no existe.
            Llega así el primer round. Puro ejercicio de Sombra. Segundo Round, más ejercicio de sombra. Tercer Rond, Floyd empieza a dar clase de zamba en el ring. Cuarto Round, le siguió otra clase de zamba al estilo Brasil. Del Quinto al décimo Roud, Canelo Production´s nos da una clase de cómo matar moscas en el aire. Los últimos dos episodios, el negrito boxeador se la pasó botaneandosela. Termina la pelea sin gota de sangre. Los asistentes se miran decepcionados por no haber visto un circo romano, sino más bien un negocio previamente arreglado donde se desplumó a miles de apostadores que creyeron en el boxeador colorado.
            De aquel personaje gubernamental importante se dijo que apostó cinco millones, no se sabe si de dólares o de pesos, a favor de su amigo. Lo que no se sabe, es que quizá apostó por debajo del agua unos veinte o treinta millones al adversario, sobre todo si gozaba de información privilegiada proveniente de Canelo Production´s Inc. Así, perdiendo ganaban, como muchos políticos que perdiendo ganan.
            Doce rounds y el boxeador pecoso con cabellera rojiza, que era la salida de la miseria de muchos mexicanos si ganaba la pelea, quedaron más miserables de lo que ya eran, salió hasta contento, después de esos doce rounds, solo terminó con un simple moretoncillo debajo del ojo, como cualquier varón que se enfrenta a su vieja después de haberse ido de borrachón un día previo. Pelea chafa, pero que dejó mucho dinero a unos, pérdidas a otros pero sobre todo, un gran deleite para esos trescientos invitados gubernamentales y coleros que  tuvieron la dicha y la fortuna de estar en esa tierra mágica de Las Vegas a cargo del erario público de una tierra donde la gente no se muere de Dengue. robertogbernal@gmail.com

PD. Ayer me encontré en una cadena comercial a una funcionaria del gobierno del estado, de esas pocas que saben hacer su trabajo eficientemente, me consta. Es la amiga Alicia Ocampo, universitaria con orgullo. Me presentó a su hija quien resultó ser uno de mis cuatro lectores. ¿Fuiste de esos trescientos que se fueron a las Vegas? No, me respondió. Ella no sabía que los personajes selectos fueron a disfrutar una más de las frivolidades gubernamentales. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx

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