Primero hubo toda una estrategia
publicitaria, masiva, de denostación de los alcaldes contra la lideresa del
SUTSEM. Periódicos y panfletos oficialeros, radio, televisión. Los medios de
comunicación al unísono, despotricaron contra la lideresa. En esa postura, de
manera repentina y misteriosa, se unificaron todos, hasta los que ni
sindicalizados tienen en sus nóminas se metieron al arguende.
¿Cuál
era la razón de que los azules, amarillos y tricolores se unificaran? Cuando se
plantea la unidad del PAN con el PRD para las elecciones los tricolores se
desgañitan la garganta y se desgarran las vestiduras para decir que eso es un
engendro, que se junta el agua y el aceite y ahora, cuando “la mano que mece la
cuna” les ordena que hay que echarle el caballo encima a la líder el SUTSEM, ni
se les ruboriza la cara de vergüenza. La razón de fondo, es mi hipótesis, era
tronar a Águeda para incapacitarla para el proceso electoral venidero y que no
ponga candidatos al interior del PRI. ¿A quién le interesa eso? Nada más y nada menos que al ejecutivo del
estado, por eso el despliegue escandaloso publicitario para denostar a la
lideresa.
La
indecencia política fue de los alcaldes opositores que se prestaron a ese juego
perverso. El “jarioso” alcalde de Santiago y los alcaldes azules, dos de ellos
sin sindicalizados, no debieron ponerse a engordarle el caldo al gobernador.
¿Por qué lo hicieron? Seguramente hubo algunas negociacione$$ en lo oscurito,
de esas que saben hacer muy bien, de los dirigentes del PAN con el ejecutivo
para que estos permitieran que sus alcaldes le hicieran el caldo gordo a
Roberto Sandoval.
Bastó
una manifestación organizada por la lideresa para poner orden, para enseñarles
lo grueso de los ovarios de la líder quien ya está curtida en estas lides y se
las sabe de todas todas. Bastó que Águeda les mostrara su capacidad de
convocatoria para que “la mano que mece la cuna” metiera reversa en sus
perversas pretensiones de entrometerse en la organización sindical para tratar
de controlarla o por lo menos mediatizar a sus dirigentes. Y la “mano que mece
la cuna” constató a través de un helicóptero que tenía enfrente un trabuco muy
fuerte, que era mejor meter reversa.
Ahora
los medios de comunicación ya no tienen a los alcaldes unidos contra la
lideresa. Hay un repentino silencio. Ya se terminó el fantasmal TUCA (Todos
Unidos Contra Águeda), ya no tienen alcaldes que anden despotricando contra la
lideresa, ya se acabó ese engendro de movimiento que nació bajo el manto
sagrado de “la mano que mece la cuna”. Si acaso nuestro buen amigo el Toro,
hace una que otra alusión al tema.
Águeda los barrió, los exhibió, se zurró en ellos, así que a “la mano
que mece la cuna” no le quedó de otra más que llamar al diálogo y a acordar,
como debió haber sido, con la dirigencia del SUTSEM, en lugar de golpear, de
agredir. Esto último es lo que hunde a los gobiernos, sus posturas políticas de
agresión e intolerantes generan inestabilidad.
“La
mano que mece la cuna” antes de lanzarse a esas aventuras políticas debe medir
bien las consecuencias y todas las implicaciones de hacer movimientos políticos
de esa naturaleza. La voracidad política también tiene límites. Ahora, a “la
mano que mece la cuna” anda denostando a la oposición y echándoles incienso a
sus funcionarios, casi casi los quiere canonizar. robertogbernal@gmail.com
PD. Ahora anda queriendo talar los
árboles de la loma para construir un estacionamiento ¡Esa ocurrencia y
disparate no está en el plan estatal de desarrollo!...¿A quién se le ocurre
enviar a un burro a dirigir una Universidad? www.trincherauniversitaria.blogspot.com