Los ciudadanos Nayaritas estamos tan “jodidos” que ya vemos como “normal” todo el cochinero que tenemos en Nayarit, ya vemos como “normal” la prostitución política que se encuentra a flor de piel y que la podemos tocar, ver, sentir por cualquier lado. Ya estamos perdiendo la capacidad de asombro y nos estamos acostumbrando a vivir en la prostitución política como forma de vida. Lo he dicho públicamente, hace falta una renovación moral de todas nuestras instituciones, incluidas las políticas, o sea los partidos políticos.
Ya vemos como “normal” que el gobernador en turno se entrometa en los procesos electorales. A pesar de que sabemos que eso es jurídicamente sancionable porque se opone a la equidad en la competencia política, ya nos estamos acostumbrando a que el gobernador, los presidentes municipales del color que sean o los diputados y regidores, anden metidos en la política para impulsar a sus candidatos. Nadie dice nada de eso porque hay complicidades mutuas y las autoridades electorales, como una muestra de esta prostitución política, se hacen como que la virgen les habla y no hacen nada con tal de que todo se desarrolle sin el menor problema.
También ya vemos como “normal” que las diversas autoridades no solamente se entrometan en los procesos electorales, sino que además despilfarren nuestro dinero, el dinero de los impuestos en pagar campañas, cuando bien podrían destinar esos recursos a construir escuelas, hospitales, pavimentar calles, darnos agua potable en fin, tantas necesidades que hay para tan poco dinero que se derrocha en gastos superfluos para apoyar los candidatos. Ya también lo vemos muy “normal”.
Luego también, vemos como normal que haya mafias en los partidos que se sienten dueños de las instituciones políticas. En el PRI, es ya una tradición histórica el entender que el dueño del PRI es el gobernador en turno si este fuera del PRI claro está y, si no lo es, entonces las camarillas y cacicazgos de siempre hacen sentir su peso político. Otras camarillas están apropiadas del PAN y otras por el estilo en el PRD. Ya casi terminamos con los partidos de corte familiar pero siguen presentes esas cosas. Esa situación ha dado lugar a que haya quejas de venta de candidaturas y de venta de movimientos políticos a cambio de unos “chelines” o que se hagan pactos de silencio ante la corrupción como sucede actualmente en Nayarit, donde toda la oposición ha sido silenciada ante el escandaloso como criminal nivel de corrupción gubernamental.
O también vemos como muy “normal” que los gobernantes en turno se dediquen a traficar con el gobierno y a hacer negocios al amparo del poder. Y no me refiero a ningún gobernador o funcionario en lo particular, simplemente ha sido una práctica permanente hacer eso, situación que ha dado lugar precisamente a que lo veamos como “normal”. La consecuencia es que cada sexenio tenemos nuevos ricos que lograron hacerse de “mulas Pedro” gracias a la práctica del tráfico de influencias. Y no me refiero tampoco exclusivamente al poder ejecutivo, sino a todos los poderes, pues ya vemos cómo se trafica con la justicia, con la educación, con la aprobación de leyes y decretos, en fin, la pudrición está en todos lados, pero es una pudrición que ya vemos como muy “normal”
Otra de las cosas que vemos como “normales” son las posturas de los diputados. Ya no nos sorprende que sean “levantadedos” y que hagan lo que se les ordena, actuando así como simples mandaderos del gobernador en turno, sino que también ya vemos como normal que tomen decisiones personaleras y jamás se pongan a consultar a sus representados que son quienes los eligieron y a quienes se deben. Jamás consultan al pueblo para tomar decisiones, lo cual da lugar a que su actuación en el congreso también sea sujeto de negociación y venta.
Otras situaciones que ya vemos como “normales” son las posturas de los políticos trapecistas que brincan de una liana a otra sin despegarse de la que tienen. Por ejemplo, en este proceso ahí tenemos al ex senador con ojos de jaiba en caldillo que no termina de ser senador y ya quiere ser diputado federal, tenemos a la respetable señora “Chimo” que de diputada federal quiere brincar al senado y señalo estos porque se supone que son los opositores y los representantes de la moral y la decencia, pero también tenemos en el PRI políticos de esta naturaleza.
¿Y porqué vemos como “normal” toda esta prostitución política, esta pudrición? Desde mi punto de vista, la vemos así porque como ciudadanos estamos enanos, no hemos sido capaces de organizarnos como tales para rescatar nuestros derechos constitucionales, por eso dejamos que los pillos y rufianes nos impongan candidatos mediocres de los que tenemos que escoger, claro, tenemos la vía de anular el voto para demostrar nuestro rechazo a esa situación de pudrición y exigir así, que haya reformas constitucionales que permitan una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones de la vida pública. Si eso no sucede, seguiremos siendo ciudadanos secuestrados por los rufianes dueños de las instituciones que nos han orillado a que veamos el “mierderío” como muy “normal”. robertogbernal@gmail.com
PD. Por ejemplo, ¿Donde quedó el derecho de los panistas de exigir que la “potranca azul” cumpla el papel para la que fue electa? ¿Dónde queda el derecho de los ciudadanos que votaron por la “Chimo” para que cumpla su periodo de diputada federal? Y de la misma manera para el resto de los candidatos trapecistas. Por eso digo, hace falta una renovación moral de todas las instituciones. ¿Y tu mi estimado lector, estas decidido a vivir en esa prostitución y suciedad institucional? Si no es así, ¿Qué haces para cambiar eso? Por eso tienen razón aquellos mensajes televisivos que dicen. Señores candidatos ¿Van por la silla o van a cambiar México? www.trincherauniversitaria.blogspot.com