Una de las
características que demuestran que la gente ya no cree en los partidos ni en la
mayoría de sus candidatos es el abstencionismo. Es una especie de rechazo
silencioso, es un repudio popular que se muestra precisamente en los momentos
electorales. Y es que la verdad, el pueblo ya está cansado, está harto de
políticos demagogos, mentirosos y corruptos así como de los partidos que se han
convertido en verdaderas sociedades anónimas que sirven para que los que los
tienen secuestrados hagan negocios y se enriquezcan a costa de saquear el
dinero del pueblo.
El abstencionismo hace evidente la
crisis del sistema político mexicano y es la forma en cómo el pueblo exige
transformaciones que permitan la participación más directa de la gente en la
vida pública. De hecho, tan es así que la cámara de diputados federal acaba de
aprobar una reforma política que quedó mocha, no aprobaron varios temas
importantes como reelección, revocación de mandato y otros. Pero de eso a nada
es mejor que por lo menos hayan aprobado algunos temas, entre ellos el de las
candidaturas ciudadanas, a ver si en la reglamentación no la dejan como para
que no funcionen, ya ven como son las mafias partidarias, aprueban algo pero si
no les conviene en las leyes reglamentarias nomás ponen candados para que no
funcionen.
Pero en fin, en este proceso
electoral está cobrando mucha presencia la idea del anular el voto. Y es que de
plano hay cada candidato que nomás no “pela un chango a nalgadas”. Y eso es en
todos los partidos. Los candidatos o son mediocres, o son corruptos, las
excepciones por supuesto existen pero, por regla general, los candidatos tienen
esas características. Ante ese panorama, la idea de anular el voto debido a que
la gente no se siente representada en ese tipo de personajes, cobra vida.
Por eso mismo, en las encuestas que
se han publicado, en todas, el porcentaje de la población que no revela sus
intenciones es demasiado alto, es decir, hay muchísima gente que no dice qué
hará en este proceso electoral, no revela sus intenciones. Y esa es la gente
que va a decidir, y lo hará por la vía de participar votando o por la vía de no
hacerlo. El no votar es el abstencionismo, es una forma de participación
pasiva, que deja la decisión de escoger a los que cubrirán los puestos de
representación en los que si votan. Es decir, por ejemplo, y para ponérselos
sencillo a mis escasos lectores, si el padrón es de cien electores y sólo votan
cinco, y no va a votar noventa y cinco, el que saque tres votos es el que gana,
no importa si los noventa y cinco no fueron a votar.
Por el contrario, si la gente no
está de acuerdo con los candidatos pero decide ir a votar y en lugar de hacerlo
por alguno de ellos anula el voto, es decir cruza toda la boleta o varios
candidatos de la boleta entonces la cosa cambia. ¿Qué implicaciones tiene el
anular el voto? Ya lo dije una vez, con el 20% de los electores que anulen el voto, se anula la casilla, con 20% de
casillas anuladas anulan el distrito, y con 20% de los distritos anulados,
anulan la elección. Esto sería una cosa nueva que obligaría a las autoridades a
regular el nuevo comportamiento ciudadano.
El problema aquí es lo que pasaría
si no se logra conseguir que el 20% de los electores anulen una casilla y luego
anulen el distrito y luego anulen la elección. Si ello no se logra, lo cual
tiene probabilidades muy altas de suceder ya que la inmensa mayoría de los
electores no tiene educación cívica, entonces el panorama es otro, aquí no se anulará
ninguna elección pero si se favorece una de las opciones políticas.
¿A quién le favorece que se anule el
voto sin que se llegue al citado 20%? Sin duda alguna le favorece a quienes
operan una maquinaria electoral desde el poder y con dinero, porque son ellos
los que pueden hacer las mismas prácticas de las que siempre nos hemos quejado,
las prácticas del acarreo y de la compra de votos al por mayor. Por eso les
digo a mis escasos lectores, que si no tenemos la seguridad de lograr el 20% de
los votos anulados, lo que mejor conviene es votar por el que consideremos el
menos malo, pero habría que ir a votar y no practicar el abstencionismo porque
esa conducta política ciudadana favorece, sin duda alguna, al PRI. Sin duda
alguna, lo mejor es votar, ya sea escogiendo al menos malo o anulando el voto,
pero votar. Si los electores queremos cambiar el rumbo del país y no quedarnos
con la idea de que siempre será lo mismo, debemos actuar en consecuencia,
ejerciendo nuestro derecho y obligación cívica de ir a votar, nuestro voto es
fundamental para obligar a la realización de las transformaciones profundas que
requiere el país. robertogbernal@gmail.com
PD.
EL panorama electoral empieza a definirse claramente, las opciones que se empiezan
a perfilar son las del PRI con Peña Nieto y la de la izquierda con Andrés
Manuel. Josefina cada día que pasa va a la baja, cada dia que pasa la candidata
del PAN se desfigura. En ese contexto, cobrará importancia la idea del voto útil,
que es el voto no desperdiciado en la candidata o candidato que ya se sabe que
no ganará y, para evitar el regreso de los dinosaurios priistas al poder,
entonces lo mejor sería polarizar el voto entre el que tiene las posibilidades
de ganar, o sea Andrés Manuel, y el PRI. Los debates ayudarán más al
tabasqueño, quien tiene los argumentos fáciles y a la mano para ponerles una
“nalgada” al resto de los contendientes. Eso a menos que Josefina se saque un
as de la manga que la levante repentinamente, el as puede ser de dos temas, de
la corrupción tricolor y de los nexos de los priistas con el crimen organizado….
Un servicio social: SE BUSCA Alumna del CBTis No. 100. Responde
al nombre de: Sara Guadalupe Vázquez Vera de 18 años de edad. La
última vez que se le vio fue la mañana del Viernes 20 de Abril cuando se dirigía a la escuela.Su familia se encuentra buscándola. Cualquier información al número: 311-123-54-38. Hoy martes los alumnos del plantel realizarán una marcha exigiendo a las autoridades que aparezca. www.trincherauniversitaria.blogspot.com
