El internet es una
poderosa herramienta que permite la comunicación a escala planetaria. Es una
formidable herramienta que puede ser utilizada para difamar si más limitación
que la moral que cada quien tenga. Precisamente, el día de ayer, me dí cuenta
que fui objeto de una serie de difamaciones llenas de mentiras que me pusieron
al borde de la histeria al grado de que en ese mismo instante busqué unas
filosas galletas marías con las cuales intenté suicidarme.
Y es que hay una anciana
precandidata que ya me envió a sus perros a realizar esas nobles tareas. Y la
cumplen eficientemente al grado de que su invertido hijo, fue uno de los que
mostraron su beneplácito ante el rosario de acusaciones que bien pudieran ser
un buen capítulo de alguna novela de Yolanda Vargas Dulché, esa señora que
publica la revista de lágrimas y risas.
Entre las linduras que me
publicaron, fue que soy golpeador de mujeres, que no doy pensión para mis hijos
y quien sabe cuantas cosas más. Ya estoy acostumbrado a ese tipo de cosas,
sobre todo cuando duelen mis comentarios. Y bueno, seguramente algunos de los
que he hecho han dolido hasta el tuétano y al no encontrar la manera de
detenerme en mis apreciaciones, optan por la mentira y la difamación.
Bueno, el extremo fue que recibí
algunos mensajes en mi teléfono, de amigos que según ellos, se dieron cuenta de
que me habían detenido por problemas familiares y me ofrecían su solidaridad y
ayuda para enfrentar tamaños problemas. Seguramente han de haber pensado que ya
me estaban torturando por haber dejado inválida a alguna mujer. Pero mis amigos
se congratularon al saber que yo en esos momentos estaba precisamente
disfrutando de la compañía de mi hijo al que amo con toda mi alma.
La venerable anciana precandidata
seguramente no encuentra la manera de contrarrestar comentarios en prensa. Con
toda certeza que la miopía que la caracteriza no le alcanza para ver que
alguien que pretende ser personaje público está expuesto a eso y más. Pero
además, su corta como miope visión no le alcanza para saber que si la
pretensión es ser personaje público deben tener una concha de caguama para
aguantar de todo. Parte del juego político consiste en que los políticos deben
tener la capacidad para resistir toda una serie de andanadas que caerán sobre
su cabeza.
Al no resistir los comentaros
públicos sólo demuestra dos cosas: la primera es que es intolerante, ese es su
verdadero y auténtico rostro, no es aquél rostro de la madre Teresa de Calcuta
que le han querido imprimir. Y la segunda es que al mandar a sus perros a
descalificarme, sólo demuestra incapacidad, lo cual ha sido evidente siempre
que lanza discursos.
¿Se imaginan que nosotros tengamos este
tipo de personas en el senado de la república? Intolerantes e incapaces, amén
de otros atributos que pueden salir a flote en el transcurso del tiempo. Por
eso siempre les he dicho a mis escasos lectores en número de cuatro que se
fijen bien a la hora de seleccionar al candidato que quieran llevar a las
cámaras, tanto de diputados como de senadores.
En cuanto a las acusaciones que me
imputan, por lo menos debieron mostrar a alguna señora golpeada o la hubieran
maquillado para que apareciera como tal. O también pudieron haber hecho un
fotomontaje. Es más, si quieren cítenme en algún lugar y me pongo en alguna
pose peleonera estilo Mike Tyson o de perdida de El Canelo para que así hagan
más creíble sus aseveraciones.
En cuanto a que no doy pensión lo
único que les envidio es su detectivesca actitud, pero mejor deberían
preguntarle a mis hijos, que por cierto también andan en las redes sociales
acerca de esa situación. La verdad, lo único que han estado demostrando hasta
la fecha es su mezquindad y lo ruines que son. La población debería conocer
esos verdaderos motivos que mueven a la anciana precandidata para ser
representante popular. Y por supuesto que no me refiero a Martha Elena y a su
hijo, sino a una venerable anciana precandidata Tibetana que pretende ser
representante del pueblo en la república popular de China. robertogbernal@gmail.com
PD. Aunque Castellón
Fonseca no es santo de mi devoción, me solidarizo con él ante las amenazas de
que es objeto. Desde esta humilde tribuna le digo a Castellón que pongo a su
servicio esta columneja para que la pueda utilizar en alguna denuncia en ése
sentido. Sé que no la necesita pero dejo constancia pública de que estoy
totalmente en desacuerdo en que a los aspirantes a cualquier posición pública,
sean amenazados, sean del color que sean. www.trincherauniversitaria.blogspot.com