A medida que se
acercan los tiempos de las definiciones de las candidaturas, los “suspirantes”
a ellas usan todos los recursos habidos y por haber con tal de ser candidatos.
Algunos usan recursos públicos de manea camuflajeada y los que no pueden
hacerlo y no quieren gastar de su dinerito, entonces acuden a un recurso muy
socorrido para lograr ser el candidato del partido. El recurso de la lisonja.
Esto se ve mucho en los del PRI a nivel estatal debido a que, evidentemente, el
gobernador está haciendo política electoral para favorecer al PRI. Ni modo que
lo haga para el PAN o el PRD.
Cuando alguien se refiere a la
lisonja, evidentemente se refiera a halagar, adular, “dar coba”, agradar,
deleitar, entre otros sinónimos más. Desde luego, lisonjear a alguien es una
acción muy común. La vemos en todos los ámbitos. En las relaciones entre género
es muy socorrida, sobre todo cuando los hombres pretendemos conseguir los
encantos de las mujeres, generalmente se recurre a “conquistarles la oreja”
para decirles cosas bonitas con el fin de impactarles su vanidad y así hacerlas
sentir mas bellas y deseadas. Desde luego lo mismo sucede en el sentido
inverso, aunque es más fácil que un hombre caiga bajo los encantos de una mujer
hasta con una simple sonrisa.
Desde
tiempos inmemoriales se hace uso de la lisonja, bueno, hasta Jesús se refiere a casos
semejantes cuando habla de los fariseos que devoran las casas de las viudas con
pretexto de largas oraciones. Posiblemente iban a consolarlas por la muerte de
su marido y a confortarlas orando por ellas, mientras que con ojos codiciosos
miraban lo que la viuda tenía para quitárselo.
Pero
también es un recurso muy utilizado en la política. Sobre todo cuando se trata
de conseguir los favores del gobernante en turno. Los cortesanos, esos que
rodeaban al Rey y lo aconsejaban, mediante la lisonja tenían la capacidad de
conseguir favores. Los llamaban "favoritos", porque gozaban del favor
del rey y halagaban su vanidad dándole los consejos que el soberano quería oír
y con los que muchas veces los inducían a cometer errores trágicos.
El salmo 12 habla
de los aduladores: "Hablan mentira cada uno con su prójimo; hablan con
labios lisonjeros y doblez de corazón”. No nos engañemos, todo el que adula
tiene una segunda intención que encubre con una lisonja. La lisonja es la
carnada que esconde la punta del anzuelo. Cuando el pez lo muerde, no sabe que
le va a costar la vida. Las palabras de mentira que escuchan los poderosos
muchas veces son los elogios inflados e hipócritas que les dirigen sus hombres
de confianza. Si él se los cree, acabará estando rodeado sólo de lobos feroces
disfrazados de ovejas que no buscarán otra cosa sino saciar sus propias
ambiciones. No se por qué esto me recuerda al gobierno de Toño Echevarría y a
la corte que rodea a la anciana precandidata del PAN.
Hay un proverbio
que dice: "Si el gobernante atiende
a palabras mentirosas, todos sus ministros serán impíos." Claro, porque pronto descubrirán de qué pie
cojea y explotarán su debilidad. Pero los hombres rectos, que no entran en ese
juego, serán vistos con malos ojos y serán apartados. Todo dependerá de quien
recibe los elogios, viendo si tiene capacidad de discernir entre la falsedad o
la sinceridad. También esto me recuerda al gobierno de Toño.
Pero ¿A qué viene
todo esto? Pues a que cada día que pasa hay algunos políticos que andan
lisonjeando a mi tocayo y a Peña Nieto para conseguir sus favores, el favor de
ser candidato y que lo apoyen con todo. De hecho, me quiero referir a un
precandidato que ya ni la “chingó” en su lisonjera declaración. A nuestro amigo
Manuel Cota.
¿Qué dijo? Que el
gobernador ha asumido su papel de estadista. Faltó muy poco para decir que mi
tocayo es un político de mayores alturas de miras que Mahatma Gandhi o que
Nelson Mandela. Y al iletrado de Peña Nieto también lo lisonjeó al declarar que
llegó al 2012 “con entusiasmo, unidos, con un candidato con trayectoria, con
compromiso y cumplidor, con Enrique Peña Nieto que mostró con prudencia y con
un buen tejido político que se llegó a la candidatura única y en consecuencia
ir a la competencia con un buen
candidato” Ja, como si Salinas y su mafia necesitaron de los priistas para imponer
a Peña Nieto como candidato. Se le olvida a Cota decir que Peña Nieto
representa lo más pulcro de la pudrición del PRI, eso sin contar sus
“rebalones” recientes, ayudado además por su hija, que demuestran su real
dimensión. Es mucha la lisonja de Manuel en tan poco espacio. Se ve que es experto
en el arte de adular.
Pero pónganse “buzos”
mis estimados como aguantadores cuatro lectores, los procesos electorales, como
bien lo sabemos por experiencia, suelen ser un carnaval de lisonjas en que los
candidatos compiten para ganarse el favor del pueblo. Los demagogos lisonjean
al electorado para obtener su voto, haciéndoles toda clase de promesas
fabulosas, asegurándoles que si los eligen a ellos, van a obtener todo lo que
desean y que todo va a ser mejor. Pero no se les olvide que cuando llegan al poder,
sólo piensan en enriquecerse y dejan que
el pueblo siga muriéndose de hambre. robertogbernal@gmail.com
PD. Tal parece que mi tocayo no va a cargar
con el muerto que representa Ney. Hace declaraciones muy valientes y,
subliminalmente, está invitando a que la oposición se ponga las pilas y finque
denuncias contra el chaparrito ex gobernador. Pero la oposición ni suda ni se
abochorna, no entienden que el gobernador, aunque jurídicamente si puede actuar,
no puede hacer las denuncias correspondientes, le sale caro políticamente. www.trincherauniversitaria.blogspot.com