Fiel a sus principios, como todo buen traidor y mercader de la política, el judas de Acosta Naranjo, ése que se “zurró” en las aspiraciones del pueblo de Nayarit, ahora anda pretendiendo poner su “tianguis” político. Un “tianguis” político que, desde luego, le permita tener el acceso a posiciones gubernamentales fuertes y así estar en el pandero nacional. Por eso anda ahora impulsando lo que se ha dado a conocer a la opinión pública como gobierno de coalición.
Desde luego que yo no estoy ni en contra ni a favor de ese tipo de figuras, no hay claridad en lo que eso significa, pero de lo que si estoy casi seguro es que el judas Naranjo las impulsa porque es la única manera en que, como todo buen mercader político, pueda tener espacios políticos. Sabe perfectamente que su partido, y más específicamente los pro priístas de nueva izquierda, no tienen ninguna posibilidad de acceder a la presidencia de la república, razón por la cual ahora impulsan esa figura como mecanismo de acceso a algunas posiciones a través de acuerdos en lo oscurito, tal como han demostrado su especialidad en mercadeo político.
El “puerquito” que ahora andan engordando es, desde luego, a Marcelo Ebrad, quien para ellos representa la moneda de cambio que pueden ofrecer a la hora de hacer las negociaciones pertinentes. Es prácticamente una réplica de lo que hizo en Nayarit el judas Naranjo. Secuestran al partido y sus instancias de gobierno, se acomoda el proceso de selección del candidato y luego lo ofrecen a cambio de negociaciones.
En el caso Nayarit, Naranjo y sus secuaces secuestraron el partido y casi es seguro que negociaron con Ney González. Hay señales de que eso haya sucedido. ¿Cuáles? Las cifras de las encuestas siempre lo pusieron por debajo de Martha Elena, esa es una señal. Otra es la candidatura de mi amigo Pablo Montoya, connotado priista, que de inmediato fue aceptado por el judas Naranjo para Tepic cuando el PRD tenía un excelente candidato en Amado Rubio. La tercera y contundente fueron los resultados electorales.
Ayer, un amigo periodista me contó una anécdota que sucedió en el proceso electoral pasado. Me dijo que el judas Acosta estaba un día en conocido céntrico hotel con algunas personas. Repentinamente se levantó porque dijo que iría al baño. Mi amigo se adelantó y se metió al baño. Segundos después lo hizo el traidor. Haciendo sus necesidades comenzó a hablar, diciendo cosas así: “Jefe, yo también lo voy a defender, yo voy a tapar el pozo si gano” Y otras cosas más pero uno se pregunta ¿Quién será su jefe? ¿Cuál pozo? ¿Será Ney? ¿El pozo será el agujero financiero que enfrenta ahora Sandoval? Ahí están las razones de no haberse conformado la alianza.
Pues bien, ahora el judas anda haciendo lo mismo en el plano nacional. Otro buen negocio. Los “chuchos” tienen secuestrado al partido, andan en el proceso de controlar las instancias de gobierno para luego, sin duda alguna, ofrecerle a Vázquez Mota o a Cordero, según sea el caso, a Marcelo Ebrard a cambio de muchas posiciones en el gobierno federal y, si nos descuidamos, se lo ofrecen a los priistas, no hay ninguna duda de que lo pueden hacer, la muestra fue Nayarit donde los “chuchos” a través de Acosta le entregaron el gobierno al PRI. Todo es mercado y el judas es un excelente mercader.
Por eso impulsa a todo lo que da la figura de los gobiernos de coalición. Las alianzas electorales se justificaban porque había un objetivo común, que en teoría era impedir que el PRI conquistara gubernaturas que lo fueran encaminando hacia los pinos. Pero una cosa son las gubernaturas y otra muy distinta es la presidencia de la república, aquí la política fiscal, la política monetaria y cambiaria, la política de apertura externa y todo el conjunto de políticas que comprenden la política económica del país, no puede andar con ambigüedades, es una sola y se hace con una clara definición ideológica, aquí si no funcionan las alianzas. Por ejemplo, el PAN y el PRI han planteado siempre el modelo neoliberal, desde 1983 a la fecha. ¿Un gobierno de coalición implicaría que la izquierda también lo asuma? No, aquí no es el caso de repartirse un botín de puestos gubernamentales como viles delincuentes de cuello blanco al estilo Naranjista, aquí si hay componentes ideológicos que no se pueden mezclar.
Pero como ya vimos, los “chuchos”, grupo político al que pertenece el judas Naranjo, así como se pueden vender con el PAN también lo pueden hacer con el PRI a cambio de posiciones. Son los prostitutos de la política, de esos que no tienen moral ni decencia y son capaces de vender su “alma al diablo” a cambio de estar en las posiciones o por dinero.
¿Dudan de lo que les digo? Hay que preguntarle a López Tirado, quien fue candidato a la gubernatura su opinión acerca de Naranjo y compañía; hay que preguntarle a Navarro Quintero quien también fue candidato a la gubernatura; hay que preguntarle a Martha Elena García, y por último hay que preguntarle a López Obrador. A todos los traicionó. Por eso ahora, en el nuevo proceso electoral pretende hacer otro negocio: su tianguis político llamado gobierno de coalición. robertogbernal@gmail.com
PD. Roberto Sandoval no debe “cargar el muerto” que significa Ney González, es un lastre para su proyecto gubernamental. www.trincherauniversitaria.blogspot.com
