¡Rectores universitarios asesinos! Era el clamor de varios universitarios que se arremolinaron en la funeraria ahora que falleció nuestro amigo Jesús Silva Gámez. Si, antes este escribano de la trinchera, denunciaba el asesinato laboral de que había sido objeto Jesús Silva Gámez. Asesinato laboral que realizaron las mafias universitarias y que fue convalidado por las instancias impartidoras de justicia estatales y federales, quienes sin el menor recato dieron por bueno el expediente apócrifo que le armaron a Silva Gámez para legalizar su asesinato laboral. La total impunidad y corrupción en su máximo esplendor se fue configurando en este caso tan desastroso. Falleció Jesús Silva Gámez, aquel catedrático que fuera director de la facultad de medicina veterinaria y zootecnia. Falleció Silva Gámez, aquél catedrático que fue corrido vergonzantemente de la Universidad por cometer un pecado cruel, el pecado de denunciar la corrupción universitaria. Falleció Silva Gámez, aquél catedrático universitario que fue despojado de su salario de una quincena para otra, al estilo de las mafias universitarias, sin el menor respeto al contrato colectivo de trabajo y quien ahora, con su muerte física, dejó en el desamparo total a su familia. Falleció Silva Gámez aquel catedrático universitario que por tratar de limpiar la universidad de la pudrición en que se encuentra, fue condenado a una vida de miseria, esa vida que le generó enfermedades que lo llevaron a la muerte.
¿Y quienes son esos rectores universitarios que asesinaron a Silva Gámez? Salvador Villaseñor Anguiano, Alberto Rivera Domínguez, Francisco Javier Castellón Fonseca y Omar Wicab Gutiérrez, Esos son los asesinos, contestaron. Relataron que su asesinato comenzó con Salvador Villaseñor y fue posteriormente consolidado bajo los auspicios de los rectores antes mencionados, quienes con el desprecio que los caracteriza hacia las justas demandas de los trabajadores, Silva Gámez fue permanentemente hundido en la miseria. Todos sabían que había un expediente apócrifo, armado con firmas y datos falsos y en el que había un procedimiento jurídico fuera de toda norma. Pero despreciaron a Silva simplemente por ser de esos profesores que han sido la oposición de toda la vida y que con “pelos y señas” venía permanentemente denunciando la corrupción.
De esos cuatro rectores asesinos, dicen los denunciantes, uno de ellos, Castellón Fonseca, es ahora un supuesto defensor de los intereses de los más desprotegidos que funge como senador de la llamada “izquierda Mexicana”, miembro prominente del PRD y que es parte de las mafias universitarias ligadas al “pelón” Hernández Escobedo. El otro es Omar Wicab, quien es candidato del PRD a diputado local por el distrito cuatro e integrante de la lista de los plurinominales en el lugar número cinco, es también miembro de la mafia universitaria citada, señalan los quejosos. Pero no solamente eso, es importante destacar que, tal como lo ha dicho públicamente, son amigos personales de Acosta Naranjo, candidato a la gubernatura por ése partido. Dicen los denunciantes que durante sus administraciones rectorales mantuvieron un amasiato en donde se intercambiaron “favores”, es decir, plazas, recursos y apoyos para el PRD a cambio de candidaturas y posiciones que desde luego hoy disfrutan los rectores que son la vergüenza de la mal llamada “izquierda”.
Es decir, continúan, el candidato del PRD Acosta Naranjo tiene dentro de sus huestes para controlar al estado a dos asesinos del catedrático universitario Silva Gámez, junto con el “pelón” Hernández Escobedo. Los denunciantes dicen que si Acosta Naranjo está ligado a algunos delincuentes como Greg Sánchez, Godoy Toscano y amigo de un gobernador cuestionado por sus vínculos con el narco como es Malova, gobernador de Sinaloa, y aparte es defensor férreo de Castellón Fonseca y Omar Wicab, asesinos del catedrático, entonces ¿En manos de quien va a quedar el estado si votamos por ellos? NARANJO, DICEN, ES EL CANDIDATO DE LAS MAFIAS UNIVERSITARIAS Y ES EL CANDIDATO AMIGO DE DELINCUENTES.
Los denunciantes aprovechan esta humilde tribuna para exigir que a la familia de Silva Gámez no se le deje en el total desamparo. Todos los candidatos dicen que van a combatir la impunidad y la corrupción, que se hará justicia, pues entonces los universitarios denunciantes les piden que pasen de las palabras a los hechos, que no sigan siendo demagogos y mentirosos y que se pongan las pilas para hacerle justicia a la familia de Silva Gámez. Pero que también se pongan las sanciones correspondientes a los asesinos que son esos cuatro rectores mencionados. Hasta aquí la denuncia, Salvador Villaseñor, Rivera Domínguez, Castellón Fonseca y Omar Wicab, tienen que responder por sus hechos.¡Justicia a Silva Gámez y castigo a los asesinos! Claman los universitarios. robertogbernal@gmail.com
PD. Jesús Silva Gámez fue un amigo personal, hombre de principios y de lucha incansable contra la corrupción y la impunidad. Era un panista recalcitrante, profesionalmente muy bien preparado, de esos hombres que se debieron aprovechar para el desarrollo de Nayarit pero que las mediocridades de nuestros políticos impiden que los mejores hombres dirijan nuestros destinos. Descansa en paz amigo mío.
