Traté un tiempo de manera muy personal a mi tocayo, Roberto Lomelí Madrigal, socialmente conocido como “El Bachis”. La impresión que tengo y que empieza a modificarse debido a sus posturas públicas, es que es un personaje muy controversial, es un político sólidamente formado en el PRI, que ha sido un “caballito de batalla” en ése partido y que es un político sensato, a veces incisivo, pero también sabe de política, tiene oficio político. Por eso me extrañan sus recientes declaraciones que no son propias de un personaje con esas características.
Cuando leí sus declaraciones rápidamente recordé que también en la oposición se cuecen habas. Recordé las fanfarroneadas de Acosta Naranjo cuando declaraba que se las comía crudas, que le tenían miedo los del PRI y quien sabe cuantas declaraciones fantoches propias de políticos vulgares. Así me encuentro ahora a mi tocayo, a quien desconozco por sus últimas declaraciones. Casi me atrevo a pensar que alguien lo quiere perjudicar y a lo mejor publican cosas que no dijo. Pero, ¿Qué declaró?
Dijo así: “las alianzas PAN- PRD- Convergencia o la que pretenden conformar PT-PRS, están destinadas a la derrota en las urnas, porque no tienen proyecto, no tienen capacidad de gobernar, además de que están conformadas por intereses económicos netamente y no tienen unión de ideologías políticas”. Esa es la declaración, y bueno, algunos de los columnistas asumimos que tenemos la responsabilidad social de desmadejar, de poner en blanco y negro los discursos retóricos y prédicas demagógicas para ponérselos en blanco y negro al pueblo, para que no confundan a los ciudadanos.
Primero dice que todas las alianzas opositoras están destinadas a la derrota. La verdad no se si mi tocayo haya ido a consultar a algún brujo de Jomulco o si Walter Mercado lo orientó para hacer tamaña afirmación, sin ningún sustento, sin ningún fundamento, sólo los dos renglones más de su declaración. El fundamento debería ser la evidencia empírica, y ésta demuestra que con alianza es posible el triunfo, ya lo vimos en el 99, hubo alianza y se logró sacar de palacio de gobierno al PRI. Esa es la evidencia. Yo no voy a juzgar aquí si ése gobierno aliancista fue excelente, bueno, malo o pésimo, pero lo que si es posible afirmar es que con alianza hay buenas posibilidades de triunfo. Me extraña que con un puño de saliva en forma de declaración pública, mi tocayo pretenda borrar de la historia política de Nayarit, el gran movimiento social que culminó en sacar de palacio de gobierno a los priistas. Por eso digo que las declaraciones de mi tocayo son “bravuconadas”.
Luego dice que esas alianzas no tienen proyecto. Como dicen los abogados, aceptando sin conceder que eso sea cierto, que las alianzas opositoras no tiene proyecto, y más ahora en que los grupos dominantes en los partidos se andan repartiendo los espacios políticos como una simple gavilla de bandoleros de la política, haciendo acuerdos en lo oscurito, yo me pregunto ¿Y cuál es el proyecto del PRI? ¿Tener en estado de terror a los Nayaritas con las balaceras cotidianas, los levantones y secuestros? ¿Dejar en bancarrota las finanzas gubernamentales? ¿Hacer negocios desde el poder? ¿Utilizar facciosamente las instituciones gubernamentales para gobernar con ocurrencias y caprichos? ¿Tener al servicio del virrey a diputados y magistrados del poder judicial? ¿Promover la corrupción como con la Riviera y como todo lo que hay en la procuraduría? ¿O el proyecto será tener a los Nayaritas sin empleos y en la pobreza? ¿O será tener a Nayarit como nuestro lindo Tepic, como una ciudad de las más violentas del mundo? La verdad es que esas declaraciones son muy bravuconas, especialmente cuando mi tocayo no ve la cola de su partido hecho gobierno. Los mismos razonamientos aplican cuando declara que los de las alianzas opositoras no tienen capacidad de gobernar, como si los gobiernos emanados del PRI hayan demostrado lo contrario.
En la última parte de su dicho señala que están conformadas por intereses económicos y que no hay unión de ideologías políticas. La verdad yo participé en una alianza el proceso pasado y no vi ningún interés económico por ningún lado. Quizá a lo mejor mi tocayo se refirió a que los dirigentes y grupos dominantes de los partidos se enchalecan las prerrogativas y las “lentejas” que les dan a los partidos de oposición y ahí estaría un poco de acuerdo con él, en el sentido de que puede haber ese tipo de cosas, pero eso es muy diferente a que los proyectos de alianzas para con el pueblo tengan como objetivos solamente robarse las prerrogativas y buscar prebendas y privilegios económicos. Para finalizar señala que no hay unión de ideologías políticas. Y la verdad tiene razón, que se están juntando el agua y el aceite, pero aquí en Nayarit, para este proceso electoral, las alianzas no son un problema de ideología, sino de alianzas tácticas que tienen como premisa hacer fuerza para sacar a los priistas de palacio de gobierno, aunque ese no sea el objetivo fundamental, sino la construcción de un proyecto popular y democrático que anteponga los intereses del pueblo por encima de los grupos y partidos políticos. Si fuera un asunto de ideología nunca habría alianza y nunca generaríamos las condiciones para derrotar en las urnas al PRI. Yo espero que estas reflexiones le lleguen a mi tocayo y trate de ver la otra cara de la moneda, expresada por gente que no pertenecemos a ningún partido político. Si no es así, seguramente seguirá con sus bravuconadas. robertogbernal@gmail.com
PD. Este 23 de enero a las once de la mañana, en el rancho El Quevedeño, reunión de liderazgos con Martha Elena.