Ney en lugar de andar haciendo leyes “mordazas” y luego parchándolas o inventando réplicas de informes gubernamentales, debería atender problemas como el de Silva Gámez, de quien dije que estaría dando datos de cómo éste ha sido un caso de atropello, injusticia, represión, corrupción e impunidad. Lo que he llamado el asesinato laboral de Silva Gámez, está heredado a las administraciones universitarias actuales, quienes están siguiendo el camino de la legalidad hasta el momento. Yo espero que el rector y sus funcionarios, en el marco de la ley, le den solución a éste añejo problema que les heredaron las administraciones corruptas Villaseñoristas, antes de que Silva Gámez lleve su caso primero a la Secretaría de la función pública tal como me lo ha comentado y la Universidad sea exhibida como corrupta y el gobierno como cómplice y después a otras instancias internacionales en USA, ya que Silva tiene los derechos como ciudadano Estadounidense del Estado de Texas. Pero bueno, ahora les voy a dar más datos de cómo asesinaron laboralmente a Silva. Transcribo las siguientes líneas:
“¿Donde están todos aquellos que tomaron protesta y juraron ante el Estado de Nayarit y ante la nación, respetar y hacer respetar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen e inmediatamente se convirtieron en funcionarios públicos que a partir de ése momento empezarían a recibir un sueldo pagado por los que recibirían los beneficios de aquel juramento?
El problema de represión maquillado de laboral contra Jesús Silva Gámez lo debió haber resuelto Celso Humberto Delgado Ramírez cuando fue gobernador, ya que le mandaron indicaciones de la presidencia de la república mediante el oficio número 171053 de fecha 4 de abril de 1991 con número de referencia 223438 con atención al lic. Otoniel Pérez Orta, secretario particular, y firmado por la lic. Olga Elena Peña Martínez encargada de la unidad de atención a la ciudadanía de presidencia de la república. Celso se “lavó las manos” y dio “instrucciones” para que el lic. Luis. A. Rodríguez Jiménez encargado de la coordinación de seguimiento de la secretaría particular del C. Gobernador enviara el oficio número 0491/0292 con fecha abril 19 de 1991 al entonces presidente de la gran comisión del H. Congreso del estado (por cierto primo de las mafias y mafiosos que asesinaron laboralmente a Silva Gámez) Dr. Lucas Vallarta Robles; éste honorable funcionario público ni la puerta de su oficina abrió para ver de que se trataba el asunto o no sabemos si ya estaba “organizado” con su familia –Narváez Robles- que una vez más vuelven a estar a la cabeza del Congreso del Estado con el actual presidente Manuel Narváez Robles.
En esto de “jurar en vano”el juramento oficial o toma de protesta como funcionario público también queda embarrado Rigoberto Ochoa Zaragoza que siendo candidato del PRI a la gubernatura del estado sostuvo una reunión de trabajo con la comunidad universitaria en el salón de eventos especiales del hotel real de don Juan donde Jesús Silva Gámez hizo la denuncia correspondiente y el candidato “Rigo” dijo públicamente que “tomando posesión y resolviendo el problema”; ya de salida de tal reunión, a nivel de pasillo, el “piro” futuro procurador de justicia también le dijo a Jesús Silva que “tomaría el caso en sus manos”, de esto hay muchos testigos que hoy estan en la “nata universitaria de la UAN”. Durante el periodo gubernamental de “Rigo” se publicaron infinidad de cartas abiertas exhibiendo con pruebas documentadas el asesinato laboral de Silva Gámez y de la corrupción donde está muy embarrado el ex rector “Riverita” y además “Rigo” tampoco aplicó el juramento oficial de respetar y hacer respetar la ley.
Según Jesús Silva Gámez, Toño Echevarría presentó el mismo síndrome que padecieron Celso y Rigoberto ya que Jesús Silva, durante la campaña de Toño a la gubernatura, le “arrimó” muchos miles de votos con aquello de la protección ecológica y cuando Toño ya estaba sentado en el poder “Silva el ingenuo” le planteó su asunto laboral y Toño le dijo que “se consiguiera un abogado”. Hay que revisar bien la silla de los gobernadores porque al primer sentón adquieren el síndrome de amnesia del juramento oficial. Habría que revisar las verdaderas causas porque puede ser un virus que prevalezca en las dependencias oficiales o puede ser genético y entonces si, “en la madre mis niños”. De todas maneras los signos y síntomas parecen indicar que por eso estamos como estamos.
Afortunadamente en otros lares aún sobran mexicanos y funcionarios públicos que han logrado construir jaulas para controlar a la especie afectada del síndrome de amnesia oficial, también han proveído a la sociedad, a partir del 2005, de herramientas jurídicas para apretarles el “buche” a funcionarios públicos olvidadizos. Pero regresando a aquello de la exhumación del cadáver laboral de Jesús Silva Gámez, que la UAN enterró con ciertos descuidos, resulta que no nada más fue asesinato, sino fue secuestro y hubo tortura y que la UAN no solamente tenía ése cadáver hoy exhumado, sino que tiene todo un panteón, lo que nos permite pensar que eso del crimen organizado no solamente es práctica de narcos y secuestradores, también los funcionarios universitarios se organizan con funcionarios públicos y abusando de la mal entendida autonomía universitaria practican otro estilo más de crimen organizado. No podemos tapar el sol con un dedo y somos muchos los ansiosos por ver si nuestro gober Ney se contagió del síndrome de “amnesia oficial” porque los tres gobernadores anteriores hoy padecen las consecuencias políticas de “jurar en vano”. Si no hay compromiso con el juramento oficial, no puede haber estado de derecho, ni democracia, ni paz social ni desarrollo” hasta aquí la transcripción. Seguiremos informando.robertogbernal@gmail.com
PD. Ney sigue con su silencio.
