A raíz del
aseguramiento de las casas de Juan López Salazar que realizó la fiscalía general
del estado bajo el mando de Petronilo Díaz Ponce Medrano, se han desatado una
serie de especulaciones y rumores que, al decir verdad, “cuando el río suena es
que agua lleva”. No dejan de ser especulaciones y rumores, pero, sólo se sabrá
la verdad cuando el fiscal Petronilo realice las averiguaciones pertinentes.
De hecho, desde hace tiempo, el
anciano dirigente del SETUAN, un personaje emblemático de la corrupción
universitaria, Luis Manuel Hernández Escobedo, declaró a los medios de
comunicación que Juan López Salazar estaba amenazado de muerte e incluso que
hasta le habían secuestrado a un hijo. Incluso fueron públicas las declaraciones
del ahora ex gobernador Sandoval cuando este decía que le daba toda la
protección para que viniera a declarar, hasta lo amenazó cuando se echó aquella
soberana mentira al decir: “te doy hasta diciembre para que vengas”. Ya pasaron
dos diciembres y nunca llegó Juan López.
¿Por qué Juan López nunca se presentó
a declarar? ¿Qué motivos tenia para andar a salto de mata, huyendo y no presentarse
a declarar? Las razones deben de ser de mucho peso para aceptar estar
completamente lleno de escoria ante la opinión pública. La razón que más se
especula es que el gobernador Sandoval lo tenía amenazado de muerte, si hablaba.
Y bueno, todo mundo se ha imaginado siempre que Roberto Sandoval agarró dinero de
la Universidad, algunas veces para pagar campañas políticas como la de su
pupilo Roy Gómez quien compitió por la alcaldía de Tepic contra mi “agradecido
y leal” amigo Polito Domínguez y otras veces para hacer frente a sus
compromisos laborales tal como aconteció aquel diciembre negro en que ya Juan
López nos había deseado feliz navidad declarando que todo estaba asegurado para
los pagos decembrinos y repentinamente se desdijo. Fue el primer diciembre
negro. Se especuló de cómo Roberto Sandoval había agarrado el dinero para hacer
frente a sus compromisos contractuales con el SUTSEM, con la sección 49 y con
los trabajadores del poder judicial. Descobijó a los universitarios porque se
sabe que estamos más domesticados.
Todo el tren de corrupción interna y
de tráfico de influencias que las mafias universitarias han realizado, sumado a
este tipo de extorsiones en donde los gobernantes agarran de caja chica a la
Universidad, provocó que la institución ya no aguantara más saqueo y entonces
tronó. Llega el cambio de rector y entonces los gobernantes se tenían que
preguntar: ¿A quien dejamos para que se haga cargo y no nos vaya a “encuerar” y
que nos sirva de tapadera de todo el lodazal? Entre Roberto Sandoval y Juan
López Salazar tuvieron que decidir por un personaje, y decidieron por Nacho
Peña, de quien dicen no quería aceptar el papel de fontanero del “mierderio”
que le iban a dejar, pero, los “buenos oficios” del ex fiscal Veytia lo
convencieron. Así, Nacho Peña tuvo que aceptar el cargo sabiendo que debería ser
la tapadera de Juan López y de Roberto Sandoval. Esa es la razón de peso.
Hasta ahora sigue haciendo bien su
papel. Hasta ahora ha sido una eficaz tapadera de la corrupción que apenas
empieza a aflorar oficialmente. Dada la natural incapacidad de Nacho para
sortear políticamente los peligros que implica estar al frente de la
institución en un marco donde su cabeza está colgada con hilos, seguramente terminará
crucificado públicamente, como otro más de los corruptos que ocupan la silla
rectoral. Y es que Nachito no ha entendido que las cosas en el país ya
cambiaron y, si gana Andrés Manuel López Obrador la presidencia de la república
seguramente que su caída será más escandalosa como estrepitosa. Nachito no ha
entendido que apoyarse en las mafias internas no es garantía de impunidad. No
ha entendido que el gobierno del estado tiene que justificarse socialmente con algún
funcionario corrupto ante su escasa voluntad para enjuiciar a Ney o a Roberto
Sandoval. Seguramente que se aplicará todo el rigor de la ley para sancionar a
Juan López Salazar y todos los que tengan que ver con el saqueo de la máxima
casa de estudio, incluido por supuesto el rector Nacho Peña.
La señal más clara de su ineptitud
como rector y su papel de protector de los rateros universitarios es que haya
declarado que le va a pedir la fiscal que le de las casas que aseguraron para
resarcir un poco la crisis financiera universitaria. ¡Increíble tanta
mediocridad! ¿En qué cabeza cabe pedir las casas si él era el obligado para denunciar
las anomalías y todas las raterías y no lo hizo? Y ahora que se descubren y
salen a flote resulta que quiere que se las regresen, a lo mejor está pensando
en regresárselas a Juan López Salazar. Sigue empeñado en hacer su papel de
tapadera sin darse cuenta que las cosas ya cambiaron, ya no está Juan López
Salazar ni Roberto Sandoval quienes son los que lo pusieron al frente de la
UAN, su protección política ya se terminó y ahora no tiene ese manto protector
como para tapar el saqueo indiscriminado.
PD. Después de que
avancen un poco más las investigaciones de la fiscalía, y si no avanzan también,
los integrantes del STUAN acudiremos a la secretaria de la función pública para
que haga su trabajo de combate a la corrupción en la UAN. Lo denunciaremos por complicidad
con Juan López Salazar.Todo esto tiene el objetivo de ir integrando un
expediente para entregarlo al nuevo gobierno federal.