Ante las insistentes preguntas de mis escasos
lectores, acerca de por quién voy a votar, les digo que no diré nunca por quien
voy a hacerlo. El voto es libre y secreto. Pero de lo que, si estoy plenamente
seguro, es de decirles por quien sí no voy a votar. NO votaré por Antonio Echevarría García.
Aquí les van mis razones.
Primero quiero decirles que no votaré
por él, no porque no tenga experiencia en la administración pública, ni tampoco
porque no tenga ninguna trayectoria política. De la misma manera les digo que
no votaré por él, porque no tenga una propuesta concreta y coherente para
desarrollar Nayarit, así como tampoco votaré por él no porque con la soberbia
por delante disfrazada de “estrategia política”, haya despreciado los eventos
de sectores organizados e instituciones como la Universidad, la Coparmex y la
CMIC, ni tampoco votaré por él, no porque le mienta cínicamente al pueblo al
señalar que trae las manos limpias cuando todos sabemos que ha traficado y
hecho negocios con el
gobierno. Asi mismo no votaré por él, no porque sea “hijo de papi” o
simplemente no votaré por él, no porque no sepa ni haya sentido jamás lo que es
la pobreza de la gente, o porque considere al gobierno como una empresa más,
como tampoco votaré por él, no porque no quiera debatir con los demás
candidatos, no, no es por ninguna razón de esas.
Si esas razones no son de peso para no
votar por Antonio Echevarría García, entonces ¿Cuáles son? Es una sola razón,
una simple y sencilla razón. Es un individuo carente de valores, predomina en
él la perversidad, la ruindad y la mezquindad. Se los demostraré.
Siempre apoyé a los Echevarría.
Primero a su padre cuando era un apestado político, estuve con él contra viento
y marea. Luego fui del círculo cercano cuando lo llevamos a la gubernatura. Al
igual que muchos ciudadanos, creímos en Toño Echevarría porque representaba la
esperanza de un buen gobierno. Lo apoyé estando en el gobierno y después fuera
de su gobierno. Ahí supe del tráfico de influencias y de los negocios al amparo
del poder que hizo el hoy junior candidato, quien descaradamente miente
diciendo que trae las manos limpias. Alguien que sin un rubor de vergüenza le
miente al pueblo demuestra su perversidad y su mezquindad. Salí de su gobierno,
pero seguí apoyando a Toño porque siempre creí en él.
Después apoyé a su madre cuando en su
segundo intento quiso ser gobernadora. Ya estaba separada de Toño, razón por la
cual tenía serias limitaciones financieras para desarrollar un proyecto
político de esa naturaleza. Martha me pidió apoyo y se lo concedí. Usé mis
relaciones políticas personales para ponerlas a su servicio con el fin de
buscar el financiamiento para su campaña. Me la llevé a Nuevo León y la reuní
con un grupo de empresarios en San Pedro Garza. Ahí cayó, sorpresivamente, el
junior Echevarría. Desbarató el intento de apoyo porque a los empresarios les
dijo que lo que no sabían ellos era que aún tenían la posibilidad de recargarse
con el candidato de enfrente. ¿Quien era el candidato de enfrente? Roberto Sandoval.
Ahí supe desde entonces, cómo tenia tratos con el hoy gobernante, al grado de
sacrificar a su madre en su proyecto político. La reunión resultó un fracaso.
Los empresarios no podían apostar a un proyecto sin certeza. No contento con
desbaratar ese esfuerzo en bien de los Nayaritas, al día siguiente les habló a
mis contactos para decirles que cualquier apoyo para su madre, era directamente
con él, nada con Roberto González Bernal. O sea, mientras su servidor hacia
esfuerzos por construir un proyecto en bien del pueblo encabezado por su madre,
él me daba cuchilladas por la espalda. Nuevamente le apareció lo mezquino y
ruin.
Pero
aún asi, seguí apoyando a Martha Elena, su madre. Concerté una reunión con
Guadalupe Acosta Naranjo para negociar su declinación a favor de Martha Elena.
Acordamos, junto con otras gentes que no deseo mencionar, que, si no le
alcanzaban los números al mes de febrero del año de la elección, declinaría por
Martha. Naranjo se rajó. Luego entonces apareció nuevamente el junior Echevarría
para decirme que ya traía la declinación de Naranjo en la bolsa para que lo
publicara en la prensa, pero que nomás no dijera que el grupo Álica lo había
comprado como puerco flaco. Cumplí su indicación al pie de la letra, sin
embargo, al día siguiente me llama por teléfono para decirme lo siguiente: creí
que eras de este equipo, me echaste a perder la declinación de Naranjo. Mi
respuesta fue: Después de nueve años de estar con ustedes incondicionalmente,
sin cobrarles un peso, solo porque creo que pueden hacer buen gobierno, ¿me
dices que no soy del equipo? Y me dices que ¿por un periodicazo Naranjo no
declinó? Me contestó, si. Le salió nuevamente lo mezquino y ruin, Naranjo lo
había chamaqueado y quiso limpiarse conmigo y con esa otra persona. Pero aún
más, convenció a su madre para que firmara un desplegado que se publicó en la
mayoría de los diarios locales, donde se me desconocía a mí y a la otra persona
que no deseo involucrar, como voceros y desconocían cualquier relación de ellos
conmigo, que no era parte de ese equipo. Siempre lo ruin por delante, confunden
la lealtad con el servilismo, no quieren equipos, quieren gatos a su servicio.
Y
no contento con todo eso, nuevamente demuestra su carencia de valores, al andar
aliado con quienes en su momento denostaron y combatieron a su padre. Recuerden
que cuando Toño Echevarría Domínguez era candidato a gobernador, Castellón
Fonseca era rector de la Universidad y éste, de manera por demás grotesca y aberrante,
sacó un acuerdo del consejo general universitario, partidizado la institución y
desviando recursos públicos, para apoyar al candidato a gobernador del partido
que hoy dicen que quieren sacar del gobierno. El “honesto” Castellón usó el
dinero de la UAN para una campaña del PRI. ¿Antes si querían al PRI y ahora no?
Los perversos hoy se alían.
Así
pues, el junior se ha comportado de manera mezquina y ruin con alguien que sólo
pensaba construir un proyecto social en bien del pueblo donde ellos lo
encabezaran, pero les ganó la soberbia y la mezquindad. Por eso creo y estoy
convencido que personas carentes de valores, no deben gobernar ni Tepic ni
Nayarit. Y no es ninguna razón basada en el odio o la venganza política,
simplemente creo que si asi tratan a quienes de manera incondicional pensamos
que ellos un día podían hacer un buen gobierno para Nayarit, ya me imagino como
tratará a los ciudadanos si llegara a ser gobernador. A la luz de los hechos
reconozco que me equivoqué. Con la gente usan la política del klenneex: úsese y
tírese. No le tengo odio ni resentimiento, ni necesito del gobierno para vivir,
pero estoy convencido que, para votar por una persona para gobernarnos, se debe
creer en él y tenerle confianza como en un tiempo se la tuve a su padre. Yo no
se la tengo. Por eso no votaré por él, no sin antes de todas maneras desearle
éxito en su proyecto. Mientras tanto, como lo dije públicamente, primero que se
potree y haga política, cuatro años son suficientes. Hoy no es su tiempo.
PD.
Y para los que me digan malagradecido por estas palabras les aviso que la
lealtad es recíproca, de ida y vuelta, no nomás de ida.