En Nayarit la disyuntiva será
entre Toño, Navarro y Cota. Son dos los elementos en los que fundamento tal
aseveración. Por un lado, la dispersión de los votos sumados al abstencionismo y
por el otro lado el resultado de la elección en el Estado de México. Por supuesto,
no me baso para nada en las encuestas por más profesionales que se digan. Ya no
son creíbles debido al uso político, no científico, de tales instrumentos.
La
dispersión de los votos ¿A quién favorece? Por supuesto, favorece al PRI,
partido que tiene una estructura política muy aceitada por todos los rincones
del estado, pero, además, echará a caminar, como ya lo empiezan a realizar,
toda la maquinaria institucional para ganar con votos. Echar a andar toda la
maquinaria es, por supuesto, usar los programas sociales para logra la mayoría de
votos. Los adversarios del PRI, de inmediato ya comienzan a denunciar tales prácticas
antidiluvianas en las que se ha basado el PRI para lograr triunfos electorales.
Los
electores en Nayarit suman poco más de 800 mil. Si tenemos un 50% de
abstencionismo, lo cual es muy creíble, entonces los votos que se emitirán
serán de 400 mil, pocos más pocos menos. Si tenemos ocho candidatos a la
gubernatura, obviamente, quien gane lo hará con alrededor de cien mil votos. Si
esos votos se dividieran solamente entre los tres candidatos señalados aquí,
les tocarían poco más de 133 mil votos, pero si hay algunos que se van en los demás
candidatos entonces es creíble que quien gane lo hará con alrededor de cien mil
votos. Bajo esa visión, quien tiene la mayor posibilidad de triunfo es el
candidato del PRI, Manuel Cota.
¿Por
qué digo eso? Simple y sencillamente porque, como lo dije, el dinero y los
programas sociales serán los instrumentos para asegurar ese número de votos o
quizá más. ¿De a cómo les gusta que el PRI compre los votos? Supongamos la
compra de votos a tres mil pesos, lo cual es una oferta demasiado atractiva
para muchos, pero muchos Nayaritas. Si el PRI comprara los cien mil que
necesita, solamente invertiría 300 millones de pesos. ¿Lo haría? ¡Por supuesto
que lo harían! Eso no significa gran cosa para lograr el gobierno del estado,
los recuperan inmediatamente a partir de una pequeña gestión ante el gobierno federal.
No es nada.
¿Los invertiría
Toño Echevarría tratando de hacer lo mismo? Por supuesto que no. Ya sabemos que
Toño, como cualquier empresario, no va a invertir la lana en algo que no es
completamente seguro. Más bien, por esta misma vía podría colarse Layín, a
quien no pongo en el escenario político porque el sistema lo saca de la
contienda con un tronar de dedos. Más bien Layín está haciendo la chamba que le
toca hacer como es precisamente asegurar la dispersión de los votos como
condición de triunfo del PRI.
¿Los invertiría
Navarro? Por supuesto que no por dos simples razones. Primero porque no los
tiene y segundo porque ese tipo de prácticas no las desarrolla por ser parte de
las que hay que desechar. Del PAN no digo lo mismo porque ya sabemos que es el partido
de los “moches”, es un partido donde la corrupción política ha sido evidenciada
a flor de piel, como los demás.
Entonces, si
las cosas así están, el PRI ganaría la elección en Nayarit. Si se respetara el
voto y la contienda fuera pulcra y limpia, entonces el triunfo lo tendría
Navarro o Toño. Pero pensar en esa posibilidad es como pensar que la luna es de
queso y que nos la podemos acabar a mordidas. Las elecciones son todo menos
limpias y pulcras. De hecho, las denuncias en las redes sociales ya se
empezaron a realizar.
Ahora bien, el
otro factor, el referente a la elección en el estado de México, ¿cómo incidirá
en el resultado de la elección? Ese incide por la vía de la negociación
política. Si el resultado en Nayarit se da, como tal parece ser, con un margen
de votos no muy alto para el ganador, entonces puede suceder que, si allá en el
estado de México gana la candidata puntera Delfina, candidata de MORENA, y Peña
Nieto no está dispuesto a ceder el triunfo para mantener, a como dé lugar, el
gobierno del estado de México con su pariente Del mazo, candidato del PRI, entonces
es posible que Nayarit se le entregue a MORENA, o sea a Navarro. Si la
triunfadora fuera Josefina Vázquez Mota, entonces el triunfo podría dársele a
Toño. Lo más viable es, por supuesto, que la negociación sea con MORENA, quien
tratará de defender el voto a costa de lo que sea, sin venderlo a través de una
negociación.
A final de
cuentas pues, las cosas no están dadas para nadie, no hay un ganador aún. Creer
en triunfos anticipados es pensar que ya llegó Santa Claus a Nayarit a medio
año. Y esto lo digo porque hay muchos cibernautas que hacen esfuerzos
desesperados por colocar a su preferido como ganador. Esto no se acaba hasta
que se acaba, cuando levanten la mano tomando protesta.
PD. El Tepic, la Potranca
Ivideliza sigue a todo galope por la silla presidencial del ayuntamiento
capitalino. Su mayor adversario sigue siendo Saldate. Castellón Fonseca ha
tenido que ser inflado últimamente con un fuerte despliegue propagandístico de
parte del PAN. Es novedoso ver al dirigente panista Anaya y a Margarita Zavala
impulsando a Castellón (uno de izquierda promovido por la derecha). Disputará
seriamente el tercer lugar con el tal Richardi.