13 diciembre 2016

UNA ALIANZA “OPOSITORA” SIN PROGRAMA NI COMPROMISOS

Primero se diagnostica. ¿Cómo estamos? ¿Cuáles son nuestros problemas? Luego se establece el que hacer. Posteriormente se plantea el cómo hacerlo. Enseguida con qué. Y al final con quien, lo que implica revisar los perfiles. Pero las mafias partidarias  “oposicionistas”, empiezan con el final. Andan preocupados por definir quién será el abanderado, quien será el responsable de sacar adelante a Nayarit, sin un diagnostico ni programa previos ni mucho menos compromisos públicos de cara al pueblo. Es una vulgar lucha por la talega presupuestaria de Nayarit.
            Una alianza se construye sobre lo que es común entre los diferentes partidos y, tal parece que lo que los unifica es solamente sacar a los priistas de palacio de gobierno, lo cual es una visión radicalmente corta, miope, pues sólo refleja la ambición del poder a como dé lugar. La ambición política de los actores aliancistas es lo que menos necesitamos. Pero si los aliancistas se mueven en ése terreno, entonces se deja de lado una visión del Nayarit que hay que construir para dar paso al simple mercado político, donde los diferentes actores se irán con el que mejor les convenga a sus intereses personales.
            En ese sentido, vale aquí la pregunta: ¿Si no es Polo el candidato de la alianza, sus seguidores apoyarán al “rarito” hijo de Toño Echevarría? Y a la inversa. ¿Si no es el “rarito” el candidato de la alianza, sus seguidores apoyarán a Polo? La verdad que yo creo que la van a tener difícil. En el primer caso, si Polo no es el candidato aliancista, en lo personal, me parece que muchos de sus seguidores no se irán con uno de los principales traficantes de influencias que tenemos en Nayarit, o sea el “rarito”. Y como tampoco creo que se irán al PRI, entonces me parece que esas gentes voltearán a ver la alternativa de MORENA como la mejor opción política para el estado. Y sobre todo si comparan al “rarito” con Navarro Quintero. No hay punto de comparación. El “rarito” es un engendrito político que aún tiene que crecer para hacer de las suyas.
Y a la inversa procede el mismo caso. SI es Polo el candidato, seguramente que muchos de los que hoy apoyan al hijo del ex gobernador, seguramente no se irán con Polo. Y es que en un proceso donde es el mercado, donde son los intereses personales y de grupo los que predominan, la gente no se va a donde se vaya su candidato. Y esto es asi porque no los unifica un programa de gobierno, sino que los unifica la persona y los intereses que pueden lograr alrededor de él.
Imaginemos un escenario: Polo no es el candidato. ¿Qué pasaría? Seguramente que en el 2018 a Polo le darían una senaduría o una diputación federal. ¿A quien le va bien ahí? Pues a los allegados de Polo que pueden ser asesores allá en el congreso de la unión o que Polo les busque un acomodo como candidatos a regidores o diputados o ya de perdis, si ganan, tener alguna chambita en el gobierno estatal. Pero ¿Cuánta gente se puede beneficiar de eso? Poca, muy poca, sólo la gente allegada a Polo, quien los metería en los acuerdos políticos que tengan que hacer con él para mantenerlo como figura decorativa en la alianza. Y lo mismo sucedería en el caso inverso. En ambos escenarios, la inmensa mayoría de la gente, esa gente que sólo ve en el candidato a gobernador una esperanza, toda esa gente voltearía a ver con cual candidato irse, porque sus beneficios provienen de la política pública que realice una vez que, llegado el caso, asuman el gobierno. La inmensa mayoría de la gente no tiene beneficios personales a partir de un candidato, sino que sus beneficios provienen de las acciones de gobierno.
Si ahorita fuera la elección, los votos se dividirían en tres: El PRI y sus aliados, la alianza “oposicionista” y MORENA. Una vez que se definan los candidatos el escenario se puede modificar, y se puede hacer al grado de polarizarse el voto entre MORENA y el PRI. La definición de los candidatos puede alterar las cosas al interior de los partidos y los movimientos de gentes de una opción a otra pueden darse inmediatamente. Y más pueden darse esos movimientos por la ausencia de un programa concreto de los supuestamente aliancistas y por la enorme diferencia de perfiles entre los aspirantes “opositores”.
Si la alianza “opositora” definiera un programa común y, entre sus definiciones de objetivos fuera erradicar la corrupción institucional ¿El perfil del “rarito” sería el adecuado? Por supuesto que no. El “rarito” va a hacer negocios con el gobierno, esa es su intención plena, va a traficar con el gobierno y no le hagamos al cuento de que va a sacar a Nayarit del atraso. Entonces, ¿Cómo entender el combate a la corrupción con un traficante de influencias en el gobierno? Por ese tipo de razones es de suma importancia la definición de un programa claro de gobierno. No se puede combatir la corrupción con un corrupto al frente del gobierno.

PD. De setenta y dos consejeros estatales en el PAN, todos los ganó el “rarito”, excepto uno. Si la elección del candidato en el PAN es por el consejo, obviamente que Polo no tiene nada que hacer ahí. Pero el candidato de una alianza se define entre partidos. Si quieren que el “rarito” vaya a ser el candidato aliancista, Toño grande, el ex gobernador sabe cómo hacerle, lo puede imponer porque el resto es un asunto de centavos, Toño grande lo sabe, es cuestión de aflojar un poco la bolsa de dinero.

OTRA DENUNCIA CON NAVARRO ¿Y?

CON NAVARRO QUINTERO EN 2018 ¿Y?