Esta es mi ultima
columna del año 2015. En total, incluyendo la presente, escribí durante el año
que termina ciento veintinueve columnas. Si en promedio me llevo media hora escribiendo
cada una, eso significaría que en el año dedique 64.5 horas de trabajo a mis
cuatro lectores, de quienes he recibido gratamente sus comentarios y una que
otra mentada de madre de los protagonistas a quienes he osado criticar,
especialmente de mi cliente preferido, el “pelón” Hernández Escobedo.
Cuando un año termina, por lo general se hace un balance.
Se tratan de reconocer errores y aciertos, para corregir lo malo y fortalecer
lo bueno. En mi caso no hay errores, todas mis equivocaciones las hice con
pleno conocimiento. Y para el año que viene, por lo general se piden deseos.
Las personas nos embargamos plenamente de buena vibra, de energía positiva y de
plantearse objetivos color de rosa. A medida que transcurre el año nos mutamos
y empieza la renegadera por saber que las cosas no cambian. Pero con todo y
eso, aquí van mis deseos para el año que viene.
Deseo que en Nayarit se termine con la pudrición de las
instituciones, que nadie de los personajes que están al frente de ellas sea
corrupto, que todos sean honestos y rindan cuentas a los ciudadanos. Que los de
la UAN ya no se roben la lana, que los de la transparencia sean transparentes,
que los de la fiscalización dejen de ser los fontaneros que limpian el
“mierderio” que flota a flor de piel por todo el estado y los municipios, que
las mafias partidarias democraticen las instituciones políticas y dejen de
usarlas para negocios económicos y políticos, que la justicia ya no esté a la
venta del mejor postor o se tuerza la ley para no hacer justicia como en el
caso de los tribunales laborales y administrativos, que ya no haya delincuencia
organizada en Nayarit, que ya no haya pobreza ni desempleo.
Que a los campesinos ya no los sigan engañando y que por
lo menos les den lo que les toca ahora que perdieron sus cosechas, que ya no
haya comercio informal, que ya no haya estudiantes rechazados en la UAN, que ya
no haya tanto bache en Tepic y que Polo nos convenza de que si hay cambio. Que
ya saquen al ingenio el Molino de Tepic y lo coloquen fuera de la ciudad, que
cambien las vías del tren y que en esa área pongan espacios de entretenimiento
y diversión para los ciudadanos, que ya no apeste el rio mololoa y que ya se
resuelva el problema del agua potable y de la basura así como lo del alumbrado.
Que Cota ya les lleve dinero a los campesinos, que el
rarito deje de ser un vulgar traficante de influencias, que Layín aprenda a
leer y que nos diga cuanto costó su megacabalgata que usó a Tepic como el gran
excusado de los equinos y que convirtió a Polo en su conserje de letrina, que a
Naranjo se le quite lo Judas, que el Ramoncillo Cambero ya deje la tranza olvidada,
que los diputados federales y senadores traigan dinero al estado y dejen el
glamour por un lado para que dejen de ser tan inútiles como hasta ahora, que a
mi estimada y querida UAN llegue un rector que no esté comprometido con las
mafias que la han hundido, que la futura alianza PAN-PRD no sea de negocios entre
las pandillas de ambos partidos y que durante el año empiecen a perfilarse a
los puestos de elección popular puros candidatos honestos.
Que aparezca el dinero del fondo de pensiones del estado y
de la UAN, también el dinero que el gobierno federal envió para pagos de los
desastres agrícolas, que los presidentes municipales ya paguen el 12% de la
UAN, que haya dinero para el canal centenario y para el puerto que se pretendía
hacer pero que ahora solo ha quedado en un muellecito. Que se rinda cuentas del
dinero que ingresa en el auditorio de la gente, que nos digan cuanto cobran de
mochada por las obras en todos los niveles de gobierno para que el gobierno
rescate ese dinero y lo use para darles subsidios a los campesinos. Que ya les
paguen a los burócratas y le den la toma de nota al SUTSEM.
Aunque falta mucho por pedir, si esos deseos se cumplen
quedo plenamente satisfecho. Se que dios no cumple caprichos ni endereza
jorobados y que cumplir esos deseos es equivalente a querer llegar de rodillas
a la luna. Sin embargo, a pesar de ese reconocimiento, me invade la buena
vibra, el espíritu navideño y de los reyes magos, asi que rezaré porque haya un
cambio en ese sentido. Espero que al transcurrir el año venidero, se me
mantenga la buena vibra. Dependerá de los acontecimientos que estaremos
observando con el devenir de los días del 2016.
En Nayarit habemos muchos ciudadanos que queremos que las
cosas mejoren para el país y para nuestro estado. Sabemos que las cosas no
pintan muy bien. Los recortes en el presupuesto serán fatales para muchos de
nosotros. Por eso, desear próspero año nuevo es como una frase muy hueca y
demagógica, la que sin embargo hay que decírsela a todos y desearla para todas
las familias. No muy convencido, pero al mal tiempo buena cara. Así que, a mis
escasos lectores en número de cuatro, les deseo un feliz y próspero año nuevo,
que haya felicidad en sus familias asi sea en medio de la pobreza y la jodidez,
que haya salud en sus hogares aunque ni medicinas haya en los hospitales, que
haya paz y tranquilidad en sus familias aunque tengamos temor de que se nos
metan a robar a nuestras casas. Itero, es mi última columna del año y aprovecho
para despedirme de ustedes y decirles que nos vemos el año entrante, a seguir
en la brega, en la lucha por la vida y por construir una tierra llena de
oportunidades para nosotros, nuestros hijos y nietos y todas las generaciones
venideras. robertogbernal@gmail.com
PD. ¡Feliz y próspero
año nuevo! www.trincherauniversitaria.blogspot.mx