Por lo regular, nuestro
pueblo, el pueblo de Nayarit, tiene la idea de que nuestros hijos deben de ir a
estudiar para salir de pobres, se ve a la Universidad como factor de movilidad
social. Los miles de jóvenes que no logran a entrar a estudiar a la
Universidad, se ven frustrados, decepcionados, desalentados, y buscan otras
opciones. Los que pueden pagar una universidad privada lo hacen, pero los que
no pueden buscan algún trabajo informal en que ocuparse y otros migran hacia
Estados Unidos.
Los que logran entrar a estudiar, se someten a presiones
propias del estudio, al mismo tiempo que someten a sus padres a presiones
económicas para sostenerlos. Duran sus años estudiando y, cuando egresan,
resulta que, los que encuentran trabajo lo hacen en actividades que no son
precisamente de lo que estudiaron. Así encontramos abogados taxistas,
licenciados en turismo que son meseros, contadoras que son secretarias,
economistas que son vendedores de enciclopedias, agrónomos que venden seguros,
etcétera. Aclaro, esos trabajos no son indignos, todo trabajo legal y
éticamente permitido dignifica, pero no se requiere haber estado cinco años
estudiando con las presiones que señalé atrás para luego egresar y trabajar
ahí. Y los que no encuentran trabajo ni
de eso, les va peor.
En la Universidad se ha mantenido la visión que consiste
en señalar que el problema de la falta de crecimiento económico regional y la
carencia de empleos no es un tema que compete a la institución. Han dicho que
la institución sólo se encarga de formar los profesionales. Así, se abren
carreras sin diagnósticos de lo que necesita Nayarit, sin incluso hacer la
planeación de la matricula en concordancia con los planes de desarrollo local,
al grado de aprobar licenciaturas en estudios coreanos, lo cual pudiera ser
importante si hubiera algunas buenas inversiones coreanas en Nayarit que
generaran crecimiento local. Pero no es asi.
Esa visión de la Universidad ya debe cambiar. La UAN
puede ser una institución más que sirva de transformación del entorno
económico, social, político y cultural de Nayarit, puede ser una institución
que impulse y promueva el crecimiento de la entidad y al mismo tiempo genere
las condiciones para promover el empleo y con ello combatir la pobreza en
Nayarit. En este sentido, cobra relevancia esa vieja idea de la vinculación con
el sector productivo.
En dicha vinculación hay programas académicos que
debieran tener mucha importancia pero que hoy son programas que precisamente
son los que menos se demandan por los jóvenes. Por ejemplo, en la unidad
académica de agricultura, hay excelentes académicos con niveles de doctorado
pero los alumnos son muy pocos, cuando en realidad lo que debieran hacer
quienes están la frente de la institución, es regular la matricula para llenar
esos programas de jóvenes que representan capital humano que seria muy bien
aprovechado por el cuerpo de académicos con niveles de maestría y doctorado que
ahí se encuentran. ¿Se imaginan todo ese
capital humano canalizado hacia las organizaciones de productores de Nayarit,
organizándolos para producir y comercializar sus productos o para crear
productos novedosos que sean competitivos en el mercado local, nacional e
internacional? Ese capital humano en agricultura pudiera hacer asociación
estrecha con el capital humano especializado en economía y administración para
la búsqueda de mercados o para la creación de empresas agrícolas donde la base
sean los productores agrícolas de Nayarit para que eleven sus niveles de bienestar
y al mismo tiempo puedan servir de fuente de empleo para los jóvenes que de ahí
egresen. Esa es la visión que hace falta en la UAN, porque la visión de solo
ser capacitadores es una visión ya obsoleta. La UAN debe ser una institución
transformadora del entorno regional.
En dicha visión cobra relevancia la necesidad de propiciar la cooperación con
los gobiernos federales, estatales y municipales con las unidades productivas
en un claro intento por propiciar el desarrollo de los sectores que generan un
mayor beneficio social. Hoy sólo se piensa en una vinculación con ellos para
pedirles mas dinero o de plano para denunciar penalmente a los presidentes
municipales que no les pagan el 12% de impuesto. En lugar de esa visión
primitiva del papel de la educación, habria que tener una mayor cooperación
para generarles condiciones de crecimiento a los municipios y puedan pagar ese
12% y hasta más.
El nuevo modelo universitario que por necesidad ya debe
generarse, debe asumir esta responsabilidad social que tiene la institución con
el pueblo de Nayarit, es una responsabilidad que debe iniciar con una
transformación de su aparato jurídico e institucional para propiciar una mayor
articulación con los sectores público y privado y con toda una variedad de
organizaciones que fomentan el desarrollo económico, social, político y
cultural de Nayarit. Espero que quien resulte ser rector de nuestra máxima casa
de estudios no acepte ser un simple rehén para seguir con el mismo estado de
cosas en la UAN. EL pueblo de Nayarit paga por una universidad de calidad que
incida en la solución de los problemas del pueblo. Hay que responderle al
pueblo. robertogbernal@gmail.com
PD. Con un buen puño de
saliva, el dirigente estatal del PRD, el maestro Castellón Fonseca, ya reformó
la ley orgánica de la UAN. Declaró que quien aspire a ser rector debe tener
espíritu universitario y debe ser un académico activo. En ninguna parte de la
ley orgánica se dice eso. Quizá en su declaración se haya referido a la Universidad
Autónoma de Nicaragua, UAN. www.trincherauniversitaria.blogspot.mx