Estoy plenamente invadido por el espíritu
navideño. Por esa razón, sirva esta columneja para desearles a mis cuatro
lectores mis mejores deseos en esta noche buena, navidad y de una vez para el
año que viene. Que sea un año de salud, paz, amor, tranquilidad, armonía y bienestar
en sus hogares. En realidad se los deseo a todos. Y como el espíritu navideño
anda de vago invadiéndonos a todos, desde aquí les voy a decir cuáles son mis
deseos.
Para
empezar deseo fervientemente que se le quite lo rarito al rarito. Los astros ya
le dijeron al profesor y pitoniso que de todas maneras será gobernador en el
siguiente sexenio, pero quizá de la colonia zitacua. Así que espero y dios le
conceda esa dicha pero al mismo tiempo deseo que, una vez que se siente en la
silla real, se le quite la honestidad equivalente a la del chaparrito que nos
gobernó y deje a los indígenas apoltronados en esa colonia hasta la madre de
endeudados. Sólo pido que no vaya a pintar de lila sus oficinas gubernamentales
ubicadas en la colonia cora.
Deseo
fervientemente que otro chaparrito que no canta mal las rancheras para hacer
negocios desde el gobierno, muy conocido por su descendencia italiana y cuyo
nombre es Gianni La Chingas, se le conceda ser presidente municipal pero del
hermano municipio de Atizapan de Zaragoza, allá donde si los descubren de
rateros los linchan. A ver si se anima.
Otro
deseo que tengo y espero que se cumple es para con un amigo muy estimado
incrustado en las principales oficinas del gobierno. Es uno que es muy bueno
para dar atole con el dedo. Deseo fervientemente que a ese atole que
cotidianamente cocina desde palacio de gobierno ahora le sume unos buenos
tamales políticos. Su eficacia como operador se verá en estas elecciones del
año venidero donde se requiere un buen tamalero.
No
puedo dejar pasar un deseo para nuestros estimados y siempre bien ponderados
diputados. Mi deseo es que se nos olvide que exoneraron a la mayor rata
gubernamental de que hemos disfrutado los Nayaritas, que se nos olvide que
arreglaron la ley para poner a un fiscal casi hasta que la muerte lo separe del
cargo y de la misma manera arreglaron la ley para poner a un nuevo fontanero
que tape el mierderío que sale de las cañerías gubernamentales con un fétido
olor a corrupción. Mis mejores deseos para que sigan por ese buen camino, su
eficiencia y lealtad casi parecida al servilismo les será recompensada con
alguna presidencia municipal en la próxima elección o por lo menos con un buen
fajo de billetes que les caerán por obra y gracia del espíritu santo.
También
deseo que todos los espejitos que nos han vendido sigan por ese camino aunque
de tanta bonanza también nos podemos enfadar. Que el crecimiento económico que
disfrutamos sea con menos ritmo porque ya no sabemos qué hacer con tanto dinero
y con tantos empleos que tenemos, tampoco sabemos que hacer para que los
Finlandeses o los Suizos dejen de enfadar porque los estamos apantallando con
cero impunidad y cero corrupción y, por el contrario, lo mejor en transparencia
y rendición de cuentas.
Otro
más de mis deseos a Papá Noel es que los presidentes municipales ya salgan de
la crisis financiera que los atosiga. Deseo que a más tardar en febrero se les
regularicen los pagos a todos los burócratas municipales y estatales, que se
les pague todo lo que se les debe, lo mismo al magisterio. Aunque sé que dios
no cumple caprichos ni endereza jorobados, la verdad es que es un deseo sano,
sin nada de perversidad, pues creo que la abundancia económica que disfrutamos dará
los recursos para eso. Si Santa Claus me cumple el deseo, los dineros del
gobierno ya no se utilizaran para hacer política, no se usarán para promover
candidaturas ni se usarán para pagar publicidad inútil, ni mucho menos para
cultivar la vanidad del gobernante o traer artistas al lienzo charro.
Por
último, deseo que, este si es un deseo sin ironía, que Naranjo no nos vaya a
vender nuevamente para hacer ganar a los candidatos priistas. Naranjo es el
responsable de las alianzas en el comité ejecutivo nacional del PRD, posición
de la cual se puede aprovechar para pactar nuevamente con el innombrable y así
allanarle el camino. Deseo pues que Naranjo no vuelva a las andadas, los
Nayaritas no merecemos una nueva traición y Naranjo tiene la oportunidad de oro
para redimirse. Aunque dicen que la cabra siempre tira el monte, espero que eso
no sea más fuerte que la fuerza de Papá Noel. robertogbernal@gmail.com
PD. Feliz Navidad!!!! www.trincherauniversitaria.blogspot.mx
