Voy
a compartir unas reflexiones de un profesor y licenciado de nombre Miguel Treviño.
Me parecieron acertadas. Y es que hay tanto luchador social que la verdad si por
sus discursos fuera no estuviéramos padeciendo el México que hoy tenemos. La inmensa
mayoría de esos que se dicen luchadores por la defensa de los derechos, a la
hora de los tiznadazos nomas se desaparecen.
“LOS MEXICANOS somos muy propensos a
"endiosar" a ciertos personajes de la vida pública. El desalojo
violento del Zócalo en el Distrito Federal por parte de policías federales y
defeños dejó un amargo sabor no sólo en quienes sufrieron las consecuencias del
uso de la fuerza bruta, sino también en todos aquellos que nos creímos el
cuento de la defensa "heróica" de la gran plaza ubicada en el corazón
de México. Tremendo chasco.
APENAS HABÍAN anunciado la llegada de
cientos de policías por órdenes superiores, nuestra reacción fue -no de
sorpresa- sino de cierta emoción por la gran confrontación física que
esperábamos ver entre miles de maestros y uniformados de todos los colores. Era
lógico pensar que la resistencia civil pacífica se ejecutaría de una manera
contundente e inteligente. Nos imaginábamos a los miles de maestros como
vikingos arremetiendo en perfectas formaciones y vallas humanas para impedir el
paso de los uniformados de Peña y de Mancera. Tremendo chasco me llevé.
EN LAS redes sociales -a las cuales
son muy afecto- leía los llamados de auxilio de los profesores, pidiendo ayuda
a "todas" las organizaciones políticas y al pueblo en general. En ese
momento imaginé que cientos de personas acudirían al urgente llamado. Imaginé
que obreros, campesinos, militantes de los partidos de izquierda, comunistas,
estudiantes universitarios, amas de casa, electricistas, más profesores,
"luchadores" sociales, diputados y senadores simpatizantes, etc;
cerrarían filas con los miles de maestros de la Coordinadora Nacional de los
Trabajadores de la Educación. Otro tremendo chasco.
ILUSAMENTE - en plena tercera edad-
me imaginé que llegarían al gran Zócalo, Andrés Manuel López Obrador,
Cuauhtémoc Cárdenas, Fernández Noroña, Manuel Barttlet, Marcelo Ebrard, Manuel
Camacho, el Sub-Marcos o sus "representantes" o simpatizantes, los
afiliados a MORENA, los "chuchos" Zambrano y Ortega, Amalia García,
Ricardo Montreal, Dolores Padierna y su consorte Bejarano el de las ligas,
escritores "de izquierda", periodistas independientes, en fin, todos
esos personajes que hablan de democracia, libertad y patria. Tremendo chasco.
NADIE DE los "defensores"
de la Patria llegó. Mi mente febril los imaginaba con sus brazos entrelazados
formando una valla humana frente a los sanguinarios gendarmes para impedir el
desalojo y retener para los maestros el Zócalo. Mi película me proyectaba a los
grandes "líderes" sociales gritando a voz en cuello ¡¡ No pasarán!! y
entonando el himno nacional. Y llegué a la rápida y absurda conclusión de que
los polizontes de Peña y Mancera no se atreverían a levantar un garrote contra
los destacados "luchadores" sociales que todos los días sueltan sus
rollotes en defensa -dicen ellos. de las grandes mayorías. Tremendo chasco.
SORPRESIVAMENTE muchos maestros
empezaron a retirarse, ya no se localizaban a los líderes, el Zócalo empezó a
quedar abandonado, el número de policías aumentó en forma impresionante y en 15
minutos los miles de profesores de la Coordinadora Nacional (CNTE) habían
perdido el rumbo, el valor, lo ganado en muchos días de sacrificio, sus
pertenencias, y sólo algunos valientes aguantaron la embestida peñanietera y
manceriana. Los barrieron en cuestión de minutos. Era difícil de creer lo que
jubilosamente transmitían las televisoras al servicio del Estado con subsidio
asegurado. Tremendo chasco.
TANTOS DÍAS apoyándolos,
alentándolos, comprendiéndolos. Las redes sociales reventaban de apoyo
cibernético. Y la verdad sólo era eso. Tan virtual resultó todo como el
comportamiento grotesco y cobarde de los "grandes luchadores
sociales" que huyeron a refugiarse a sus residencias o se fueron a comer
con amigos en elegantes restaurantes lejos de las pequeñas trifulcas que
protagonizaron pequeños grupos de maestros y anarquistas oportunistas. Nadie de
los seudo líderes "endiosados" apareció. Se esfumaron. Aunque luego
enviaron sus apoyos "verbales y morales". Bueno hasta la revista
"Proceso" publicó ésta semana la crónica más rabona que usted se pueda
imaginar sobre el desalojo. Tremendo chasco.
LO MÁS triste ó a lo mejor lo más
justo de esto, será que todos los arriba mencionados sufrieron una tremenda
derrota política. Todos salieron perdiendo por su cobardía. La Coordinadora
Nacional demostró que no es una organización sólida para confrontarse ni
siquiera con funcionarios de escritorio. Y el famoso "pueblo" nunca
apareció para defender la estancia de los maestros en el Zócalo. Los que
pregonan la Resistencia Civil quedaron evidenciados porque su lucha
"pacífica" pasó a ser caricaturesca, no funcional y falsa. Ni siquera
supieron por dónde empieza la "resistencia" y demostraron que
desconocen los métodos de lucha que han sido tan efectivos en otros países del
mundo.Sus discursoso ahora resonarán huecos para muchos. Tremendo chasco.
NO APOYO las acciones de los Peñas y los
Manceras. Pero tengo que reconocer que los "luchadores sociales"
quedaron en envidencia. No sólo no saben luchar, sino que no luchan por nadie y
sólo ven sus intereses personales. Definitivamente a todos esos yo ya no les
creo nada. Y miles de mexicanos debieran de abstenerse de
"endiosarlos". No lo merecen. Las rutas de lucha no son las que
marcan esos señores y señoras.Y como dice el dicho: Hechos no palabrería hueca.
A la hora de la verdad simplemente se arrugaron. Tremendo chasco.” Asi las cosas. robertogbernal@gmail.com
PD.
¿Y en Nayarit? www.trincherauniversitaria.blogspot.mx