07 mayo 2012

LA CORRUPCIÓN SOMOS TODOS


Evidentemente, esta columna la escribo antes del debate presidencial. El debate lo comentaremos mañana. Pero sin duda alguna, uno de los problemas centrales que tienen que tener en la mira los diversos aspirantes presidenciales, es el tema de la corrupción. Desde luego, unos tienen más posibilidades de combatir la corrupción que otros. Por ejemplo, ¿Cómo pedirle a Peña Nieto que combata la corrupción si las mafias priistas se han sostenido en el poder precisamente con base en la corrupción?
Es un contrasentido pedirle a los corruptos que combatan la corrupción. Sería el equivalente a pedirle al “mochaorejas” que combata el secuestro. O sería el equivalente a pedirle a Ney, a Moreira, a Ulises Ruiz, al gober precioso y toda esa fauna corrupta que ya todos conocemos, que combatan la corrupción. O pedirle a Ney que se haga cargo de la fiscalización de los recursos públicos. No se puede poner la iglesia en manos de Lutero.
            Sin embargo, necesitamos avanzar como país. Dicen que no solamente los que roban y saquean al erario o los que trafican desde el poder son corruptos, sino que todos estamos metidos en el ajo. La responsabilidad del avance de la corrupción también está depositada en ciudadanos que evaden impuestos o que pagan mordidas porque se vuelven cómplices de la corrupción que denuncian. Estamos pues, inmersos en un país que se ha corroído en sus entrañas, tenemos ausencia de lo que algunos llaman “valor moral”. Seguramente por eso, el ex presidente Miguel de ha Madrid cuando anduvo de candidato y luego presidente, planteó la “renovación moral de la sociedad”, pero no hizo lo correcto por haber permitido que la corrupción en su gobierno continuara. Pensó que solamente metiendo al bote a uno que otro político o líder sindical o uno que otro artista que evadía impuestos, se resolvía el asunto. Fue más pose política que una realidad.
Hoy ya nos hemos acostumbrado al saqueo colectivo, hemos aprendido que el país funciona así. Ahí están los estratosféricos salarios, bonos, pensiones y beneficios de los diputados, senadores, magistrados, representantes del IFE. En lo local pasa igual. Pero también tenemos un sistema educativo que ni siquiera sabe cuantos maestros tiene, o cuántos burócratas hay, pero eso si, se les mantiene de manera vitalicia. Ahí está también un sistema de seguridad social que genera incentivos para la informalidad, mientras desparrama recursos. Ahí está el gasto público de ex gobernadores y sus escandalosas deudas y nadie los castiga.
El reto de la corrupción para el nuevo presidente es alto. Hay muchas “ovejas negras” en este país a las que hay que, como dicen las fábulas de Augusto Monterroso, fusilar. Esas ovejas negras siguen ahí, “pastando”, tomando el sol. Son los políticos con sus casas y terrenos, sus cuentas bancarias llenas de dinero proveniente del tráfico de influencias o directamente del saqueo del erario, sus yates, sus aviones y sus elecciones millonarias. Y hablo no solamente de los priistas, sino de todos, hasta del judas Acosta Naranjo ¿O no se acuerdan cómo desparramó dinero público para promoverse políticamente? ¿Ya no hablamos de sus mansiones y ranchos en el centro del país? Aunque comparado con los otros políticos, los del PRI, el judas Acosta Naranjo sigue siendo no una oveja negra, sino una “ovejita negra” pero con las ganas de convertirse en una muy grande de toda esa fauna nociva de México.
De todos los candidatos, quien mejor enarbola el combate a la corrupción es Andrés Manuel. Lo ha dicho fuerte y quedito “la corrupción le ha dado al traste al país” y que el cambo verdadero se dará cuando “se cuelgue a los corruptos”. Todo eso sucederá cuando los ministros de la suprema corte de justicia de la nación dejen de ganar más de 400 mil pesos al mes, cuando el presidente use menos avión y termine de hacer turismo político. Cuando los decentes les arrebaten sus cuentas a los malosos, cuando los políticos que están cerca del pueblo destierren a los políticos que los exprimen, cuando las reducciones millonarias del gasto corriente permitan la expansión del gasto discrecional. Cuando los candidatos no usen dinero público para promoverse políticamente, tal como lo hacen ahorita priistas y panistas y uno que otro que se dicen de izquierda.
Desde luego, en este proceso de transición no se trata de cambiar a los corruptos por otros de color amarillo. Pero lo que si se garantiza es que el cambio verdadero se dará ya que López Obrador rasure a todas las ovejas negras de este país. robertogbernal@gmail.com
PD. ¿Quién va a combatir la corrupción en Nayarit? Los del PRI ni siquiera le han tocado un pelo al ex gobernador más rata que hemos tenido. ¿Los del PAN¿ Pues a los mejor, pero se ven mal usando recursos federales para su promoción política. Y los de izquierda ¿Castellón? Primero que regrese lo que se llevó de la UAN, y luego también nos diga cuanto dinero le dio a Lucas Vallarta para su campaña y cuánto les pasó a los perredistas para que lo hicieran candidato primero al gobierno (eliminado luego por Navarro) y después al senado, recordemos que es una factura política que le pagó el judas Naranjo a Castellón. ¿O la va a combatir el “pelón” Hernández Escobedo? Hay mucha “oveja negra” que en Nayarit necesitamos rasurar. www.trincherauniversitaria.blogspot.com

OTRA DENUNCIA CON NAVARRO ¿Y?

CON NAVARRO QUINTERO EN 2018 ¿Y?