Uno de mis escasos
lectores, con cierto grado de decepción acerca de la postura de mi tocayo en
torno a la criminal deuda heredada, después de sus duros comentarios, me hizo
la pregunta que lleva el título de la presente columna, me dijo así: Ok, está
bien, austeridad, pero ¿Y las “ratas de dos patas”? Desde luego, debe
entenderse que decir “rata de dos patas” es una forma coloquial de dirigirse a
quienes dejaron al pueblo de Nayarit endeudado hasta las “cachas” y cuyos
responsables son, entre otros, Ney González, Manuel Narváez y Gerardo Gangoiti.
Desde luego, que desarrollar un plan
de austeridad es lo que debe realizarse. De hecho, desde antes que lo anunciara
mi tocayo ya se lo habíamos sugerido. Pero la diferencia de nuestra propuesta
con la del gobernador es de fondo, no de
forma. Tal parece que mi tocayo solo quiere reducir el gasto en transportes,
viáticos, celulares, publicidad, lo cual es bien visto, pero las cosas no se
pueden quedar en ese nivel.
Creemos que si en verdad quiere
desarrollar todo un plan de austeridad, mi tocayo debe hacer un proceso de
reingeniería gubernamental que implique el rediseño del gobierno, lo cual
implicaría eficientar procesos administrativos para optimizar el funcionamiento
gubernamental (hacer más con menos) y al
mismo tiempo implique la eliminación o reducción de algunas dependencias
gubernamentales. De hecho, un apunte mínimo en este sentido fue planteado en la
columna de ayer del colega Antonio Simancas.
Si mi tocayo de a de veras quiere
impulsar un plan de austeridad que llegue a los tres poderes y a los distintos
niveles de gobierno, entonces debe impulsar una iniciativa de ley de salarios
máximos. Esto ya se lo habíamos propuesto con anterioridad, pero tal parece que
hace oídos sordos a esta propuesta. Aquí es donde en realidad se demostraría
por los servidores públicos que en realidad tienen vocación de servicio y no
solamente vean al gobierno como una forma de incrementar sus ingresos o hacer
negocios al amparo del poder.
Me parece que todos los ciudadanos
veríamos con buenos ojos que todos los políticos se rebajaran el sueldo a la
mitad. Desde regidores, diputados, funcionarios de primero, segundo y tercer
nivel de los tres poderes, magistrados, jueces, el gobernador. Además, que a
los partidos políticos les redujeran el financiamiento, que se eliminaran las
plurinominales en fin, todo un cambio radical para favorecer las finanzas
públicas y hacer más obra en hospitales, escuelas, carreteras etc, en bien del
pueblo. Pero lo dudo mucho, ni modo que se hagan el harakiri.
Por eso me dan risa las
declaraciones demagógicas y las posturas de perdonavidas de los políticos como
la de Armando García cuando dicen que van a hacer un plan de austeridad.
Seguramente que ha de estar pensando en que ya no va a gastar en papel
sanitario para los diputados o que si pensaba comprarles una almohada para
cuando hacen sus sesiones en el congreso con el fin de que pudieran dormir a
gusto, ahora ya no se podrá. El día que les rebajen el sueldo y prestaciones a
la mitad, es el día en que Ney sea vitoreado como el gobernador más honesto que
haya tenido Nayarit.
Y a propósito de enchiladas, mi
tocayo sigue con su prudente postura de no enjuiciar a Ney. El gobernador nos
habla de ejercer un gasto con responsabilidad, nos habla de que instrumentará
un programa de austeridad financiera, incluso ya nos habló de que Ney y
compañía le heredaron la criminal deuda, pero jamás muestra que someterá al
imperio de la ley al ex gobernador. Y es entendible, no lo hará porque son del
mismo barco, son del PRI y necesitan no hacer olas en el proceso electoral.
Seguramente, cuando mucho, evitará que Ney sea candidato al senado.
Por eso es muy justificable que mi
indignado lector pregunte ¿y las “ratas de dos patas”? Porque si bien es cierto
que mi tocayo tiene razones políticas para no proceder contra esas “ratas de
dos patas”, la verdad es que los ciudadanos mortales si podemos estar exigiendo
que se castigue con todo el peso de la ley a esos que defraudaron al pueblo de
Nayarit y lo condenaron a pagar esa deuda, los ciudadanos mortales si podemos
estar exigiendo que se les aplique la ley a esas “ratas de dos patas” que
hipotecaron el futuro de Nayarit. Si mi tocayo quiere, con su silencio y si
falta de voluntad política para actuar, convertirse en cómplice de las
atrocidades de Ney y sus compinches como Manuel Narváez, la historia lo
juzgará, porque la oposición no creo. robertogbernal@gmail.com
PD. Que Martha Elena
si va por la senaduría. Le disputará el primer lugar de la fórmula a la
“potranca azul”. ¿Habrá algún otro querendón de la misma posición? Muchos
decían que Navarro Quintero estaría en la pelea, al igual que Manuelito “el oportunista” Cárdenas, pero no
se ve que se muevan por la candidatura. Esperaremos y diremos. www.trincherauniversitaria.blogspot.com
