Esta es la última semana del gobierno Neycista, este gobierno que pasará a la historia política de Nayarit no como el gobierno de la Riviera, sino como el sexenio de la muerte. Los titánicos esfuerzos que hizo el gobierno por ocultar y minimizar las muertes y asesinatos así como las extorsiones y levantones, no fueron suficientes. La realidad es terca y ningún esfuerzo publicitario del gobernador y su gobierno resultaron para ocultar los hechos. Ney lleva sobre sus espaldas, entre muchas cosas, ser el gobernador que no tuvo la capacidad para no dejar enlutadas y llenas de llanto a muchas familias Nayaritas y a otras sin patrimonio debido a que el crimen organizado las despojó. Termina el sexenio de la muerte y ahora llega un nuevo gobierno al que le planteamos que se termine con toda esta estela de inseguridad para que de paso a la paz social, a la terminación de un estado de temor y de intranquilidad de la población por el miedo a que le toque una balacera de las muchas que abundan en Nayarit, o de perdida que no le toque alguna de las extorsiones que luego lo obliguen a irse del estado.
Termina el sexenio de la muerte y atrás quedan todas aquellas “explicaciones” acerca de la inseguridad, desde las más infantiles que rayaban a veces en altas dosis de cinismo, hasta las más cómicas que casi con certeza serían envidiadas por los mejores programas de comicidad de Televisa. Los funcionarios involucrados en esta temática bien pudieran ser contratados por esa empresa para sus divertidos programas de entretenimiento.
Termina el sexenio de la muerte y los Nayaritas nos quedamos con las ganas de ver al aún gobernador Ney González portando sus AK-47 y su cuerpo lleno de carrilleras cargadas de balas. Ya no habrá posibilidad de hacer realidad aquella histórica frase de que se iba a poner al frente de los operativos y que si lo mataban se iría al cielo.
Termina el sexenio de la muerte y ya no seremos testigos del traspaso de funcionarios que no tuvieron la capacidad de cumplir con esa función, a otras áreas menos difíciles pero que les resultaron como premio a su ineficiencia e incompetencia para cumplir con sus obligaciones y responsabilidades. Ya no veremos a procuradores que son premiados con rectorías en las Universidades Tecnológicas una vez que mostraron su total incapacidad para combatir al crimen organizado.
Termina el sexenio de la muerte pero ahora seremos testigos de cómo su actor principal iniciará nuevas comicidades públicas en el senado de la república, lugar donde seguramente atraerá los reflectores de los medios de comunicación nacionales dada su alta proclividad a ser protagónico. Esperemos que no nos ponga a los Nayaritas en los primeros lugares del ridículo nacional, aunque conociéndolo, será muy difícil que resista la tentación de llevarnos entre las patas de sus extravagantes posiciones públicas.
Termina el sexenio de la muerte y ahora vamos a presenciar las nuevas medidas del nuevo gobernador para combatir a las bandas de delincuentes. Con toda certeza seremos testigos del futuro que le depara al cefereso apostado aquí en Nayarit, seremos testigos de si se va o no, recordemos que ese es uno de los compromisos del recién electo gobernador quien al parecer trae muchas ganas de resolver inmediatamente los graves problemas heredados por el que se va.
Termina el sexenio de la muerte y ahora los Nayaritas depositamos nuestra confianza en las nuevas autoridades para no quedar en estado de indefensión ante el crimen organizado, tal como nos ha dejado la actual administración gubernamental. Esperamos que el nuevo gobernador le responda a la sociedad Nayarita y nos de la seguridad tal como lo establece la constitución. Esa es su primera obligación constitucional. robertogbernal@gmail.com
PD. Termina el sexenio de la muerte. Uf! Por fin, gracias a dios. www.trincherauniversitaria.blogspot.com
