Debido a las columnas que he venido publicando, algunos de mis escasos lectores me dicen que ya le estoy “tirando” a Roberto Sandoval. Nada más falso, digo y expreso lo que los ciudadanos ven y sienten. Muy por el contrario, si le digo esas cosas a mi tocayo es para que ponga en alerta sus antenitas y no empiece a cometer errores cuyas consecuencias las sufrimos los mortales ciudadanos, para muestra todas las que acabamos de sufrir por el mal gobierno que recién termina.
El gobierno de Ney, aparte de ser un gobierno caracterizado por sus grandes dosis de corrupción, fue un gobierno lleno de mentiras. Los ciudadanos no queremos una reedición de ese tipo de gobiernos. Ni corruptos ni mentirosos. Y esto se lo digo a mi tocayo fuerte y quedito, sin medias tintas para que su gobierno evite esas tentaciones muy terrenales. Si mi tocayo cree que por haberme invitado, él o sus colaboradores, al evento de su toma de protesta voy a convertirme en un columnista lisonjero y que le diga que es el mejor gobernador del mundo, está equivocado.
Escribiré el sentir ciudadano, escribiré las denuncias ciudadanas, escribiré lo que a mi juicio está mal porque para lo que está bien ahí tiene a sus colaboradores, para decirle lo bueno ahí tiene a su corte de colaboradores, los demás, los que asumimos una postura crítica, le estaremos señalando los errores, no para descalificarlo, sino para que los enmiende y haga buen gobierno. Ese es el propósito de la crítica, esa crítica que, en la medida de nuestras miopes posibilidades, irá acompañada de la propuesta. Haremos crítica con propuesta, señalaremos errores pero también soluciones.
Y bueno, las primeras decisiones del gobernador fueron las consistentes en la integración de su equipo de colaboradores, de su gabinete. Siempre lo dije públicamente, ahí es donde veremos de qué madera está hecho mi tocayo. Se comprometió públicamente a integrar un gabinete plural e incluyente y no lo hizo, esta fue la primera gran mentira que ya nos echó al pueblo de Nayarit. Eso no es lo que queremos los Nayaritas, estamos hartos de funcionarios mitómanos. ESCUCHAR, COMPROMETERSE Y CUMPLIR, eso es lo que escuché en su toma de protesta.
La pluralidad en la integración de un gobierno no se hace sobre la base de hacer acuerdos en lo oscurito con los lideres de los partidos políticos para que estos le “recomienden” para un puesto público a algunos de los que controlan las “franquicias” partidistas, la pluralidad no se hace sobre la base de darles un plato de lentejas, posiciones políticas gubernamentales, a las mafias o tribus partidistas, esas son solamente negociaciones al margen del pueblo, son acuerdos personaleros y de grupo que no representan la pluralidad que existe en el pueblo. Mucho menos la pluralidad de un gobierno se hace sobre la base de hacer pactos y acuerdos a trasmano con los eternos grupos políticos existentes al interior del partido tricolor. Pluralidad no es sinónimo de repartirse un botín gubernamental.
La pluralidad e inclusión se hace, desde mi punto de vista, primero sobre la base de construir un programa de gobierno común no solamente entre partidos políticos, sino también con organizaciones sociales, En dicho programa deberían establecerse los acuerdos fundamentales sobre los que caminaría Nayarit. Una vez establecidos los elementos sobre los que converge la sociedad, entonces debe pensarse en integrar a los mejores hombres que cumplan con el perfil requerido para tales acciones. No es al revés, nombrar sin ton ni son a elementos del gabinete, muchos de los cuáles dejan mucho que desear para la función que se les acaba de encomendar, sin el perfil adecuado.
Por poner ejemplos, les doy algunas reflexiones. ¿Estarán todos los partidos y fuerzas sociales de acuerdo en eliminar la tenencia? ¿Y en disminuir impuestos? ¿En disminuir los salarios de los funcionarios? ¿En disminuir las prerrogativas a los partidos? ¿En ciudadanizar la designación del procurador? ¿En ciudadanizar la designación del titular de órgano superior de fiscalización? ¿En las candidaturas ciudadanas? ¿En la eliminación de los plurinominales? ¿En la reelección de legisladores? ¿En disminuir el número de diputados? Y así le sigo con un largo etcétera.
Hacer un gabinete plural e incluyente es construir la unidad de la diversidad, la unidad de lo diverso, que converjan en la misma cosa los diferentes puntos de vista. Eso es el programa común al que me refería. Una vez establecido esto se debe pensar en los mejores hombres o mujeres que cumplan el perfil y no, por ejemplo, andar poniendo a un profesor dedicado a entrenar a los “chavos” para el fútbol como responsable de la educación, o no poner un economista en desarrollo económico o planeación, o no poner un especialista financiero en finanzas. Mi tocayo se parece a lo que hacen en la UAN, ponen contadores a dirigir escuelas de ingeniería. Por eso, cuando mi tocayo se comprometió a hacer un gobierno plural e incluyente, nos mintió a los ciudadanos. Pero puede recomponer eso, integrando un programa común y consultando a los partidos y organizaciones, si no es así, que mejor diga que gobernará con quienes se la jugaron con él o que lo hará con amigos, parientes, compadres y socios para los negocios o de plano con quien se le antoje. Pero que no nos mienta. ¿Es mucho pedirle a nuestro empleado que funciona como gobernador? robertogbernal@gmail.com
PD. En cuanto a la pluralidad ya existe un antecedente con la mesa de la democracia, en donde estaban representados todos los partidos y organizaciones, en dicha mesa se construyó un acuerdo económico, social y político para el desarrollo de Nayarit, hasta el PRI estuvo. Eso es un ejemplo de pluralidad e inclusión, no la postura “chambista” de muchos políticos que están en los diversos partidos que creen que por ser de otro partido y tener chamba en el gobierno ya hay un gobierno plural. www.trincherauniversitaria.blogspot.com